Crónica ‘Los días en Saint Imier’ por Grupo Gómez Rojas

A Pepe, Cristina y Ronald, compañeros del Uruguay

¿Cómo se espera  que una sociedad igualitaria y libre surja de una organización autoritaria? Es imposible. La  Internacional, debe ser desde ahora la imagen fiel de nuestros principios de libertad y de federación, y debe alejar de su seno todo principio tendiente a la autoridad y a la dictadura.

Federación Jurasiana

InternacionalEn abril de 1999, se realizó en Córdoba, Argentina, el “Encuentro anarquista de Córdoba”. Durante dicha ocasión, Christian Ferrer realizó una exposición titulada “El sujeto de cambio en el modelo actual”, en la cual dividía el anarquismo en varias fases, todas ellas muy rápidas, fluidas y acuáticas. La primera de éstas la denominaba “fase carbonaria”, pues su principal característica era que las primeras organizaciones anarquistas estaban constituidas por personas que se conocían entre sí y que existían gracias a la existencia del correo postal del siglo XIX. El ejemplo más claro es del infatigable Mijail Bakunin: escribía cartas todo el tiempo, a todos lados, sobre diversos temas. Tanto así que, incluso, gran parte de su obra intelectual está compuesta por cartas.

Cuando los y las anarquistas decidieron reunirse en 2012 a 140 años del memorable Congreso de Saint Imier, fue, justamente, para conmemorar esa gloriosa y fecunda era carbonaria, no a modo de replicar las formas y tendencias de finales del 1800, sino para demostrar que la corriente libertaria sigue viva a nivel mundial, que ella contiene múltiples formas de organización y que ha decidido enfrentar el desafío de articularse como una propuesta clara en el siglo XXI, más aún cuando, tal como lo señalan las y los organizadores, a 140 años después del congreso de Saint-Imier, la explotación y la alienación de los trabajadores-as siguen tan brutales. La ilusión marxista se ha disipado en vista de las dictaturas comunistas. El capitalismo vive de crisis en crisis, crisis social, crisis política, a las cuales se añade ahora la crisis ecológica.

Saint-Imier, tierra de energías

Saint Imier es una localidad pequeña: su población es de cuatro mil habitantes aproximadamente y el ancho de su extensión se limita a la depresión que existe entre el Mont Soleil y el Mont Crosin, los cuales, a su vez, forman un hermoso valle dividido por un pequeño arroyo que alimenta a los árboles y a las plantas del valle jurasiano.

Específicamente, Saint Imier está situado en el distrito del Jura bernés (cantón de Berna). Como podrán imaginar, este es el motivo por el cual se denominó a la reconocida federación de grupos antiautoritarios de la Asociación Internacional de Trabajadores como “Federación Jurasiana”. La lengua oficial es el francés (en otras regiones son el alemán, el italiano y el romanche). Con cierta frecuencia, suenan las campanas de la iglesia, y el comercio cierra más temprano que en otras regiones. El Mont Soleil no sólo posee un observatorio astronómico (donde festejan a las estrellas en el mes de agosto), sino que también tiene un gran cráter producido por el impacto de un meteorito en el noreste de Saint Imier. La cima del monte está conectada por un funicular que se alimenta de energía verde.

Panorámica de Saint Imier. Foto extraída de http://www.saint-imier.ch/

Si uno accede al folleto de información turística, notará que el pueblo se identifica bajo la frase “Tierra de Energías”: esto no es sólo por los enormes molinos de energía eólica que giran sobre el Mont Soleil y Mont Crosin, sino también por los acontecimientos de su historia que han denotado una particular energía en Saint Imier. Así, esta energía, tal como señala el folleto, alimentó al movimiento libertario de la comuna, revelando de manera formidable su cara revolucionaria. Este dato, por lo demás, se complementa con las placas que en ciertos lugares señalan, por ejemplo, el hotel donde se celebró el Congreso de Saint Imier en 1872 (lo que incluye una foto de Bakunin y Guillaume).

