¿Violencia o no violencia?

ViolenciaCuando un grupo de personas se une, no le es difícil llegar a un acuerdo sobre aquello que no le gusta, sin embargo la cosa cambia cuando se trata de buscar una alternativa al problema, ya que las visiones son tantas como se pueda imaginar. Y si esto este aspecto propositivo es complicado, ni te cuento cuando tenga ese grupo de personas que decidir que método va a utilizar para conseguir esos fines que, tras mucho esfuerzo debatiendo, ha logrado acordar. Y es en este punto en el que me quiero detener, en los medios, es decir, como vamos a conseguir lo que queremos. Si tuviéramos que hablar de medios de actuación podríamos dedicar no solo un libro, sino una biblioteca entera, de manera que entraremos a tratar en concreto el factor de la violencia y la no violencia

En primer lugar hay dejar claro que es violencia, es decir hasta que punto una acción que se realice puede ser clasificada como violenta. Esta es una difícil cuestión, en la que jamás ha habido consenso. Depende mucho de la concepción que tengas de la vida, y la experiencia personal de cada uno. Para explicar esta controversia vamos a poner una ejemplo muy típico: ¿Una pintada en una pared es un acto violento? (entendida como una pintada que comunica un mensaje). Hay quien argumenta que esta acción entra dentro del estándar de violencia ya que se trata de una agresión contra el mobiliario urbano, que muchas veces perjudica a particulares (en la medida en que después tienen que limpiarla). Sin embargo, existe otro sector de la población, que al contrario, dice que estas actuaciones no son violentas y que simplemente responden a una idea de difusión de pensamiento, y que en su inmensa mayoría se realizan fuera del ámbito de los particulares, ya que se procura actuar contra una serie de edificios concretos (cajeros, bancos, empresas, edificios del estado, etc.)

Parece que hemos entrado en un caos en el que no existe una definición concreta de violencia, sino que esta depende casi en su totalidad de las opiniones subjetivas de las personas que decidan enjuiciarla.

Intentemos salir de este lío. Vamos a ver, ya que en muchas ocasiones hay diferencias para definir violencia, vayámonos a situaciones más claras. Por ejemplo, ¿es violencia golpear a alguien?, ¿es violencia quemar un coche?, una inmensa mayoría de la población te respondería que si (fuera de enjuiciamientos de si esta es legítima o no, lo cual trataremos más adelante).

Vale, de estas últimas preguntas podemos sacar en claro una vaga definición de violencia que se podría enunciar de la siguiente manera: violentos serán los actos en los que se ejerza una fuerza contra personas u objetos, causando daños en los mismos. Esta, definición, a pesar de lo vaga e imprecisa que es, nos puede ayudar a entrar en el tema de la violencia y la no violencia. Siguiendo esta definición, ¿hacer una pintada seria violencia? Hemos dicho que se consideraran violentos los actos contra personas o cosas en las que se causen daños (sean cuales fueren), por lo cual perece ser que el tema de las pintadas podrían encuadrarse en este caso. Sin embargo también entra dentro de esta definición de violencia el quemar un coche (ya que se trata de una acción de fuerza con daños sobre una cosa), y solo un estúpido sería capaz de mantener ambas acciones al mismo nivel

¿Esto que nos dice?, pues nos dice que dentro de la violencia hay diferentes niveles, y no solo eso, sino que en el tema de la violencia hay un aspecto clave que es la legitimidad, factor que antes anunciaba  y que entraremos a tratar.

Este factor también se encontraba en las primeras argumentaciones expuestas sobre si es violento hacer una pintada. Unos decían que era una agresión contra el mobiliario urbano y que muchas veces perjudica a particulares, pero lo que en realidad estaban diciendo es que en un juicio personal de fines y medios, no valía la pena la acción, es decir, la difusión de ideas no era legitima en la medida en que suponía un perjuicio y por tanto un costo que no era asumible. Lo mismo pasaba con las personas que argumentaban al contrario, que afirmaban la legitimidad de la acción.

Después de esto, seguimos arrinconados en un espacio en el que no existe nada seguro, y en el que todo depende de nuestra propia valoración de costes/beneficios (perdónenme por esta analogía de corte capitalista) a la hora de decidir si es legitimo usar la violencia o no.

Para terminar este pequeño artículo en el que para nada hemos ahondado en fondo de esta disyuntiva, me gustaría que intentásemos analizar el por qué de este juicio de legitimación.

Muy probablemente se trate de un juicio influenciado en gran medida por factores sociales propios de la existencia de cada individuo, aunque me gustaría sacar otros dos factores que pueden influir: la situación y la empatía.

Con situación me refiero a la coyuntura específica que se esté dando en el lugar donde se va a realizar la acción, por ejemplo, no será lo mismo el juicio de legitimación a la hora de quemar un coche de policía, estando en una ciudad de Siria, que al estar en una española. Aquí, un factor situacional importante es que la violencia ejercida por el estado en Siria es muchísimo mayor que en España, lo cual origina una lucha en la que se intenta una igualdad de armas (muy relativa). También podría ser un importante factor situacional dentro de este ejemplo que estamos tratando, el nivel de vida de cada uno de los países; se aceptan los métodos violentos con mayor facilidad cuando la pobreza corroe los huesos de la población del país, y la vida deja de tener el valor que en realidad tiene. Este punto se entronca con el primer punto tratado de factores sociales propios de cada individuo.

El tercer y último factor es la empatía. Este factor es muchísimo más abstracto que los demás, lo que dificulta enormemente su análisis. Lo que he querido demostrar al introducir este punto, es que a la hora de legitimar acciones violenta, juega un importante papel el nivel de empatía que pueda tener el tercero que lo contemple. La persona que posea una marcada concepción del nosotros vs ellos, le costara mas ponerse dentro del pellejo de la persona que ejerce la violencia. Es posible que aun intentando empatizar con el individuo que ejerce violencia, sigamos sin darle legitimidad (aunque sea mínima), pero lo que sí es cierto y fácilmente demostrable es que hay una sector (por desgracia amplio) de la población que ni siquiera se para a reflexionar sobre las condiciones y planteamientos que esgrime, por ejemplo, el encapuchado en una cumbre de G20 al actuar con violencia, haciendo solo caso a lo que sus cercanos le dicen, y a la tergiversación de los medios de comunicación, que mediante la manipulación ejercen un tipo de violencia que se caracteriza por el uso de una fuerza (aunque en este caso no es física) contra la mente de las personas, causándoles daños que consiguen que deje de pensar por sí mismo, y sea un ser sumiso y crédulo ante todos los que quieran mentirle. Vaya, al final ha servido más de lo que esperábamos la definición que sacamos casi al principio del artículo sobre violencia, a pesar de lo chapucera que era.

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