El presente ensayo es un intento por explicar el componente étnico, discutido por seis diferentes autores: Guzmán Bockler, Herbert, Severo Martínez, Sergio Tischler y Torres Rivas, que logran interpretar desde un contexto histórico el desarrollo de una “crisis social”, que es un continuo debate que explica las raíces de la organización social guatemalteca.
I. La organización étnica
Las clases dominantes fueron los Criollos, determinantes de una posición privilegiada en la pertenencia de tierra y privilegios que la Corona concedía. Sin embargo, los peninsulares fueron el grupo opositor, reclamando sanguíneamente una conexión directa con la Corona española. De último prevalecía un sistema de “castas” que según Severo Martínez, era compuesto por Indios, mestizos y negros. Por lo que los sistemas de clase y la categoría de “castas”, asumo que es una distinción que Martínez define como la incapacidad que tenían de una movilidad social, era una estructura invertida a favor del terrateniente, que reproduce un sistema a su medida, sin la preocupación de brindar estabilidad social, que mantenía un sistema de explotación feudal, en cuanto a las relaciones de poder.
En mi opinión, la estructura racial que se formó desde un inició colonial fue determinada por los intereses de la corona española, compuesta por factores étnicos, raciales y políticos. Organizados por estamentos inamovibles que han evolucionado hasta el presente. Guzmán Bockler lo ha definido como un macro sistema, en el cual se dinamizan estructuras sociales, el sistema de producción (la tierra), el comercio exterior y todos los demás componentes que otorgan poder a un sistema de dominación dual como alienante.
El sistema de valores que componía la clase social, partía de un antagonismo dual donde la pertenencia a la tierra era un factor preciso en cuanto a la disposición de poder y determinar la clase social a la que se pertenecía. Las concesiones de tierra que fueron dadas por privilegios, la mayoría fue latifundista, explotadas a un principio por esclavos indígenas y luego por siervos libres y negros. Era reproducir un sometimiento económico de ventajas a una sola vía, el terrateniente. Las relaciones de poder se invisibiliza en la dialéctica indígena ladina, sustentando una legitimidad de opresión. Aunque se estaba generando cambios en la estructura social, la ramificación de capas, como la burguesa, los ladinos en las villas, el proletariado, el sistema de explotación se sigue dando. Porque la tendencia de la tierra y los sistemas de producción motivan a que el ciclo de sometimiento no cambie.
Sin embargo, la clase ilustrada de la capa media alta urbana, infiero que rompía con un esquema rígido, teniendo una tendencia política definida. Influyendo en la política estatal y capacidad de explotar a lo dominados, mantenían una comunicación con las clases altas rurales y formaban parte de un pequeño grupo de personas sapientes.
II. Evolución étnica del sistema de mercado y las fuerzas laborales
En Torres Rivas el estrato terrateniente era dueño de haciendas de café, las cuales movían a un Estado “finquero” orientado en la producción y expansión del cultivo del café. Refiriéndome al contexto que plantea, se discute una burocracia asimétrica no étnica, ocupando el lugar servil el campesino indígena que trabajaba por habilitación y era considerado como una mano de obra barata. En el estrato terrateniente, la dependencia económica no producía un Estado autónomo, es más, estimulaba a que la existencia de un mercado internacional fijara los precios y que fuera un desarrollo hacia afuera.
Las tierras minifundistas útiles para el secado del grano, formaban una pequeña oligarquía no influyente al Estado. Pero formaba uno de los procesos de producción del café. La política de concesión de tierras y la mano de obra barata, compuesta por mozos, campesinos, parcelas habilitadas, formaban parte de un sistema de apropiación de los excedentes del trabajo agrícola. Infiero que el cambio de producción, en cuanto a la intensificación de producción agrícola, tecnificó de cierta forma al campesino. Pero siguió sometido en una relación obrero patronal de explotación y alienada al trabajo en haciendas de café.
Los enclaves que en la Reforma Liberal se fueron dando, no cambiaron a un sistema de clase a favor de los menos favorecidos, pero sí logra acrecentar una las capas urbanas un proceso productivo mercantil y agrícola. La estratificación ahora estaba emprendida por los mismo terratenientes, ahora dueños de haciendas de café, le seguían los productores de café, los que llevaban a cabo el proceso del grano. Luego estaban los beneficiados dominantes, comerciantes, importadores, exportadores. Y por último los campesinos que eran la riqueza productiva. Peones de un trabajo explotado, producto de un Estado liberal que aseguraba la reproducción de condiciones que garantiza el trabajo forzado. En cuanto al enclave del banano, fue una forma moderna en la tendencia de la tierra, aunque ofrecían salarios relativamente mejores a los puestos medios, alcanzaron un monopolio que controlaba las ferrovías del país.
La apropiación económica del enclave, en mi opinión, no repercute en un cambio económico radical. Porque el café de cierta forma también lo era, figuraba como monocultivo y la producción estaba concedida a migrantes alemanes. Aunque sí produjeron cambios diferentes en la estructura de clase, las políticas condicionaban un sistema que seguía siendo de explotación. Como afirma Tischler, era una relación de producción capitalista, pre moderno pues no se había llevado a cabo una revolución burguesa. O como afirma Torres Rivas, que fue el fracaso del desarrollo por una dependencia económica, en mi opinión.
Según lo que he planteado, el problema étnico es de componente racial, institucionalizado a inicios del dominio español por la lucha de los medios de producción, tendencia de la tierra y demás ventajas económicas. El Estado favorecía con políticas internas al sistema de dominación, limitando la acción social de las clases dominadas, creando un ciclo que evolucionaba a complacencia de los dominantes. Los estratos sociales eran movibles a partir de cierta capa media, figurando nuevos espacios pero no motivando a una revolución burguesa. Lo que mantuvo el statu quo de dominación.
Luisa Fernanda Díaz
Referencia bibliográfica
Martínez, Severo.
1973 La Patria del Criollo. Guatemala: Editorial Universitaria Centroamericana EDUCA, 2da. Edición
Guzmán, Carlos y Jean Loup H.
2002 Guatemala: una interpretación histórico-social. Guatemala: Editorial Cholsamaj
Torres Rivas, Edelberto.
1971 Interpretación Del Desarrollo Social Centroamericano: Procesos Y Estructuras de Una Sociedad Dependiente. Editorial Universitaria Centroamericana
Tischler, Sergio.
2009Guatemala 1944: crisis y revolución. Ocaso y quiebre de una forma estatal. Guatemala: F&G Editores