En fin, cabe destacar que la gente que allí habita deja entrever una particular tranquilidad: la visita de miles de anarquistas de todo el mundo no les extrañó, al contrario, cada vez que se podía, uno decía “Salud” y recibía un saludo de vuelta.

Llegada: mapas y lugares

El encuentro se programó desde el miércoles 8 hasta el domingo 12 de Agosto. Paralelamente, se realizó el 9° Congreso de la Internacional de Federaciones Anarquistas (IFA) y, desde el jueves 9, la Feria del Libro Anarquista. Nuestro Grupo de Estudios, desafiando las leyes del espacio-tiempo, debía estar presente en estas tres instancias: primero, con dos conferencias; segundo, como invitados al congreso de la IFA; y tercero, con un pequeño puesto en la Feria.

A modo de programarse con anticipación, llegamos a Saint Imier el lunes 6 de agosto, único día lluvioso de la semana. Allí, el primer lugar al cual todos se dirigían era el Espace Noir, centro social administrado por un colectivo que, a través de la autogestión, organiza dentro del local una sala de cine (el único cine de Saint Imier), una sala de eventos (para conferencias o conciertos), una taberna (donde sirven cerveza artesanal y la cerveza suiza Feldschlösschen), una galería de arte y una librería (que funcionó como centro de emisiones de la Radio Libertaire, de la Federación Anarquista, Francia). Es, sin duda, un lugar fenomenal, que cuenta con un subterráneo y cuatro pisos muy amplios.

Cuando uno por fin entraba al Espace Noir, el primer impacto era la multiplicidad de idiomas: inmediatamente, te encuentras rodeado de hombres y mujeres de distintas latitudes, quienes, al saber la procedencia de uno, se asombran por las distancias recorridas. Además, desde aquí, todo se distribuye: se acumulan mochilas y maletas, se preparan las primeras comidas, se anotan las indicaciones para llegar al camping o se espera algún vehículo que se dirija a las casas que se arrendaron para alojar durante el encuentro.

Espace Noir un día lluvioso.

A la entrada había una mesa redonda con distintas informaciones: mapas de la ciudad, información turísticas, panfletos diversos y, por supuesto, cientos de programas. Estos últimos tenían un pequeño mapa en el cual se indicaban los lugares y las actividades que se realizarían en éstos, incluyendo los horarios. En total, eran 8 centros de actividades, sin contar los dos cines: Salle du Dojo (para la realización de varios talleres), Salle St. Georges (donde se celebraría el 9° Congreso de la IFA), la Tienda de Anarkismo (un poco apartada y exclusiva de los grupos relaciones al sitio web “anarkismo.net”), Espace Noir (punto de información que además era para conferencencias, conciertos y proyección de películas), Mémoires d’Ici (punto de lectura y unas pocas conferencias), Salle de spectacle et Salle du conseil (un espacio muy grande para conciertos de mayor convocatoria, mesas redondas, meetings, asambleas generales y conferencias), Patinoire (o centro de patinaje, muy amplio y dedicado a la Feria del Libro y algunas exposiciones) y, por último, el Centre de Culture et Loisir et Musée (para diversas exposiciones y actividades). Asimismo, había una tienda (tipo carpa de campaña) de cine llamada “Cinéma-Dionyversité”, en la cual se proyectarían películas temáticas acerca de la sexualidad, la revolución española, el poder y la autoridad, entre otros.

Lo cierto es que todas estas actividades comenzarían recién el miércoles. La inauguración, eso sí, fue el día martes, a las 18.30, con la exposición del artista David Myriam (1969, Francia), quien realizó algunas interesantes instalaciones en la galería de arte del Espace Noir que incluían dibujos y material audiovisual. Cabe descatar que David Myriam es reconocido, también, por los maravillosos trabajos que ha realizado con arena (pueden ver algunos videos en vimeo).

