Caracas maltratada

Caótica y desasistida la sultana del Ávila celebra, aunque sin mucha motivación, el 451º aniversario de su fundación a cargo del capitán español don Diego de Lozada, cuando el 25 de julio de 1567 el valle de Caracas, hoy día capital de la República y centro de los poderes, la habitaba la tribu indígena de los toromaímas, descendientes de los Caribes, bravíos con fuerza y valentía por la defensa de su territorio, aunque ya por 1560 el mestizo Francisco Falardo había intentado colonizarla, por lo que ya se sabía de la resistencia para lograr su establecimiento, como Santiago de León de Caracas, nombre con el cual, hoy día, no la refundaría Lozada, sino como Santiago de León del caos y la desidia ya que desde entones, aparte de  Antonio Guzmán Blanco es por quien no tenemos nuestras principales iglesias y templos  improvisados bajo caneyes y potreros con empalizadas, también repentizados  como plazas públicas, así como del coronel Carlos Delgado Chalbaud, cuando durante  su administración se crea la Zona Metropolitana de Caracas, hoy Gran Caracas, porque ya se palpaba desde la misma época de La Colonia, el auge demográfico de la misma en virtud de sus ventajas y posición geográfica, para delicia de gente de provincia, europeos y turistas provenientes de cualesquiera partes del mundo.

Lamentablemente, nuestra otrora ciudad de la eterna primavera, y de los techos rojos, privilegio de unos pocos, es víctima de la improvisación, el politiqueo y la corrupción, razones por las que ostenta, hoy por hoy, un aspecto de abandono, miseria e insalubridad a causa, entre otras, de un servicio pésimo recolector de basura y de un sistema de bombeo de agua potable deteriorado, íntegramente, aparte de considerarse como una de las ciudades más inseguras del mundo.

Isaías A. Márquez Díaz

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