Candela, vecina de la calle Mesón de Paredes, lleva 21 años alquilando un modesto piso de la Empresa Municipal de Vivienda. Hace poco le ha llegado una carta de dicha empresa reclamándole el pago de una serie de recibos atrasados, el primero de ellos de 1996. La EMV le dice que pague antes del 20 de septiembre, o si no comenzará un proceso judicial contra ella. Aunque nuestra vecina ha abonado todas sus últimas mensualidades y ha entablado varios procesos de aplazamiento de los pagos pendientes a lo largo de estos años, la EMV ahora, y sin previo aviso, le exige pagar toda su deuda: si no la mandará a la calle. Esta deuda es de hace ya muchos años, de cuando ella y su familia no pudieron hacer frente al pago del alquiler.
Su situación y la de su familia es complicada, como la de muchos/as de nosotros/as, con el agravante de que en esa vivienda residen también dos menores, de 3 y 13 años respectivamente. Los ingresos que hay en su casa no permiten destinar dinero para pagos extras. Al margen de esto, desde el Grupo de Vivienda de la Asamblea Popular de Lavapiés pensamos que no debería pagar esta deuda, ya que queremos que la vivienda sea un bien social, no un objeto de especulación. Candelas lleva años pagando alquiler, lo que compensa con creces el precio de esta vivienda.
Queremos denunciar las prácticas de la EMV, que no son otras que hacer negocio de nuestras necesidades. Ya nadie se cree el cuento de que están para ayudar a quien necesite un techo. Los/as que vivimos de cerca la realidad de la vivienda “pública”, sabemos que se echa a la calle todos los días a gente, y les da igual si tienes menores a tu cargo o no, si estás en situación precaria o no. De hecho sabemos que incluso los/as asistentes sociales que trabajan para ellos te amenazan con quitarte a tus hijos (desde aquí les mandamos nuestro más sincero desprecio, por ser cómplices y a veces ejecutores/as de la injusticia).
No debería haber ni una sola casa vacía y más tratándose de estos/as señores/as de la EMV, que se llenan la boca diciendo que las casas son para ayudar a familias. Por ejemplo, en la misma calle Mesón de Paredes hay dos casas vacías desde hace cinco años y acaban de echar a la calle a dos familias, culpables de no tener ingresos para pagar los alquileres que impone la EMV. Con lo cual, las/os obreras/os, además de sufrir una situación difícil debido a esta crisis creada por los ricos, ¿también tenemos que poner la otra mejilla?
Ni hablar. Nos solidarizamos con Candela y la apoyamos en esta lucha.
Y desde aquí animamos a la clase trabajadora a practicar el apoyo mutuo, empezando por el próximo miércoles 19 de septiembre a las 12 del mediodía en la puerta de la sede de la EMV en C/ Palos de la Frontera 13.