Por último, es necesario advertir que no pudimos conocer todos los lugares: la tienda que instaló anarKismo, por ejemplo, no la visitamos, al igual que no asistimos a ninguna proyección audiovisual. Tampoco sabemos cómo fue la vida nocturna en Saint Imier, ni cómo se organizó el camping que se instaló sobre el Mont Soleil, ya que nuestro alojamiento era en una casa que quedaba a 10 kilómetros subiendo por las montañas.

Sabrán, además, que esta crónica se refiere a uno de los tantos tránsitos que pudieron haberse realizado durante estos días. Quizás, otros, tengan impresiones distintas. Al final, hemos agregado los enlaces de otras crónicas igual de interesantes.

Los días en Saint Imier

Todo comenzó, entonces, el día miércoles 8 de agosto. Si bien el meeting de obertura era a las 19 horas, las actividades comenzaron a las 11 de la mañana con una mesa redonda sobre anarco-feminismo, la cual era precedida por una mesa redonda sobre anarquismo e innovación política. En ambas actividades ya se pudo observar uno de los grandes (y quizás inevitable) problemas: la traducción simultánea a diversos idiomas. Por lo menos, en la Salle de spectacle, que era donde se realizaban las mesas redondas, se contaba con radios que tenían cuatro canales distintos, en los cuales se traducía al español, inglés, alemán y francés, mientras que en los demás sitios había que contar con algún benévolo asistente que se ofreciera para traducir simultáneamente. Frente a esto, algunos insistentes compañeros, volvían a invitar al aprendizaje del esperanto, quizás sin querer admitir que el idioma que salvaba cualquier conversación era el inglés y que eso es difícil de revertir.

Las mesas redondas, por lo general, tenían una masiva asistencia. Allí exponían algunos invitados y luego se cedía la palabra a los asistentes. El tiempo siempre se hacia poco (no faltan aquellos que hablan extendidamente sobre ideas que han repetido unas cuantas veces) y todo se desarrollaba en un clima de pleno respeto. El caso particular de la mesa sobre “anarquismo e innovación política” es que parecía que, a veces, era una innovación de finales del siglo XIX, con muchas fórmulas que hemos oído una y otra vez, pero que en esta ocasión trataba de asimilarse al movimiento de los indignados, sobre todo por su carácter anárquico en cuanto a la organización.

Mesa redonda de Anarquismo e innovación política.

A partir de este día, los grupos voluntarios comenzaron a prepapar las comidas: hacían tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y cena), siempre veganas, con productos orgánicos y un trozo de pan. Habían tres puntos: en el Patinoire, en la Salle de spectacle y en la Salle St. Georges. Cada uno preparaba comidas distintas y el costo de los platos era libre.

Esa misma tarde exponía Mix, nuestra compañera del colectivo Ativismo ABC, de Sao Paulo, Brasil, en la Salle St. Georges. Su exposición versaba sobre el problema de las ciudades y la urbanización a través de una mirada libertaria. Al final de su exposición, y debido a las intervenciones que se hicieron desde los asistentes, pudimos observar algo que era de esperar en Europa: cada país de América Latina se conoce por “una sola causa”, como si no existiera nada más. Todos preguntan por una misma cosa, y si no tenías nada que decir al respecto, tus palabras no eran llamativas. El caso de Brasil, por ejemplo, era siempre el Movimiento de los Sin Tierra, sin importar la orientación marxista-leninista propia de este movimiento, ya que, claramente, la imagen que se proyecta al extranjero es distinta. Sobre México, siempre preguntan por los zapatistas. Para Argentina, la crisis del 2001 sigue vigente, y en Chile, la causa del pueblo mapuche pareciera ser la única problemática de los indígenas a lo largo de todo el país.

Luego, en el mismo espacio, vino otra interesante exposición sobre la actualidad del pensamiento de Colin Ward a cargo de Francesco Codello, quien ha realizado destacados aportes en el ámbito de la educación libertaria. La exposición fue en francés, sin traducción. No obstante, la charla pausada y esquemática, permitió establecer algunos puntos bastante claros sobre el “anarquismo pragmático” de Ward.

