Continúa la segunda huelga de hambre de José Luis Burgos contra el Banco Santander

Burofax enviado por José Luis Burgos el 1 de febrero de 2011 a la central del Banco Santander en Madrid.

Sr. Director General del Banco de Santander

Servicio de Atención al Cliente

Ciudad Grupo Santander

Avda. Cantabria, s/n

28660 – Boadilla del Monte (Madrid)

Barcelona, 1 de febrero de 2011

Sres. del Banco Santander:

José Luis BurgosDesde el pasado 30 de noviembre permanezco a las puertas de su oficina del Banco Santander en Paseo de Gracia, 5 de Barcelona, realizando una protesta para denunciar el atropello que su entidad está realizando conmigo. Inicié esa protesta con una huelga de hambre que duró 24 días, poniendo fin a la misma el pasado 23 de diciembre de 2010 tras sufrir un grave empeoramiento de salud, lo cual fue comunicado en todo momento a los responsables de su sede en Barcelona.

Su entidad ha rehusado durante dos años abonarme la póliza de seguro que ustedes me obligaron a contratar en el momento de suscribir la hipoteca de mi vivienda, argumentando que yo les había ocultado que tenía una poliomielitis previa, algo completamente falso y absurdo ya que la polio en mi caso era totalmente visible e imposible de ocultar, sufrí con esa polio cuando era niño una parálisis de mis extremidades inferiores, con lo cual he tenido que hacer uso durante toda mi vida de aparatos ortopédicos para poder caminar, algo que además de ser patente se comunicó al director de su oficina de Sallent, el Sr. Pere Tena.

Inicialmente estaba prevista la subasta de mi vivienda para el día 15 de diciembre de 2010. Tuve que sufrir en plena calle durante 15 días unas condiciones climáticas y de agotamiento, inhumanas, ante la pasividad de los responsables de su Delegación Territorial en Barcelona, hasta que justamente el mismo día anterior a la subasta, a las 20 horas, curioso, el responsable de riesgos en Cataluña, Sr. José Vázquez y dos directivos más de su entidad me invitaron a pasar al interior de las oficinas para comunicarme algo tan inverosímil como lo siguiente: ha llegado a nuestro conocimiento gracias a la campaña mediática que usted está desarrollando con su protesta, que tiene usted reconocida oficialmente la ayuda a la dependencia con un nivel 2, lo cual es equiparable a una invalidez absoluta y por tanto tiene usted derecho a la indemnización del seguro contratado en su día…

Es indignante la burla y desprecio de los que soy objeto, más de dos años después de haberles entregado toda la documentación relativa a esa sentencia de invalidez y ayuda a la dependencia, de la cual tengo copia sellada por ustedes, me dicen algo así. Desconozco si su nuevo argumento lo utilizan ustedes como una mala excusa que pueda justificarles ante los medios de comunicación que han difundido la noticia, o es que su malas prácticas bancarias les impiden decir la verdad.

Debo confesar que todo lo que está ocurriendo en torno a mi expediente me ha sido muy difícil de asimilar, no encontraba ningún tipo de explicación lógica a la actitud y respuesta de su entidad bancaria. Ahora he podido ir ligando cabos y abrir los ojos ante la realidad de un procedimiento, desde un inicio fraudulento y con claros visos de estafa por parte de su entidad, el Banco Santander:

1. Cuando hace ya unos ocho años suscribí con su entidad la hipoteca de mi vivienda, lo hice en la confianza que me merecía su entonces director de oficina de Sallent, el Sr. Pere Tena, con el cual no teníamos una amistad pero sí nos conocíamos personalmente desde ya hacía años, piensen ustedes que vivimos en poblaciones de muy reducido número de habitantes, 4.000 y 8.000 respectivamente entre Balsareny y Sallent, y con una distancia de 4 kilómetros entre ambos pueblos vecinos, por tanto, para bien o para mal nos conocemos todos. También deposité mi confianza en una entidad financiera como el Banco Santander, que tanta imagen de proximidad y prestigio vende a sus clientes antes de “cazarlos”.

2. La operación hipotecaria la supeditaron ustedes a la contratación de una póliza de seguro que cubriese el riesgo del capital entregado en dicha hipoteca, en el desafortunado caso en que se pudiera producir cualquier tipo de siniestro, muerte o invalidez, que imposibilitara la devolución del préstamo hipotecario. Lo cual me parece del todo interesante e incluso recomendable para este tipo de operaciones, siempre y cuando ustedes dieran la libertad para poder contratar ese seguro en cualquier compañía que elija el cliente, y no por obligación con una entidad de su mismo Grupo como es el caso de “Santander Central Hispano Seguros y Reaseguros”.

3. El capital asegurado en dicha póliza, como es lógico y habitual en este tipo de coberturas, debía ser por la totalidad del capital pendiente que hubiese en el momento de producirse cualquiera de los conceptos de cobertura contratados en la póliza, así lo solicité yo a su director de oficina el Sr. Pere Tena y así lo convenimos ambas partes.

