La invisivilización del enemigo

La invisibilización del enemigo consiste en estar en todos los sitios y en ninguno a la vez, de manera que su presencia esté permanentemente y debidamente camuflada para no ser detectada, desviando constantemente el foco de atención por la cual la sociedad se rige, dirige y organiza a través de la propaganda inculcada que emiten los medios de comunicación de masas, previo adoctrinamiento y adiestramiento de las instituciones del Estado.

Todo pensamiento puede ser moldeable según los acontecimientos que los medios de comunicación emitan en cada momento, gestionando la información y priorizando las noticias que consideren más relevantes para los intereses de la clase dirigente.

La importancia que den los medios de comunicación de masas a las noticias dependerá de en qué medida puede ser sugestionado e influenciado el público en general de manera que así la manipulación pueda ser más eficaz. Importa poco la supuesta pluralidad, las diferentes opiniones de los entrevistados cuando no se profundiza hasta llegar a la raíz del problema del tema o cuestión del que se debate.

La raíz del problema se desvía creando distintos grupos de afinidad, de manera que el pensamiento crítico individual (personal e intransferible) queda diluido por una serie de opiniones que influencian de manera «inconsciente» al individuo, despojándolo de su visión sobre la realidad y confundiéndolo (utilizando diversas técnicas) planificadamente a través del arte de oratoria y la capacidad de persuasión de los creadores de opinión, periodistas, escritores, políticos, etc a sueldo del Estado y el Capital.

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