Cuando terminó la exposición de Codello, en otro lugar, en la Salle de spectacle, comenzó el meeting de obertura, en el cual hablarían Michel Nemitz (de la Federación Anarquista de las Montañas y administrador del Espace Noir), Rene Berthier y H. Hernández (ambos de la Federación Anarquista Francesa). Aquí la traducción funcionaba, eso era muy bueno, pues, al comienzo de todo, se dio una breve reseña histórica del Congreso de Saint Imier en 1872 y de la importancia de éste para el movimiento anarquista. Luego se dio la palabra al público, entre los cuales habló, por ejemplo, Frank Mintz.

Para nuestra desgracia (y esto se dio en varias ocasiones), al mismo tiempo que andábamos en estas últimas actividades, en el Espace Noir se proyectaba el documental “Elisée Reclus, la Pasion de Monde”, realizado por Nicolas Erprendre, y en el Salle du conseil se hacía una conferencia sobre deporte y anarquismo a cargo de Gabriel Khun y W. Rosell.

Al finalizar el meeting, comenzaba otra linda actividad en la Salle St. Georges: se daba inicio al Congreso de la IFA mediante una actividad abierta al público en la cual se presentaron las diversas federaciones adheridas a la Internacional de Federaciones Anarquistas. En una sala con mucha gente, compañeras y compañeros de diversas latitudes hablaron de sus trabajos y de su contexto en localidades tan alejadas como Bielorrusia y Argentina, pasando por Francia, Alemania, España, Inglaterra, Italia, entre otras.

De un momento a otro, ya era de noche en Saint Imier: una noche tibia de verano que nos invitaba a descansar (tras perdernos en madrugadoras conversaciones sobre la anarquía) para enfrentarnos a otro nuevo y agitado día.

El jueves tenía que comenzar con la instalación del puesto en la Feria del Libro. Ya habíamos colocado uno en la Salle St. Georges, para presentar algunas cosas en el Congreso de la IFA, por lo que la administración de ambos era imposible. El Patinoire, centro de patinaje donde se armó la Feria junto a algunas exposiciones de carteles, era un espacio enorme. Habían decenas de puestos de editoriales, revistas, periódicos, todos en distintos idiomas: editoriales como eleúthera y Zero de conduite, desde Italia, PM Press, desde Estados Unidos, o L’Eixam edicions, desde España; revistas como Refractions, desde Francia, Alter, desde Uruguay; centros de documentación como CIRA (que instaló cajas con muy buenas revistas y libros a precio voluntario); colectivos como Karakok, desde Turquía, o la Biblioteca Terra Livre, desde Brasil, hasta númerosos libros viejos a sólo 2 euros, es sólo nombrar unos pocos grupos de todos los reunidos allí.

Un pequeño puesto en la Feria del Libro.

El nuevo desafío era administrar el puesto, asistir a alguna conferencia y participar del Congreso de la IFA. Ese día, por ejemplo, Frank Mintz dio una charla sobre la cuestión del voto sindical desde la AIT hasta las organizaciones anarco-sindicalistas de hoy, la cual fue bastante comentada y tuvo un posterior diálogo con los asistentes muy interesante; asimismo, hubo una presentación de Mai Dian sobre la actualidad social en China.

Al otro día, temprano, el compañero Nelson Méndez, del grupo editor de El Libertario, Venezuela, dio una conferencia sobre el Anarquismo en América Latina, la cual era traducida (después de que él hablara) primero al inglés  y luego al francés. Si bien, eso hacia perder cierto dinamismo a la oratoria, se logró establecer un panorama de América Latina a la luz, hay que decirlo, del libro “El Anarquismo en América Latina” de Ángel Cappelletti y Carlos Rama que Nelson recomendó al comienzo de su charla.