4. Pasaron los años y fui pagando regularmente mi cuota mensual de capital e intereses, más el citado seguro. Cuando me diagnosticaron la severa escoliosis que sufro en mi columna vertebral, que nada tiene que ver, ni guarda relación alguna con la polio que durante toda la vida he tenido, comencé a gestionar la solicitud de invalidez y el reconocimiento médico para la ayuda a la dependencia, ya que la progresión de mi enfermedad acabó por dejarme en una silla de ruedas y depender de terceras personas para realizar ciertas actividades básicas en mi día a día.

5. Paralelamente comencé a preparar toda la documentación pertinente para que procedieran ustedes a la indemnización de la póliza de seguro que en su día me obligaron a contratar, y así cancelar de esa forma la hipoteca pendiente. Entre la documentación que ustedes me habían entregado inicialmente no se encontraba la póliza de seguro, la cual solicité a la oficina de Sallent, pero pasaban las semanas y no me la entregaban, argumentando que con tanto tiempo ellos no poseían esos documentos. Insistí en que me entregaran mi copia y la solicitaron a la central en Barcelona, según me comunicaron, pero las semanas seguían pasando y no recibía copia alguna. Hablé con el director de zona por aquella fecha, el Sr. Román Nebot, al cual le entregué toda la documentación, incluida la resolución de ayuda a la dependencia concedida por la Generalitat de Cataluña, diciéndome éste último director que él se cuidaba de pasar toda la documentación para tramitar el abono del importe asegurado.

6. Pasan los meses y recibo en marzo de 2010 una notificación del Juzgado de Manresa por la que se procedía a la ejecución hipotecaria a instancias del propio Banco Santander. Les escribo a ustedes para que me expliquen porque no hacen frente a sus obligaciones contractuales de seguro y ejecutan mi vivienda, a lo cual me responden ustedes con el deleznable argumento de que les había ocultado que tenía una poliomielitis anterior a la firma del seguro.

Les recuerdo que solicité por penúltima vez al ahora director de zona Sr. David Baños, y por última vez con escrito sellado en la oficina de Sallent, la copia que me pertenece de mi contrato de seguro y el formulario que se cumplimentó. Documentación que les requeríamos para presentar la actual demanda judicial que obra en el Juzgado de Manresa contra el Banco Santander y contra la aseguradora de su Grupo Santander Central Hispano, Seguros y Reaseguros. En ningún momento ustedes se han dignado a proporcionarme la documentación que en repetidas ocasiones les he solicitado y que tienen ustedes obligación de entregarme. ¿Cuál es el motivo?… Creo que ustedes lo tienen tan claro como yo, pero por si queda alguna duda yo se lo explico:

1. El Sr. Pere Tena, director en aquel momento de la oficina de Sallent, donde se tramitó la hipoteca de mi vivienda, abusó de la confianza y buena fe de mi esposa y mía, haciéndonos firmar el formulario de datos para la póliza de seguro sin que estuviera totalmente cumplimentado por su puño y letra. Algo a lo que nosotros accedimos cometiendo una de las estupideces más grandes de nuestras vidas.

2. Tal y como pude averiguar hace unos dos años, a través de otros directivos de su entidad, la normativa de su entidad de seguros Santander Central Hispano Seguros y Reaseguros, es que todas las personas aseguradas por un capital superior a los 90.000 euros, deben pasar una revisión médica. El Sr. Pere Tena, consciente de que yo tenía una poliomielitis y ese hecho podía poner en riesgo la viabilidad del préstamo hipotecario, perdiendo de ese modo la operación y sus considerables comisiones, falseó el formulario y traicionó nuestra confianza limitando el importe asegurado a los mencionados 90.000 euros.

El resto ya lo conocen ustedes… Me queda la duda de si el Sr. Pere Tena actuó bajo su cuenta y riesgo para cometer esta estafa, o lo hizo con el beneplácito de su entonces director de zona, Sr. Román Nebot y superiores, ya que he llamado recientemente al Sr. Pere Tena a su domicilio particular exigiéndole que pase por la central en Paseo de Gracia y aclare los hechos, y se ha negado a hacer tal cosa argumentando que él es un simple empleado del banco y cumple órdenes, aunque sí ha admitido que conocía mi polio en el momento de contratar el seguro y que era imposible esconderla, poseo copia grabada de la conversación telefónica.

Su entidad bancaria accedió a suspender la subasta de mi vivienda programada para el 15 de diciembre, ante la presión de los medios y la que yo mismo estaba ejerciendo a las puertas de sus oficinas de Barcelona. Se niegan ustedes a asumir sus responsabilidades y cancelar la totalidad de la hipoteca, a pesar de conocer perfectamente que los hechos fueron tal y como los he redactado. Aún admitiendo que ustedes se han “equivocado” y que me pertenecía desde la fecha en que se lo comuniqué la indemnización del seguro, se niegan a abonarme ni un céntimo de los gastos desembolsados a abogados, procuradores, desplazamientos y otros muchos derivados de una campaña de protesta que dura ya 10 meses desde que la iniciara en el mes de abril de 2010, ni indemnización alguna por los daños y perjuicio ocasionados.

No contentos con eso y al comprobar que yo no quiero firmarles el finiquito del seguro por los humillantes 90.000 euros que su director falseó, y que permanezco a las puertas de su entidad reclamando lo que en justicia me pertenece, hacen ustedes gala de su arrogancia e impunidad instando de nuevo la subasta de mi vivienda para el próximo día 9 de febrero de 2011.

Por todo lo que aquí les estoy expresando, paso a comunicarles lo siguiente:

1. A lo largo de mi vida he podido sufrir algunas discriminaciones como discapacitado, pero les aseguro que ninguna tan brutal y humillante como esta a la que ustedes me están sometiendo. Entiendo que de no haber sido una persona afectada por una discapacidad, que nada tiene que ver con la actual invalidez que poseo, no hubiera sido objeto de esta burla y estafa por parte de su entidad bancaria, ya que no hubiera tenido problemas con ningún tipo de revisión médica y hubieran ustedes asegurado el capital por la totalidad de la deuda pendiente, sin necesidad de engaños y tal como yo les solicité.

2. Díganme ustedes cuál es el beneficio que tengo a la hora de asegurarme de forma engañosa un capital de 90.000 euros, y haberme negado durante más de dos años el derecho a cobrar ese importe en concepto de indemnización de seguro, argumentando deleznablemente que poseo una discapacidad que yo les he ocultado y que ustedes conocían perfectamente. Yo sin embargo sí puedo decirles cuales han sido los beneficios que ustedes han obtenido a lo largo de todos estos años, en que me han cobrado unos intereses mensuales abusivos y desproporcionados con la ridícula devolución de capital durante los primeros años, además de los 100 euros mensuales de media que he estado pagando de seguro todos estos años, y que no daban cobertura absolutamente a nada.

3. Pretenden ustedes subastar una vivienda que tiene un valor de mercado muy superior al importe de la deuda. Una deuda ficticia que no existiría si ustedes no hubiesen realizado ese contrato de seguro fraudulento para mi, y que han incrementado de forma brutal con los costes judiciales y unos intereses que no serían tales si ustedes hubieran abonado el seguro con carácter retroactivo hace 33 meses, fecha en que se reconoce la resolución de Dependencia de Terceras Personas, y no ahora como ustedes pretenden. Una vivienda que con anterioridad a la suscripción de la hipoteca, era de nuestra propiedad, libre totalmente de cargas, y que al ser muy antigua rehabilitamos, invirtiendo muchísimo dinero en ella para adaptarla a mi situación actual de reducida movilidad con silla de ruedas: dormitorio, baños, rampas, ascensor, instalaciones para tratamiento y rehabilitación física, etc.

Tal vez ustedes den prioridad a su beneficio económico por encima de cualquier vida humana, utilizando este tipo de métodos para obtenerlo. Tal vez esta crisis económica en que se encuentra inmersa medio mundo, acabe superándose y ustedes ganen muchos miles de millones de euros más de los que ya ganan ahora mismo, pero les aseguro, para desgracia mía, que yo no voy a tener posibilidad alguna de recuperarme y comenzar de nuevo una vida. En esa vivienda está depositado el esfuerzo y el dinero de toda una vida laboral. La vida de una persona que sí, efectivamente, tiene polio desde los 18 meses de su nacimiento, y que a ustedes no les ha importado exprimir mientras han podido.

He comenzado mi segunda huelga de hambre el pasado martes 18 de enero de 2011, para evitar que cometan ustedes este atropello y para defender mi dignidad. Ustedes saben perfectamente que nadie en mis condiciones pone en peligro su poca salud, a no ser que se esté cometiendo una grandísima injusticia con esa persona. Permanezco y permaneceré a las puertas de sus oficinas, intentando llamar la atención de todos los medios de comunicación posibles, y denunciando ante las miles y miles de personas que por allí pasan, la dictadura a la que ustedes me quieren someter.

Hasta ahora no les ha importado a ustedes lo más mínimo este caso, ni indagar en lo sucedido y acabar con la vida de una persona, si en su defensa la pierde. Solo les comunico que no cesaré en mi protesta hasta que se me haga justicia y asuman ustedes, tanto sus responsabilidades como las de sus empleados que hayan podido actuar con intención de engaño. Llegaré donde sea necesario para no ser una víctima más de su entidad y que esa justicia que ahora me niegan se me acabe otorgando. Si ustedes subastan mi vivienda, continuaré ante las puertas de su entidad el día después de la subasta, la semana siguiente, el mes siguiente, y todo el tiempo necesario hasta que ustedes cumplan.

Ustedes me remiten al juzgado para cualquier desacuerdo, y yo no tengo todo el dinero del mundo para pagar los abogados que ustedes tienen. Tampoco puedo alargar este calvario al que ustedes me están sometiendo y que me tiene inmerso en un pozo de depresión.

Sin otro particular,

José Luis Burgos
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