A confesión de parte, relevo de pruebas

Cristina FernándezNi el voto, ni los discursos cambian la realidad, el voto es una ilusión que le hacen creer al pueblo de su necesidad para cambiar las cosas, y los discursos que se irradian desde las superestructuras políticas no es más que un sofisma fantasmagórico para disfrazar la realidad y en el fondo sostener su esencia.

El discurso es un arma dialéctica, y como toda arma puede servir para el bien (defensa propia), como para el mal (represión a las protestas). La señora Cristina Fernández usó ése arma en la cumbre de los Grandes Ladrones que dominan al Planeta Tierra ((G. 20). Y discursó sobre el actual desarrollo capitalista y lo que ella imagina y quiere del capitalismo, y fue muy clara en sus conceptos, habló de “hacer un capitalismo en serio”, (magnífica aplicación de la semántica sofística) y la confesión de sus deseos de un capitalismo “en serio”, “responsable”, “humano”, frente a un capitalismo que no titubeó en llamarlo anarco-capitalismo.

Ese capitalismo “en serio” que proclamó la señora lo sustentó con el nombre de dos paradigmas histórico que posibilitó el desarrollo del sistema capitalista, nombró a Adams Smith y a David Ricardo. ¿Quiénes fueron estos dos hombres en que se basó la señora Cristina Fernández? Adams Smith, el filósofo y padre del capitalismo moderno basó toda su filosofía en el egoísmo como instinto natural de los seres humanos, y finalmente en la famosa frase sobre la teoría del Mercado: “. . . que ese mercado inevitable y necesario es regulado POR UNA MANO INVISIBLE. . .” (laissez faire, “dejar hacer, dejar pasar”). La señora nos está diciendo que ése capitalismo que ella pretende es el de dejar hacer, el dejar pasar, y todo regulado por esa mentada “mano invisible” y la del Estado, “ese monstruo frío de todos los monstruos frío”, sentenciado por Friedrich Nietzsche.

Pero además nombra a David Ricardo, pionero de la macroeconomía (robo generalizado de los capitalistas), creador de la “Teoría cuantitativa del dinero” (ganancia producto del robo y la explotación de los trabajadores). La “Teoría cuantitativa del dinero” es la filosofía de lo que hoy se llama “especulación financiera”, ¡¡y la inventó David Ricardo!!, al cual Cristina Fernández, lo ha tenido presente como ícono a imitar). Tal vez la señora no se haya dado cuenta, (o sus asesores no estuvieron a la altura de las circunstancias), que David Ricardo haya sido un “especulador exitoso” en su profesión de “agente de cambio”. Lo que ella exponía como un “proyecto superador”, de un capitalismo “en serio”, no se percató que estaba basando toda su “estrategia” sobre la filosofía de los padres de la explotación, sometimiento y esclavitud de los verdaderos creadores de bienes de uso y de cambio, los trabajadores. Cualquier Teoría del Valor se derrumba frente a la cosificación del  sujeto productor, es decir, todas sus filosofías y acciones operacionales de la economía está basada en las mercancías ¡y no en el sujeto productor! Esa es  la patraña que ha encubierto la señora.

Por eso, hábilmente, acusa al proceso del desarrollo capitalista de hoy y sus crisis, producto de su naturaleza y  el robo, de anarco-capitalismo, que no es otra cosa que el neoliberalismo en su etapa de dominio permanente. El monstruo está mutando y los obedientes políticos globales se asustan, por esa razón recurren a los “superhéroes” del G. 20, dicen cosas, hacen discursos, actúan actoralmente sobre la escena internacional, pero a su vez arde Londres, Grecia se despedaza, España e Italia se hunden, Alemania y Francia se paran y se muestran como los más fuertes, China se hace la premonitoria, la que advierte, Japón calla, Rusia también, pero tiemblan, la India con sus contradicciones: de la “excelencia” sobre el desarrollo nuclear y la barbarie criminal de la muerte por inanición de los seres humanos en las calles, ¿contradicción capitalista?,  no, ¡¡crimen de lesa humanidad!! Podrá arder Roma en los meses venideros, no hay problemas, queridos italianos, la Iglesia ya ha hecho las gestiones ante el “todo poderoso” de que los ricos quedarán en la Tierra, pero los pobres, eso sí, tendrán el paraíso.

Por eso señora Cristina Fernández, “a confesión de partes, relevo de pruebas”, tal vez lo que usted ha dicho y supongo que piensa sostener, sea un improperio a gran parte del 54 por ciento de los ciudadanos que votaron por usted.

Campi, activista-militante de la Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A.)
Adherida  a la Asociación Internacional de los Trabajadores (A.I.T.)
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