Ese mismo día, viernes 10, nuestro grupo tenía su primera presentación. El título de ésta era “Prácticas contemporáneas de educación anarquista” y la realizamos junto a los compañeros de la Biblioteca Terra Livre y Ativismo ABC, ambos de Sao Paulo. La charla consistió sobre las diversas prácticas que se pueden desarrollar a través del dinamismo de los grupos de estudio y en qué medida estos pueden resultar una genuina práctica del anarquismo en la actualidad. En esta ocasión, también, invitamos a las y los compañeros del Centre de Recursos Pedagògics Llibertaris Josefa Martin Luengo, quienes hablaron de su experencia en el área de la pedagogía libertaria con niños, de la Escuela Paideia y de los postulados de la educación racionalista de Ferrer i Guardia hoy en día. La charla estaba enfocada, sobre todo, al debate, el cual fue muy fructífero, tanto en críticas, ideas y propuestas. Ya el compañero Pepe decía desde el fondo de la sala que la educación libertaria debía consistir en volver a revitalizar “el deseo de aprender”, al tiempo que varios asistentes, como era de esperar, querían saber sobre los problemas de la educación en Chile.

Charla de “Prácticas contemporánea de educación anarquista”

Estuvimos más de dos horas hablando. Eran más de las nueve de la noche y queríamos ir a la Salle St. Georges, donde, en el contexto del Congreso de la IFA, se realizó una conferencia sobre “Geografía y anarquía, luchas urbanas, luchas rurales, comunalismo y federalismo” que fue dada por los geógrafos Philippe Pelletier, de la Federación Anarquista de Francia, y Federico Ferretti, de la Federación Anarquista de Italia, quienes, a su vez, invitaron a Rodrigo Rosa, de la Biblioteca Terra Livre. La asistencia del público fue increíble. El lugar estaba sobrepasado en su capacidad y, sin embargo, siempre había un espacio para alguien más. Hubo preguntas y largas intervenciones, y los asistentes estaban divididos en grupos según idioma, donde se iba traduciendo al mismo tiempo. Esta actividad fue, sin duda, una de las más destacables del encuentro.

R. Rosa, F. Ferretti y Ph. Pelletier. Foto extraída de www.cnt.es/

El día sábado, muy temprano, venía otra conferencia: esta vez, en el subterráneo del Espace Noir, Diego Mellado, integrante de nuestro grupo, realizó su presentación titulada “Gustav Landauer: pensamiento y acción anarquista”. Lo interesante es que la persona que diseñó el programa colocó que Diego y Gustav Landauer eran los expositores, y que la exposición se llamaba “Pensamiento y acción anarquista”. Obviamente, hubo que comenzar la conferencia pidiendo disculpas porque Landauer no pudo llegar a causa de su fallecimiento en 1919 o por haberse perdido en las montañas. Luego fue necesario referirse al motivo por el cual alguien proveniente de Chile opta por hablar de un anarquista alemán que pocos recuerdan y que se hace necesario rescatar. Lo bueno es que la sala se llenó y hubo diversos grupos que tradujeron al francés, inglés y alemán. Además, se pudieron abarcar tres preguntas indispensables: ¿Qué es el Estado? ¿Qué es el socialismo? Y ¿Qué es la revolución? Tres preguntas que, desde Landauer, pueden desarrollarse con una destacada actualidad, tanto en lo teórico como en lo práctico.

Esa misma tarde, había que tratar de hacer presencia en la Feria del Libro, pues el domingo cerraba a las 14 horas, aunque, al mismo tiempo, venían dos conferencias interesantes: “El legado de Bakunin en el anarquismo social”, de Frank Mintz, y “Camus y los libertarios”, de Lou Marin, ambos en el Espace Noir.

