Maurice Bernardon, el otro Angiolillo

El anarquista Mauricio Bernardon fue el que introdujo las bombas de inversión en la península y, por tanto, una de las claves de los atentados que, bajo una particular interpretación de la propaganda por el hecho, tuvieron lugar en Barcelona, París o Madrid entre 1904 y 1906.

Nacido en Bélgica en 1882 o 1883, Gustave Maurice Bernardon Lizot1, también citado Bernardou o Bernandon, vivía con su familia en París en 1891, cuando fue internado en un psiquiátrico a petición de sus padres por haber encerrado en un armario a una vecina de dos años, con el consiguiente riesgo de asfixia…

JOVEN HOMICIDA: El joven Mauricio Bernardon, solo tiene siete años, pero promete. [..] La madre del joven asesino ha pedido que sea arrestado”2.

El paso por las instituciones psiquiátricas y la austeridad de los reformatorios franceses de la época explicaría, entre otras cosas, aquel carácter austero y carismático que se le atribuye, cuando no aquella base educativa que le facilitaría el dominio de varios idiomas y decidirse por los estudios de química, para los cuales demostró bastante talento.

Asentado en Bélgica con el cambio de siglo, aprendió el oficio de artificiero y fue militante de la juventud libertaria (Union libertaire) de Sant Gilles desde 1900, pero hubo de abandonar la ciudad tras efectuar unos disparos el 27 de julio de 1902.

Quizás refugiado en el gran París, se amigó primero con Mateo Morral cuando este realizaba sus viajes por Europa, y entraría poco después en contacto con el comité antimilitarista local y probablemente conociera entonces al estudiante de medicina Pedro Vallina quien, exiliado político español y muy interesado en la química aplicada, le recomendó a sus homólogos de Barcelona, dónde parece que llegó en la primavera de 1903, quizás junto a Morral o al propio Vallina.

Cerca de dos meses los pasé en Barcelona y mi labor fue muy fecunda. Dejé el material de un laboratorio de química para explosivos e instrucciones para manejarlo, y además lecciones prácticas..”3

A su llegada contactó con el anarquista Joan Rull, por entonces presidente del comité antimilitarista local, en cuya casa residió largos meses, iniciándolo en las primeras nociones de química, que luego utilizaría por su propia cuenta y riesgo, y así le fue.

Mas tarde concluiría en la horca Juan Rull, anarquista confidente de la policía, colocador de bombas sin ton ni son, en cualquier sitio.”4.

Parece que Bernardon trabajó en aquellos primeros meses en Barcelona en una pirotécnia cerca de la plaza de Las Arenas, pudiendo situarle allí en octubre de 1903, cerca del grupo Juventud Libertaria, cuando mencionaba la prensa francesa que había sido detenido junto a Juan Rull por hacer propaganda libertaria en los cafés de Badalona y puesto a disposición del cónsul de Francia, que lo devolvió a Francia.

La Juventud Libertaria no es de anarquistas de acción, como se ha dicho, sino de intelectuales, que se ocupan en publicar obras para ditundir nuestras doctrinas..”5.

Se dijo desde fuentes policiales que en los meses siguientes, el maestro pirotécnico Bernardon frecuentaba al anochecer una barbería del barrio de Sans, donde instruía a algunos en la manipulación de explosivos y, acorde con su perfil de militante intelectual, colaboró en L’Espagne Inquisitorial, periódico escrito en Barcelona pero publicado París en la primavera de 1904 que dirigió la campaña internacional contra el gobierno y el rey Alfonso XIII, a quien los revolucionarios españoles tenían muchas ganas, ya que que habían jurado vengar a los campesinos de Alcalá del Valle, represaliados en agosto de 1903.

00_AtentadoCalleFerran-Barcelona_17-11-1904_

Por todo ello, Bernardon sería detenido de forma preventiva en Barcelona por fijar proclamas sediciosas -posiblemente junto a Jesús Navarro en mayo- e involucrado en las explosiones que comenzaban a sacudir la ciudad a partir del 4 de septiembre, al estallar una en el Palacio de Justicia.

Mantenido en régimen de incomunicación hasta diciembre junto a los hermanos Rull y otros, las bombas continuaron explotando en Barcelona, y aunque la prensa anunció su pronta libertad en febrero, no fue excarcelado hasta el 23 de mayo de 1905, con la obligación de expatriarse.

El súbdito francés Maurice Bernardon que desde mucho antes de estallar la bomba del Palacio de Justicia se hallaba preso, nos escribe rogándonos hagamos constar que es completamente inexacto que él pudiese ser el que facilitó la receta para construir la bomba, por cuyo supuesto delito está procesado y aún continúa preso”6.

Resulta importante destacar que, durante su permanencia en prisión y pese al régimen de aislamiento que denunció la prensa, Bernardon instruyó a algunos compañeros en el uso de explosivos, y que fue puesto en libertad, expulsado por elemento peligroso a Genova, donde también estaba reclamado por la justicia. En aquel barco, el mismo en el que viajaba un grupo de obispos argentinos a Roma, quizás tarareaba la siguiente tonada.

Con dinamita y con petroleo reformaremos la nación. Regaremos las calles de sangre hasta borrar el nombre del rey..”7.

Pocos días después, en la madrugada del 1 de junio, estalló una bomba lanzada por Alejandro Farrás contra el rey de España en las confluencias de la calle Rivoli y Rohan de París, esfumándose Farrás, o mejor dicho quien utilizó ese nombre, y dejando Bernardon con un palmo de narices al juzgado de Barcelona que lo reclamaba, y en evidencia a la policía española que había facilitado con su excarcelación la ejecución del atentado; como se admitía de forma implícita en un comunicado oficial, emitido desde Génova el 24 de mayo de 1905, en el que se afirma que la policía vigilaba a los anarquistas rusos allí afincados, que habían remitido explosivos a París.

Además de los anarquistas, había en París una numerosa colonia compuesta de socialistas revolucionarios rusos, hombres de inteligencia y de acción..”8.

Alejado de Barcelona, Bernardon andaba algo preocupado por Milan a finales de 1905, cuando Tomás Herreros, miembro del grupo Juventud Libertaria y del Comité antimilitarista le escribió desde la cárcel barcelonesa, comentándole la marcha del juicio que se iniciaba por lo de la bomba explotada en el Palacio de Justicia, en la que él también estaba implicado, donde Joan Rull lo había mencionado siguiendo la estrategia de defensa entre los anarquistas españoles del momento, despistar al personal y señalar..

..al juez, al jefe de la policía y á varios agentes que ofrecieron dinero á Mauricio Bernardón para que éste le acusara”9,

Poco después Bernardon sería detenido en Milán a causa de la explosión de un artefacto mientras lo manipulaba, aunque declaró ante el juez eran ..solo fuegos artificiales10.

bernardon_anexo

Para saber algo más de nuestro protagonista debemos saltar hasta el 26 de mayo de 1909 cuando, en el marco de las agitaciones previas por la guerra de Marruecos o quizás acompañando a alguna delegación esperantista que acudía al certámen internacional que se celebraba en Barcelona, se dice que fue detenido y expulsado de España.

De seguido le localizamos en Nancy, entre 1910 y 1914, donde fue militante de la Union de Sindicatos de Meurthe-et-Moselle e integrante del grupo libertario de Nancy, llegando a ser secretario de la Unión Departamental -UD- entre 1911 y 1912 y representando a los sindicatos de la región hasta la primera guerra mundial.

Continuó su militancia en 1919-1920, siendo entonces secretario del sindicato de los empleados de comercio de Nancy y miembro de la comisión administrativa de la UD.

Hasta aquí hemos visto que Bernardon, inventor e introductor de las bombas de inversión y de relojería en la península, fue una de las claves de los atentados que, protagonizados por los anarquistas españoles, tuvieron lugar en Barcelona, París y Madrid entre 1902 y 1906.

Añade que el autor moral de los atentados de Barcelona es Mauricio Bernardon, verdadero genio del mal y químico inteligente”11

Si el milenarista Angiolillo está considerado uno de los exponentes clásicos del terrorismo anarquista, o mejor dicho, del uso de procedimientos violentos con fines revolucionarios, caracterizado en esta versión por la ejecución de actos poco planificados y de iniciativa casi exclusivamente individual, llevados a cabo sin apoyo exterior ni trama conspirativa adjunta, y que solían acabar con la vida del propio autor, ya que la precariedad del arma o el artefacto le obligaban a acercarse al máximo al objetivo y confiar en que el mecanismo no fallase.

En este mismo lugar acostumbraba a sentarse Angiolillo, Un día desapareció y a poco mató a Cánovas. Nunca hubiera creido que aquel hombre tan tranquilo y amable pudiera matar a una fiera en una jaula”12

Podemos decir que con Bernardón se inició una nueva etapa en la acción directa de carácter violento, donde las innovaciones técnicas solucionaban la mayoría de los problemas anteriores, pero generaban otros: la mayor potencia del explosivo debido a que los avances químicos, la incorporación de mecanismos de retardo que daba un margen de tiempo más amplio para la huida e implicaba sobre todo una mayor complejidad en su transporte y montaje, lo que suponía urdir una trama de mayor envergadura y, a su vez, un autor material con nervios de acero.

016_ArtefactoAtentadoAlfonsoXIII-Paris_1905Y para colmo de previsión, los anarquistas habían puesto en la bomba los dos tubos de vidrio; ellos pensaban así que, en el caso de que el choque fuera insuficiente para determinar la explosión del fulminato de mercurio, no lo sería para romper los tubos de vidrio, y la explosión era entonces inevitable por el contacto del acido sulfúrico concentrado con el fulminato de mercurio”13.

Más allá de la complejidad técnica u organizativa, nos interesa destacar que a partir de la inclusión de Mateo Morral en el devocionario anarquista tras el atentado de la calle Mayor en 1906, había sido Angiolillo el símbolo revolucionario de los jóvenes anarquistas españoles, entre los que circulaba con nocturnidad el libro El Indicador Anarquista en los años de cambio de siglo; y su grito de ¡Germinal! inspiraría otros actos individuales similares como el del anarquista Artal, uno de los últimos tiranicidas españoles de inspiración clásica, quien quiso vengar a los campesinos de Alcalá del Valle atentando con un puñal contra el presidente del gobierno el 12 de abril de 1904.

Él murió en prisión, quizás la de Ceuta, en 1909 y Maura salió casi ileso.

Caserio, Bresci, Angiolillo, Czolgoz, Pallás, Vaillant y tantos otros que sacrificaron su vida por la emancipación de los trabajadores, hiriendo a los que consideraban más directamente responsables de las injusticias sociales, han merecido la simpatía de sus compañeros […] aun aquellos anarquistas que no creen en la eficacia de los procedimientos de violencia. Lo mismo podemos decir de Joaquin Miquel Artal”14.

Visto lo sucedido con Artal, el método explosivo ideado por Bernardon tenía mucho sentido y debió ser muy bien recibido entre los anarquistas españoles, pero su amplia difusión provocó que se detonaran entre 1904 y 1907 muchos artefactos de dudosa autoría, sobre todo en Barcelona que comenzaría a ser llamada entonces como la ciudad de las bombas; unos años en los que estallaban extraños artefactos en los portales, máquinas infernales que llamaba la prensa con fines interesados; sembrar el pánico y justificar la represión de la militancia anarquista.

00_Vocero_Terror blanco-BCNDe hechos de aquella naturaleza, tan heróicos como os plazca, más también descabellados, que costaron enormes sacrificios y resultaron contrarios a nuestro propio interés, no se tardó en pasar a otros, que no quiero mencionar, cuya admisión -con elogios en muchos casos- dio lugar a que cayese el anarquismo a los bajos fondos de las ciudades, donde no se perdió porque -con frase de Oscar Wilde- hasta desde el fango se divisa la estrella del ideal..”15

Los actos violentos que sí llevaron firma anarquista, es decir, los tiranicidios frustrados de París en junio de 1905 y luego el de Madrid justo un año después, guardan paralelismos tanto en su modus operandi como en los participantes e implicados, entre ellos Maurice Bernardon, autor intelectual y colaborador directo, más allá de que, en nuestra opinión fuesen perpetrados por una mano diferente.

..las bombas de la calle de Rohan fueron tiradas, no por Morral y Vallina, como muchos han creído, sino por un anarquista muy amigo de Ferrer, que después del atentado fue a los Estados Unidos y que de cuando en cuando va a París..”16.

Finalizaremos recordando que, aquella particular interpretación del método de la propaganda por el hecho en el que se engloban las tentativas de regicidio mencionadas, no debe ser nunca entendida como apología de la violencia anarquista, tal cual marca la historiografía oficial a partir de casos, que los hubo -y habrá- como en del terrorismo blanco de Rull y su grupo, versión que no han sido suficientemente combatida desde los medios libertarios.

Vanas son las medidas de policía, que bien pueden servir para oprimir, pero jamas servirán para liberar. Vano -y, peor que vano, homicida- es el terror revolucionario.. Verdad es, según nosotros, que el terror es un peligro, y no ya una garantía de éxito, para la revolución. El terror en general cae sobre los menos responsables; otorga valor a los peores elementos, a aquellos mismos que habrían sido esbirros y verdugos bajo el viejo regimen, y se sienten felices de poder desahogar, en nombre de la revolución, sus perversos instintos y poder satisfacer sus sórdidos intereses.”17

Tal y como lo definió el propio Malatesta y su amigo Cafiero allá por 1876, la difusión del anarquismo por medio de la propaganda por el hecho alude sin embargo a la ejecución de actos insurrecionales en sentido expansivo y directo a las bases de la autoridad, estrategia de hechos consumados y ejemplarizantes que actuen como altavoz del ideal anarquista; una idea que sería perfilada en clave sindical-revolucionaria en la Carta de Amiens en 1906, como acción directa y autónoma de los trabajadores, que incluía entre otras recetas la huelga general, las bolsas de trabajo, el sabotaje y el boicot, el label o la educación racionalista,..

