[Libro] Anarquistas de Bialystok. 1903-1908

Introducción

Bialystok… Hace un siglo las noticias de la lucha anarquista en esta pequeña ciudad del extremo oeste del Imperio Ruso animaban a lxs compañerxs en cada rincón del país, pero también llegaban a Berlín, Londres, París, Nueva York, Buenos Aires… El anarquismo llegó allí inesperada y potentemente, como una bola de fuego, para desaparecer pocos años después, no sin dejar a su paso, un montón de cuerpos de compañerxs caídos y, una vez más, cadáveres de policías, burgueses y chivatos. Lxs anarquistas allí, como en cualquier parte, fueron solo un puñado, y más concretamente un puñado de marginadxs y semi-iletradxs o simplemente analfabetxs, todxs ellxs muy jóvenes. No sin razón, fueron tachadxs por los historiadores de anarquistas fanáticos adolescentes.

En general esta primera generación de anarquistas en Rusia existió a partir de 1903 y, al margen de unas pocas excepciones, fue completamente aplastada hacia 1908. El perfil típico anarquista fue:

1. El/la obrerx o aprendiz, especialmente de las ramas de la pequeña artesanía (zapateros, sastres, panaderos, costureras, etc).

2. Un/a desclasadx que, a pesar de provenir de la clase media y haber obtenido cierta educación, no podía esperar mejorar su existencia individual, teniendo en cuenta la jerarquía social o la discriminación de las llamadas minorías.

3. Naliotchik (el asaltante), un bandido o ladrón, que encontró en lxs anarquistas a su alma gemela y fue recibido con los brazos abiertos.

Individualidades como Farber, Friedman, Elin o Shpindler no tenían ni grandes planteamientos políticos, ni estratégicos. No conocían todavía palabras como el compromiso, el diálogo o la negociación porque no se las usaba nunca en un ámbito anarquista. Querían la Anarquía y se la jugaron. No sabían nada de la demagogia que impulsó la creación de organizaciones tan patéticas como la Federación de los anarquistas-comunistas formada en Petersburgo durante los momentos difíciles de 1918, ni de las críticas a la  expropiación expresadas por parte de lxs intelectuales anarquistas. Claro, todo esto sucedió luego y ellos murieron antes, mucho antes. El hecho de que el 60 % del total de todxs lxs anarquistas ejecutadxs, encarceladxs o enviadxs a katorga o destierro en la primera década del siglo XX fueran condenadxs por robo a mano armada habla por sí mismo de las realidades en las que vivían y en las que creían.

Este libro tiene su germen en un relato autobiográfico firmado como uno de Bialystok (el autor fue Yuda Grossman) y publicado en el Almanaque Anarquista, que fue editado por el compañero Ignatiy Musil (alias Rogdaiev) en París en el año 1909, donde fueron compilados varios textos sobre la historia del anarquismo en Rusia. Sí, entonces la historia tenía que ser escrita muy rápido porque la muerte en la lucha para aquellos que aún seguían vivos podía venir de repente.

Intentando resolver un imposible rompecabezas, he añadido varios detalles o explicaciones, las cuales el autor no supo o no quiso revelar por varios razones y las cuales he hallado tras leer incontables textos y notas dispersas en ruso o polaco.

Las octavillas y las necrológicas vienen del libro Anarjisty. Documenty y materialy 1883-1935 publicado en 1998 en Moscú, donde varios historiadores, teniendo acceso a los archivos del Estado, recopilaron -de manera arbitraria y como les dio la gana- los textos originales de la época […]

Editorial: Furia Apátrida y Edicions Anomia.

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https://www.nodo50.org/anomia

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