Soy atea pues no creo en santos. Carta abierta al presidente colombiano

Si votar sirvieraNo te creo Juan Manuel, lo siento mucho, pero no te creo. No soy tonta ¿Sabes? No eres mi primer presidente y tampoco sería la primera vez que caería lastimada por creer en promesas como las que tú me haces. Las palabras que me dices ya las he oído antes, y debes saber que no me despiertan ya ninguna emoción ni felicidad. Lamento si de alguna manera te lastima la forma en que te enteras que no te quiero en mi vida, pero estoy cansada de tipos como tú. Me prometen amor, paz y alegría… y mírame, aún conservo los rasgos que me hacen infeliz, preocupación, cansancio y el afán por suplir las necesidades más básicas mías y de mis familias.

Te odio Juan Manuel, lo siento mucho pero te odio. ¿Cómo puedes mentirme mirándome a los ojos? Odio a los hombres y mujeres como tú. Solo saben endulzar oídos y declamar discursos inflados por medio de palabras tan hermosas como libertad, igualdad y fraternidad. Ya antes y al igual que tú, me han intentado seducir con ofertas de estabilidad emocional, de un empleo formal, de devolución de mis tierras, de respeto a mis tribus indígenas, de que no lloraré más muert@s por la guerra, de que no pasará un día más en donde mis hij@s y niet@s no probarán bocado, no vayan a la escuela, o no reciban atención médica si caen enfermos; antes he caído, lo hice una y otra vez, pero es hora de decir basta.

Lárgate de mi vida Juan Manuel, lo siento pero lárgate y llévate a todas las personas que como tú, piensan que son demasiado mal@s o estúpid@s para autogobernarse y conviértete en su presidente. Yo no soy estúpida y no necesito de gobiernos. He aprendido a los golpes que tu ‘‘democracia y orden’’ necesita de mi pobreza y votos para que siga su desarrollo. Si viviera como tú lo haces y no necesitara préstamos bancarios, todos los bancos desaparecerían. Si viviera como tú lo haces y no tuviera necesidades básicas insatisfechas no votaría, y el gobierno desaparecería. El interés de los préstamos es a los bancos lo que mi voto y pobreza es a tu democracia: la base que legitima y sostiene un sistema fraudulento, mentiroso y ladrón.

Seres como tú son los que me han hecho incrédula. Incrédula frente a los gobiernos, incrédula frente al voto e incrédula frente a los cambios por vías democráticas. Hoy no empuñaría un arma ni loca que estuviera pues todavía observo que entre la espada que me apunta al cuello y la pared aún hay espacio. Hoy es momento de organizarme por estructuras libres de autoridades, mañana no sé.

No te quiero Juan Manuel, lo siento pero no te quiero.

Firma:

La Señora Gente.

Extraído de la Revista anarquista Esponteidad
http://epaediciones.blogspot.com/
¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio