¿Hacia una sociedad fragmentada?

puzzleParadójicamente, al concepto de socialismo, que encierra la idea y/o principio de cohesión social, hoy día nos hallamos ante una sociedad venezolana totalmente imprevisible, ya que existen varios factores que, permanentemente, alientan tal cualidad, como por ejemplo: la hipocresía, la desidia y la “viveza criolla”, que motivan nuestras pasiones y actitudes; aparentemente, nadie le cree a nadie y muchísimo menos tratándose de asuntos políticos. Es tal la suspicacia y/o desengaño; inquietudes que nadie sabe o prevé qué podría acaecer a mediano o corto plazos, como por ejemplo en las variables económicas, judiciales, las conexas al punto de vista del mandamás del Poder Ejecutivo, o hasta las más intrascendentes sobre el clima o los espectáculos.

Y, así, discurrimos en tiempo y espacio, entre una confabulación de roles individualistas, donde el dinero es la estrella más fulgurante, y la felicidad se torna en utopía inalcanzable, para una franja muy estrecha de la sociedad venezolana, situación que, en algunos, les hace caer en depresión.

Nos encontramos, entonces, ante una sociedad fragmentada o, en derechura, a tal fenómeno psicosial, como base social de una “democracia restringida” o “formal” de las “democracias restringidas y/o formales”; es decir, una política democrática (¿?) que se sustenta mediante la generación de una sociedad fragmentada (el principio maquiavélico “divide y reinarás”).

La fragmentación constituye una estrategia del poder dominante que divide al total de la sociedad en conjuntos de grupos aislados, minoritarios, cuyos integrantes se declaran la guerra entre sí y, de esta forma, adquieren la condición dual de víctimas y victimarios. Así, se evita la constitución de mayorías hegemónicas accesibles al poder político, además de imponer sus necesidades y/o aspiraciones. En efecto, se logra el control social horizontal, aprovechándose de la crisis sociopolítica, que  agobia al colectivo en general.

La estrategia de fragmentación social es una política que requiere romper con el horizonte de totalidad a fin de asegurar un espacio propicio para los pactos políticos del gobierno de turno.

Algunos de sus mecanismos son, entre otros: “la existencia de un enemigo voraz” y “la cultura del naufragio”.

 Isaías A. Márquez Díaz

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio