Los memes y el movimiento estudiantil del IPN / Demián Revart

Será que la profecía del espectáculo ha devorado incluso a los movimientos sociales?, ¿por qué la mass-media y otras agrupaciones militantes no han anclado ojo y mente a la cuestión del IPN? La opinión pública habla de nuevo sobre el movimiento politécnico, pero la gran mayoría de las voces que en 2014 se preguntaron un “¿por qué se manifiestan y están parando las escuelas?”, ahora se limitan a un monótono “¿otra vez?”. A pesar de ciertos vicios de la ideología-ciudad, en 2014 y 2016 el IPN demuestra de nuevo que no sólo se conforma por la base estudiantil, sino por un tejido magnánimo entre las familias de estos estudiantes, una cantidad considerable de docentes y toda una ola social de hartazgo generalizado en el país.

Este artículo pareciese un chiste. No lo es, sólo he insertado algunos elementos de la cultura virtual para acercar a los jóvenes (y no tan ‘chavos’) a un análisis desde distintos ángulos sobre la historia activa, los conflictos, problemáticas, soluciones y el acto cotidiano de existir en comunidad que ocurre en estos días dentro del movimiento en defensa de la educación.

Algunos resquicios de la tecnocratización y defensa del IPN (1998-2014)

En 1998 se hizo público el Reglamento Interno del IPN que fue acogido sin muestras de descontento por gran parte de la comunidad politécnica, mientras que entre 2002 y 2003 saldría a la luz una serie de estrategias para reformar el plan de estudios en base a absurdas teorías de “sistemas de planeaciones” propuestos por personajes como Juan Prawda Witenberg, profesor adjunto en “escuela de graduados de administración de negocios y hospitales privados” [1].

En una publicación institucional que se tituló “Un modelo educativo para el IPN” como parte de un conjunto de materiales teoréticos para entender el cambio sustancial que buscaban los grupos de poder del instituto, se puede entender que el valor social y humano de la educación era como un campo florido que se ha ido pavimentando poco a poco mediante la necesidad de incidir primero en el cosmos financiero antes que en la comprensión del todo social, pues “los sistemas educativos, en el mejor de los casos, responden a su diseño y operación a un contexto que ya no existe… ya no son sistemas pertinentes” [2], y el texto continúa implantando el concepto de megatendencia, entendida como el conjunto de rasgos económico-sociales que nos han hecho “avanzar” a partir de 1990, mediante “el avance de la sociedad informatizada que está reemplazando a la antigua sociedad industrial (…) tecnologías “inteligentes” que sustituyen a las comunes (…) y la economía nacional globalizada, que se enfrente a las economías nacionales” [3].

Esto no es más que la exaltación de la tecnocracia y la inversión privada, bases de la producción de tecnologías que pueden competir en el extensivo mercado de las economías “nacionales” globalizadas contra laseconomías nacionales, representadas siempre por el comercio popular, las medianas y pequeñas empresas, sin olvidar las decenas de miles de propuestas autogestivas de sustento local y todo un sector que producen las riquezas materiales del mundo.

En 2014, la consigna de “¡no queremos ser mano de obra barata!”, entonada en las movilizaciones masivas, podría resumir todo este proceso que ya lleva unos 18 años cocinándose en el IPN. Ahora, con la adscripción del IPN a las oficinas de Aurelio Nuño, las incertidumbres crecen cada vez más y se cocina un nuevo movimiento acompañado por la UAM, UNAM y el combativo magisterio que ha convocado a un paro nacional este 15 de mayo.

Retornemos al IPN. De la mano a la modificación del Reglamento de 1998 en esos aires, con la eliminación gradual del saber humanístico, los seguros médicos y la libre toma de decisiones de la comunidad politécnica en las situaciones que le conciernan [4], se logró la formación de un órgano amplio de acción del instituto (Asamblea General Politécnica) y grupos organizados en cada plantel, que para este 2016 no han perdido aún la voz para defender el bien común.

La afrenta es volver al éxtasis de la disidencia para intensificar la voluntad de actuar en estos grupos y asambleas que vienen, varios de estos órganos han perdido referentes y organizadores con mayor experiencia tras egresar del bachillerato o del nivel superior.

Un acercamiento a la “política del atún”

“Una era se puede decir que se termina cuando las ilusiones se han agotado” nos dice el dramaturgo Arthur Miller muy a la forma teleológica de la historia [5]. De esta forma, es que el movimiento del IPN se transfigura como una fisura entre la ilusión y la cosa-en-sí, entre el discurso político y la política organizativa, si se le quiere ver desde un punto de vista pragmático.

¿Qué relación tiene esto con el tan identitario atún para l@s “burr@s blanc@s”? Es una metáfora de la relación entre un producto, que se distribuye a través de múltiples redes de información con fines de engrandecer logísticamente a un sistema económico, y su contraparte con el contenido objetivo; el cuerpo, forma, cantidad y todo lo relacionado con las propiedades tangibles que están dentro de ese producto. Uno es al cascarón como disfraz rígido y desechable, mientras que el otro es a la yema y sus propiedades biológicas. Uno es el envase decorado con ‘tonadita’ pegajosa de comercial incluido, otra es el verdadero precio y calidad de ese alimento.

En política, el producto es el discurso metafísico (desde Corax y Tisias hasta Aurelio Nuño) que no promete nada (aunque diga todo lo contrario). El contenido es la situación objetiva y toda la incertidumbre que tienen los afectados (dominados) cuando llega un nuevo producto listo para venderse con mentiras.

Pongamos algunos ejemplos con las polémicas más recientes en el movimiento:

Producto: En entrevista con Canal Once, Enrique Fassnacht menciona que un “grupo minoritario” del CECyT 5 se negó a entregar las instalaciones del plantel al haberse realizado un acuerdo entre las autoridades locales con los estudiantes.

Contenido: El CECyT 5 no está representado por un grupo minoritario, sino por una asamblea amplia de estudiantes, padres de familia y docentes, que a través de polarizaciones y diálogos prolongados, han acordado que se finalizará el movimiento en el momento que se entreguen cuentas claras del presupuesto del plantel para la compra de inmobiliario, equipos de cómputo y sistemas electrónicos nuevos, la salida definitiva del director Wilfrido Plata González y el coordinador de enlaces técnicos Uriel Alfonso Correa Fernández, para gestionar de facto a esta exigencia, un proyecto anti-porril en el que los pilares de estos grupos de choque son estas autoridades denunciadas.

Producto: Durante la mañana del 22 de abril, Enrique Fassnacht subió un video a su perfil de Facebook en el que grita un huélum junto a la mayor parte de los directores de los centros de estudio y escuelas superiores.

Contenido: Este video intenta mediatizar un acto populista que a simple vista pretende demostrar diálogo y trabajo organizativo, cuando en realidad es un acto de desengaño al olvidar la participación de toda una comunidad viviente.

Y para terminarla de fregar, la ideología mediática busca “izquierdizar”[6] al movimiento con artículos de opinión que sólo un descerebrado podría escribir. Ricardo Alemán, articulista en Milenio es conocido por sus lloriqueos y posiciones de derecha ante las movilizaciones del magisterio nacional, los estudiantes y lucha populares del nivel de Atenco. Sus últimas palabras -de más hilarantes- dicen que:

“Lo que no dice el director de la segunda institución del país es que hoy el IPN es rehén del interés perverso de un partido político, que está secuestrado sin límites por ambiciones de un precandidato presidencial y que los estudiantes son carne de cañón –bobos útiles (SIC)- para cebar venganzas del tres veces candidato presidencial”.

Y es que, en efecto, el López Obrador aliado de la CNTE a la que nada le importa la educación, es el mismo López Obrador que hoy mueve lo hilos del paro del IPN (…)” [7].

La política del atún es un ejercicio espectacular en tanto que expresión regulada, por un polo de los antagonismos de clases y cauces sociales en cuanto a la organización/administración de nuestras actividades humanas.

¿”Un paro al año no hace tanto daño” o “ahora no por favor”?

Desde una mirada ‘extranjera’ al IPN, nos parece sorprendente el boom que estalla en sus distintos sectores cuando emerge un movimiento de esta magnitud: estudiantes, docentes, PAEE y padres de familia. En sus guardias y paros, vemos a esos múltiples sectores apoyando de una u otra manera, que a comparación de las demás escuelas y universidades, es sólo el estudiantado quien integra los movimientos. Aquí podemos hablar de una reivindicación académico-comunitaria a diferencia de un hermético –y casi siempre dirigido a su propio deterioro- movimiento estudiantil de cualquier otra institución.

¿La conflictividad que se ha posado permanente?: la dicotomía “paro sí v.s paro no”. ¿Por qué a algunos estudiantes –y sus padres- les hierven las entrañas cuando es necesario discutir sobre una política organizativa?, ¿por qué se critica la lucha social desde el sofá con el smatphone en mano? He descrito con anterioridad la necesidad inconsciente de la educratización, es decir, el poder-vivir como se nos pinta en televisión con un bolsillo lleno de alegrías, tras un largo, exhaustivo y contradictorio proceso con cimientos en la burocracia académica y una aparente “vida escolar”, que mas bien es la especialización del conocimiento durante años y años. La virtud ya no es el saber, sino la acumulación de ganancias privadas.

Toda esta ideología-línea es seguida hasta llegar al primer pensamiento para quienes argumentan que “perderán clases”. No es la cuestión de “perder conocimiento”, sino, perder –contradictoriamente- el tiempo que el alumno ni siquiera organiza para lograr ascender de grado o egresar. Aquí no hay valor colectivo alguno, ¡la individuación ha triunfado!

“Chairismo” es el argumento (¡SÍ, ARGUMENTO!) del que se acusa a los principales organizadores para erradicar todo indicio de movimiento. Y es necesario hacer la crítica a que si todo acto de protesta es legítimo, no todo acto de protesta es convincente. Los que voten “sí al paro”, también tiene una responsabilidad de estudiar las posible afectaciones de la política del atún, pero sobre todo, demostrar con todos los medios posibles que está totalmente seguro de lo que dice, piensa y hace para su colectividad inmediata. No nos hagamos ‘weyes’ sólo para vivir en una nueva aldea de convivencia en los paros, sino en verdad afrontemos con proyectos reales e incluyentes todas las consignas que gritamos en las marchas.

Me quedo con este meme para resumir la aparente confusión del sí v.s. no en la toma de decisiones…

La irrupción de las prácticas libertarias y la autogestión: más allá del estudiantilismo

“¡La figura de la autoridad ha sido retada a su exterminio!” recitan varios estudiantes y colectivos dentro del IPN. Tras los deslices de la falsa representatividad, la exclusión de propuestas radicales en las asambleas generales (entiéndase como una solución que propone arrancar de raíz los problemas, de ahí el origen de la palabra en latín, radicis) y la caída de las viejas formas de hacer política estudiantil, se han ampliado la identidad y prácticas libertarias.

Agrupaciones como COAGI (Colectivo de la Asamblea General Interna) y el Comité Libertario del CECyT 5,estudiantes del CICS-UST y la interesante propuesta ideológica del CINAJE (Comité Insurgente de Acción y Justicia Estudiantil) del CECyT 1, donde convergen principalmente ideas marxistas y libertarias en pos de la construcción de un modelo socialista internacional, son algunos ejemplos que buscan articular esfuerzos que logren escalar de los movimientos estudiantiles hacia la participación directa en las luchas populares y las propuestas autonómicas anti-estatistas; móviles de la democracia directa, el apoyo mutuo y la ausencia de estructuras verticales en la toma de decisiones.

En CECyT 5 se planea sacar adelante un proyecto de cafetería concesionada con la comunidad, debido al pésimo servicio de la actual. Los alumnos han establecido vínculos con los comerciantes aledaños para informarles sobre el movimiento y dialogar en torno a la situación nacional.

La comunidad “memística”

Atrofia social es un concepto inyectado por ciertos teóricos a la cotidianeidad culturalista. “Somos el medio de los espectaculares y las cintas pornográficas”, que en cierta forma es cierto, pero se olvidan del valor volitivo y la cantidad cognitiva que tiene la cultura industrial. ¿Qué hay que teorizar cuando el individuo adora el placer de lo cotidiano tras llegar de una jornada académico-laboral?, ¿es reprobable que el joven llegue a tirarse a su sillón a revisar el inicio del Facebook?, ¡no queda más que entender el mensaje comunicacional que tiene la cultura virtual del ocio!

Si la juventud llega a entender más de memes que de otro tipo de expresiones humanas, entendamos los primeros para desarrollar las segundas en pos de una sociedad mucho más parlante y oyente de sus problemáticas cotidianas.

Epílogo: Vamo’ a concientizarno’

Desde que los estudiantes de la asamblea de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) Zacatenco analizaran un nuevo plan de estudios y redactaran un documento de rechazo contra la reforma de 2014, el IPN tiene nuevos matices dentro de sí mismo.

No queda mas que seguir integrando el tejido comunitario más allá de una posición estudiantil y seguir cortando cabezas de quienes pretendan acelerar los procesos de privatización de la educación, engrandecer la incidencia de los grupos porriles como herramientas de choque y sobre todo, LOGRAR LA AUTONOMÍA POLÍTICA DEL ESTUDIANTADO DE MANO DE LA CLASE TRABAJADORA.

 


[1] Poca bibliografía virtual puede encontrarse del autor, pero adjunto una presentación en la plataforma Prezique resume sus conflictos epistemológicos sobre la operación de ideas y conjuntos reflexivos.

https://prezi.com/c0lesa75ectm/modelo-de-planeacion-de-juan-prawda/ 

[2] “El contexto mundial y nacional de la educación superior” en Materiales para la reforma: Un modelo educativo para el IPN, Dirección de Publicaciones (IPN), México, pp. 21-22, 2003.

En línea en: http://www.esm.ipn.mx/Documents/Sitios%20de%20Interes/Archivos%20de%20Sitios%20de%20Interes/Nuevo_Modelo%20_Educativo/PUBLICACI_N_I_NUEVO_MODELO_EDUC.PDF 

[3] Íbid.

[4] En el Reglamento de 1998 este “artículo incómodo” es el Número 108, fracción XI y va así: “Impedir a los miembros de la comunidad politécnica el ejercicio de sus funciones o el uso de las instalaciones, así como influir indebidamente en la toma de decisiones”. En su modificación de 2014, sólo pasó a convertirse en el Número 56, fracción XII, reemplazando la palabra indebidamente de la versión anterior a coacción.

[5] La cita no es en vano. Miller afrontó una realidad socioeconómica muy conflictiva y fue un escritor comprometido con las causas justas tras ser heredero de los hedores a muertre de la II Guerra Mundial. Recomiendo este artículo en línea que he rescatado para Ruptura Colectiva (RC): http://rupturacolectiva.com/arthur-miller-un-dramaturgo-comprometido-con-la-humanidad-y-su-justa-existencia/ 

[6] Entrecomillado porque no existe ninguna alternativa de izquierda en el partidismo nacional. Quienes conozcan, aunque sea por una embarradita, las formas y métodos de cooptación de MORENA, PT o Movimiento Ciudadano, sabrán que lo que menos les interesa a sus líderes vecinales, regionales y estatales, es la participación del pueblo en la construcción de las acciones de sus partidos de jerarquía.

[7] Alemán, Ricardo, “¡La guerra Nuño-AMLO paraliza el Politécnico!, Milenio, 21 de Abril de 2016.

En línea en:  http://www.milenio.com/firmas/ricardo_aleman/dosis_de_ingenuidad_y_estupor_18_723707676.html

Demián Revart

Publicado el 22 de Abril de 2016 en:

http://rupturacolectiva.com/el-retorno-de-la-politica-del-atun-el-ipn-se-va-a-descontrolaaaaaar-wtf/

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