A las 19 horas, asistimos a la presentación de Alexandre Samis sobre Neno Vasco y el internacionalismo en Brasil y Portugal. En general, fue una interesante charla, muy cargada de datos, viajes y polémicas, entre las cuales cabe destacar la respuesta que Neno Vasco escribe a Jean Grave respecto a la Revolución Mexicana y que, luego, con una carta de Piotr Kropotkin sobre las características de las revoluciones campesinas, queda más o menos claro. Asimismo, sirvió para conversar acerca de la plataforma y aunque el expositor fuera un propulsor del especifismo en Brasil, otros pudimos articular nuestras críticas y recelos a este tipo de organización con otras miradas.

A estas alturas del encuentro, habían varias anécdotas dando vueltas: el tortazo a cierto personaje, algunos accidentes, la acción de los veganos contra un asado. Sin embargo, hablar de esto, es darle mucha importancia y como ni siquiera los presenciamos, mejor no hablar. Al otro día sería domingo, el último día y teníamos aprovechar al máximo el tiempo que quedaba.

El domingo 12, con ciertas dificultades para bajar a Saint Imier, pudimos asistir a la charla de nuestro compañero Adriano, de Terra Livre, quien habló de los espacios autónomos y del anarquismo en Brasil hoy en día. Si bien no fue mucha gente, el público se mostró muy interesado por sus palabras. Al mismo tiempo, el otro compañero de Terra Livre, Rodrigo Rosa, hablaba junto a Hugues Lenoir y Francesco Codello acerca de diversos aspectos de la educación libertaria, como su tradición, su actualidad y su relación con el sindicalismo.

Por otro lado, pronto finalizaría la Feria del Libro, por lo que había que aprovechar de adquirir la mayor cantidad de publicaciones (que el dinero y el peso del equipaje permitiera, obviamente). Por esta razón, quizás, el domingo hubo una gran concurrencia de público a la Feria.

Apenas terminó la Feria, en la Salle de spectacle comenzó el meeting final. Allí las intervenciones versaron acerca del rol de las y los anarquistas en el siglo XXI, de la importancia de encuentros como éste, los gastos totales, y, por supuesto, varias observaciones acerca del desenvolvimiento de las actividades, tanto positivas como negativas. Este meeting tuvo una gran concurrencia y era muy común que casi todas las intervenciones terminaran con aplausos (lo que, claro está, tenía ciertas críticas, ya que no todos están de acuerdo con el uso de los aplausos).

Durante la tarde del domingo, aún quedaban algunas conferencias, así como las proyecciones de películas. No obstante, esa misma tarde, iba a ser el cierre del 9° Congreso de la IFA. Allí, hubo emotivas palabras por parte del Secretariado que trasladaba su rol a otra federación, así como se anotaron algunas tareas pendientes y se tomaron las últimas resoluciones. Una vez terminado todo, un compañero dentro de la sala comenzó a cantar “A las barricadas”, frente a lo cual, todas y todos, con el puño en alto y levantándonos de nuestras sillas, comenzamos a cantar al unísono. Sin duda, con esto expresábamos la vitalidad de nuestras luchas, la potencia de nuestro proyecto y, sobre todo, la posibilidad de pensar y hacer el anarquismo en los tiempos actuales.

Salle St. Georges. Bandera de la FA Italiana.

Después de esto, Saint Imier ya se notaba más tránquilo y vacío. Muchos habían partido, otros armaban su equipaje. En general, los que quedaban, estaban algo cansados. El rostro de los organizadores, por ejemplo, revelaba un enorme cansancio, al mismo tiempo que una gran convicción por la tarea realizada.

Esa tarde, a diferencia de los demás días, se nubló en Saint Imier. Ya nos habíamos despedido de varios compañeros y compañeras, mientras que con otros planificábamos nuestros próximos rumbos. Sabíamos que al otro día nos dispersaríamos a través de las rutas que se desprenden desde Saint Imier, que, en general, todos y todas estamos distanciados por kilómetros y kilómetros, que no sabemos cuándo volveremos a encontrarnos.

