Reseña: Anarquismo y Sindicalismo en el Perú (1904-1929)

PortadaA pesar del grandioso título, este trabajo, que data de 1978, no abarca extensivamente el anarquismo y sindicalismo en el Perú, y creo que puedo decir con certeza que, hasta la fecha (Julio 2012), no existe trabajo alguno que abarque este tema de manera amplia y detallada. Lo que si logra este trabajo es indagar y documentar de manera muy general los inicios del movimiento obrero, que son también los inicios del anarquismo en el Perú.

La introducción explica como este libro examina el estudio de los cambios en los planteamientos ideológicos y las actitudes políticas prevalecientes en el proletariado. Un primer problema aparece en la cuestión de los lazos  que vinculan los hecho económicos con los políticos o los ideológicos, los cuales no tienen fundamento. Pareja ya había comprobado en un trabajo anterior [1] que no existe correspondencia entre las formas artesanales y la ideología anarquista y las industriales con el socialismo. Ella lo menciona líneas mas abajo, pero sin embargo en el primer capitulo, trata nuevamente de encontrar una relación.

El primer capítulo Industrialización y trabajadores en Lima es un estudio sobre las características económicas y sociales de Lima en la primera década del siglo XX, particularmente la industria, los oficios, el desempleo, los sueldos, las exportaciones, y la explosión de población en Lima y Callao. Este capítulo contiene información importante sobre las condiciones en las cuales el anarquismo y el sindicalismo se fueran a desarrollar, pero reitero que no constituyen en sí la razón por la cual el anarquismo incurrió en el movimiento obrero.

Los capítulos II y III se centran en documentar los principales sucesos con respecto al movimiento obrero, como por ejemplo el primer paro general de 1911, la huelga general de 1919, y el primer Congreso Local Obrero de Lima y Callao, organizado por la Federación Obrera Regional del Perú. Lamentablemente, los hechos no están organizados cronológicamente, lo cual puede confundir al lector. A través de todo el libro, Pareja viaja de una época hacia otra, de tal manera que la primera mención de Manuel González Prada, precursor del movimiento obrero, aparece en el último capítulo. El capitulo II también explica el anarquismo y el anarcosindicalismo muy brevemente.

Del mismo modo, Pareja provee muy poca información acerca de los primeros anarquistas obreros, como Manuel y Delfín Lévano, Carlos Barba, Nicolás Gutarra, entre otros; y por el contrario, se describe muy bien el papel de Mariátegui y la emergencia de Haya de la Torre, marxistas de la época. Los capítulos IV y V documentan la emergencia del marxismo y como este va tomando las riendas del movimiento obrero y acusa a los anarquistas de querer dividir el proletariado. Los anarquistas responderían desde el diario La Protesta argumentando que nadie mejor que Haya sabe que en el Perú hubo un movimiento obrero de educación libertaria, que es algo más que clasista; que hubo “organización sindical y unidad de acción” gestada por los anarquistas; que, en una palabra, hubo “frente único” del proletariado consciente del país (costa y sierra). [2]

En el mismo artículo, los anarquistas concluirían que todo este movimiento obrero… ha sido desbaratado, dividido, por los compañeros intelectuales de Haya de la Torre y de él mismo, desde el momento que trajeron al campo obrero la ponzoña de la política bolchevismo. En mayo de 1926, algunos meses después de la publicación de este artículo, La Protesta desaparecería, cerrando la polémica entre anarquismo y comunismo.

La conclusión de Pareja se centra en que el movimiento obrero asumió el anarquismo por no contar con otra alternativa que la “acción directa”. También se descarta nuevamente la hipótesis sobre el cambio de orientación ideológica por otra en el movimiento obrero, y se argumenta que el cambio del anarquismo al socialismo no implica que antes haya existido un “acuerdo total” con respecto a la ideología pues desde temprano existieron pugnas entre mutualistas y anarquistas, y posteriormente entre anarquistas y sindicalistas. Pareja concluye que la importancia de la ruptura entre anarquistas y socialistas reside en el reemplazo de la acción directa por la acción política y la acción partidaria.

Anarquismo y Sindicalismo en el Perú resulta ser una introducción justa del movimiento obrero en Lima y Callao. Como mencioné antes, el orden no-cronológico de los hechos puede confundir al lector, al igual que el nombre del libro, el cual no corresponde al tema investigado. Un mejor nombre hubiera sido La Incidencia del Anarquismo en el movimiento obrero de Lima y Callao puesto que casi no hay referencias a la incidencia del anarquismo en provincias. Y aún así, la brevedad del libro no permitiría el uso de tal nombre; lo que encontramos en este libro son pocos fragmentos de la extensa trayectoria del anarquismo en nuestro país. Por otro lado, dudo que en 1978 existiera mucha información sobre el anarquismo en el Perú, y por tal razón el trabajo de Piedad Pareja es aceptable. Por último, se pudo haber usado los conocimientos personales de César Lévano para describir detalladamente los primeros personajes del anarcosindicalismo y el movimiento obrero del Perú. Por suerte, hoy en día disponemos de esa información, por medio del mismo Cesar Lévano y su libro La Utopía Libertaria en el Perú.


[1] Pareja Pflucker, Piedad: “La Protesta”. Contribución al estudio del anarquismo en el Perú (1911-1926).

[2] “Estamos en lo justo” en La Protesta. Lima, febrero de 1926, año XV, N143, p.2.

Fuente: http://bitacoraanarquista.wordpress.com
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