Creímos pertinente este artículo atendiendo a que, delante de las injusticias y aberraciones que se cometen contra el género humano a estas alturas del verano de 2015, algunos podrían considerar, como lo consideraron Vallina, Morral, Malato, Ferrer, Bernadon y otros, que esta justificado la apelación a medios violentos para llamar la atención sobre el actual estado de las cosas.

Ahora bien, saber cual de los métodos de violencia -verbal, escrita o gestual- fue y debe ser la más defendida y utilizada por los anarquistas, es harina de otro costal, o mejor dicho, materia para otro texto que tenemos en preparación.

NOTAS:

La Lanterne 20-07-1891. También, La Vanguardia 03-02-2009.

2 Ver, Le Radical 20 y 24-07-1891; Le Petit Parisien 20-07-1891.

3 VALLINA: Mis memorias. Editorial Libre Pensamiento, 2000, pp.92-93.

La Época 22-04-1904. La foto de Bernardon que publicamos en portada fue tomada durante esta primera detención. También, Le Journal-París 28-10-1903; La Publicitat 18-12-1905.

La Publicitat 04-04-1905. En la imagen, instantánea del atentado en la calle Ferrán, el 17 de noviembre de 1904. También, Las Provincias-Valencia 18-02-1905.

7 Letras de una canción anarquista de la época, cantada con la melodía de la Marsellesa, en MASJUAN: Un Héroe trágico del anarquismo español, Mateo Morral 1879-1906. Icaria, Barcelona, 2009, p. 173. También, La Publicitat 03-03-1905; El Porvenir del Obrero 25-11-1904; La Vanguardia 21-12-1904; La Cruz 18-05-1905; El Pueblo-Valencia 23-05-1905.

VALLINA: Mis memorias. Ob. Cit, p. 86. Ver, La Vanguardia 09 y 16-07-1905. También, MASJUAN: Un Héroe trágico del anarquismo español. Ob. Cit, p. 179.

ABC 19-12-1905. Fueron absueltos y a partir de ahí Rull, como se encargó de desenmascarar Herreros, actuaría en connivencia con las autoridades, “Rull, en sus declaraciones solemnes hizo constar la distinción entre las bombas anarquistas y las bombas colocadas como pretexto para justificar la persecución de los anarquistas.”, El Motín 23-06-1910.

10 ROMERO: La Romana del Diablo. Marcial Pons Historia, 2000 , pp. 39-40.

11 El Diluvio 16-11-1905. En la imagen la bomba-piña lanzada por Farrás contra Alfonso XIII en París, cuyo mecanismo y funcionamiento sería igual a la utilizada por Morral en Madrid un año después.

12 VALLINA: El tirano y el tiranicida, Solidaridad Obrera 31-08-1961. El librepensador José Nakens, director de El Motín, conocía los planes de Angiolillo y no lo delató, así como ayudó a Morral en su huida tras el atentado, siendo en ambos casos procesado, “Del extranjero vino Angiolillo á asesinar a Cánovas. De allá vino Morral para el crimen de la calle Mayor. De allá ha venido Pardina á asesinar a Canalejas. Los complots inductores de estos atentados se suponen siempre en el extranjero..”, El Motín 28-11-1912.

13 ABC 06-06-1905. Tal y como declaraba al respecto el químico francés Marcelin Berthelot, fallecido en 1907, “..el conocimiento teórico es, en la mayor parte de los propagandistas, muy pobremente comprendido, pues sus hechos más terribles lo hubieran sido mucho más si hubiesen podido seguir lo enseñado por la experiencia científica. Además, el anarquista no puede trabajar tranquilamente como el químico..”, Por Esos Mundos 01-06-1906.

14 El Porvenir del Obrero 25-11-1904. A Artal, que también había pasado por el hospicio, se le encontró en el bolsillo un artículo de Blasco Ibañez en el que se decía que Maura era ..carne de Angiolillo. Ver, MASJUAN: Un Héroe trágico del anarquismo español. Ob. Cit, p. 166.

15 Solidaridad Obrera 22-04-1950. La fórmula de Bernardon fue publicada en el periódico El Espartaco, aparecido en Barcelona en noviembre de 1904, según declaraciones de Alfredo Picoret. El Diluvio 16-11-1905.

16 La Correspondencia de España 13-11-1912. Ver, GRAN: Atentado en París [1905] Alacant Obrera, 2011.

17 MALATESTA: Prólogo de Dictadura y Revolución de Luis Fabbri, citado en Solidaridad Obrera 22-04-1950. También, JJLL-Gijón: Acción directa, propaganda por el hecho y violencia.

Alacant Obrer
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