Ya lo sabíamos en la casa donde alojábamos: compañeras, compañeros de Croacia, Holanda, Rusia, Checoslovaquia, Bielorrusia, España, Inglaterra, Alemania, República Checa, Portugal, Rumania, México, Venezuela, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, volverían a sus localidades, para continuar con sus trabajos y sus esfuerzos. La diferencia es que está vez volverían a sus grupos con la imagen fresca y viva del anarquismo actual, con el conocimiento de las formas y particularidades de tiene el anarquismo en cada región, que está lejos de transformarse en un programa uniforme, para expresarse, más bien, como un método dinámico, libre, que puede desarrollarse aunque las historias y los personajes de cada región tengan diferencias notables y ritmos particulares.

Los nuevos recuerdos de la etapa carbonaria

Ciertamente, en los tiempos del Congreso de Saint Imier, los anarquistas se conocían entre sí. Desde sus apartados lugares, escribían cartas en las cuales desarrollaban sus ideas, sus sentimientos, sus proyectos. Era un constante intercambio, una viva preocupación por los compañeros y compañeras, la situación de sus regiones, el estado de sus proyectos. Se planificaban viajes, se publicaban folletos, se organizaban protestas, se discutía extensamente, se creía que la revolución acontecería en un futuro cercano, por lo que era necesario trabajar en ella.

Claro, todo ello acontecía dentro de Europa. Hoy en día la presencia del anarquismo puede localizarse en todo el globo (no así en todas sus regiones). Hay miles de historias, de personajes, de fracasos y victorias. Hay diversas formas de prácticas, varias de ellas que no se dicen anarquistas. Existen, asimismo, formas de organización y discusiones entre estas formas, que se disputan “el paradigma” del anarquismo actual. Y a pesar de esto, hay que admitir que en el encuentro internacional no estuvo “todo el mundo” presente ¿Cómo será posible, entonces, rememorar los días carbonarios?

El hotel donde se realizó el Congreso en 1872 está actualmente en remodelación.

Los nuevos recuerdos de la etapa carbonaria, de los 140 años del congreso de Saint Imier, han de ser los de las nuevas reflexiones sobre nuestros lazos, sobre el paisaje que pintamos las y los anarquistas hoy en día. Es una interesante lección la que nos ofrece el encontrarnos en persona, la conversación extensa, el abrazo apretado, la risa de alguna broma. Entre los anarquistas de América Latina dijimos “tuvimos que venir a Suiza para encontrarnos”, y es cierto, a pesar de nuestro espíritu internacionalista, hemos olvidado la necesidad del encuentro, de la conversación sincera, del aprendizaje de nuestras experiencias, a pesar de vivir en este lado del mundo.

Y no es sólo eso: la lección, en realidad, es que debemos ampliar al máximo nuestras miradas, hacer de los ideales libertarios un horizonte múltiple, que comprenda que el anarquismo no tiene una sola historia, ni una sola forma. Hay regiones donde el anarquismo tiene una historia reciente, donde no existen referentes históricos como los movimientos obreros del siglo XX, así como hay otros donde la comodidad ofrecida por el Estado ha degenerado en una total apatía hacia los movimientos sociales que aspiran a cambios profundos de la sociedad.

Podríamos decir eso: que durante los días en Saint Imier escribimos muchas cartas, cientos de cartas, y que al mismo tiempo recibimos cientos de cartas más, que aprendimos de esas personas, de esos lugares, de la represión que viven, de la construcción que hacen donde aparentemente no hay nada, de su historia. Son incontables las cartas, las ideas. Aún es necesario de unas cuantas semanas más para asimilar todo, para extraer al máximo las enseñanzas del encuentro.

Lo cierto es que entre estas epístolas, estas letras, hay mucha vida. Y de esta vida, quien sabe en cuánto tiempo y cómo, surgirá algo bello e importante, libre y fecundo, lejos de toda imposición y con el ritmo de los pasos de cada persona.

Salud, Anarquía y Resistencia.

Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas.

Santiago de Chile – Agosto de 2012.

http://grupogomezrojas.org
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