Carta Blanca para el Fracking. Cómo el nuevo grupo asesor de la Comisión Europea permite que la industria establezca la agenda

Traducción al español del informe publicado por Corporate Europe Observatory y Friends of the Earth-Europe en Abril de 2015 Carte Blanche for fracking. How the European Commission’s new advisory group is letting the shale gas industry set the agenda

Resumen

La Comisión Europea (CE) es cada vez más locuaz acerca de sus ambiciones respecto al clima según nos acercamos a las negociaciones de clima de la ONU en París en diciembre de este año. Pero en realidad, su recientemente creado grupo asesor para la evaluación de las explotaciones de gas de esquisto está abriendo la puerta trasera al fracking en toda Europa, a pesar de la masiva oposición pública.

La recientemente creada «Red Europea de Ciencia y Tecnología en la Extracción de Hidrocarburos No Convencionales» (o “La Red”) debería evaluar los proyectos en marcha, así como recomendar las tecnologías más adecuadas y lo suficientemente seguras para Europa. Lamentablemente para el público, la mayoría de sus miembros (incluidos los de la industria, las instituciones académicas y otros organismos de investigación) tienen un claro interés financiero en la expansión del fracking y no están en condiciones de evaluar objetivamente su seguridad. Además, muchos han presionado agresivamente para conseguir unas normas de seguridad más débiles.

 La Red está compuesta por 74 miembros, 14 de los cuales trabajan para la CE. De los 60 que no lo hacen:

  • menos del 10% pertenecen a la sociedad civil
    más del 70% representan o tienen vínculos financieros con la industria del fracking; dos tercios de los académicos y las organizaciones de investigación involucrados tienen vínculos con la industria del fracking.
    Los cinco presidentes de los grupos de trabajo son defensores del fracking, y algunos incluso han presionado en contra de unas normas de seguridad más estrictas

Este conflicto de intereses pone en peligro no solo la seguridad pública y el clima, sino también la fe de los ciudadanos en que la CE sea capaz de poner sus intereses por delante de los beneficios de la industria. Dada la oposición pública al fracking en Europa y los bien documentados problemas ambientales asociados a ella, la CE no debería escuchar a un lobby que quiere pasar de preguntar “si” Europa quiere fracking, a preguntar «cómo»

La CE debería cuestionar seriamente si el acceso privilegiado del que gozan las empresas causantes del cambio climático está en conflicto con el interés público y, por lo tanto, si La Red debe ser desechada.


Recuadro 1. European Science and Technology Network on Unconventional Hydrocarbon Extraction

Objetivo: Recopilar datos sobre la primera explotación de gas de esquisto en Europa; evaluar y priorizar la tecnología de fracking [1] más atractiva para Europa (NB: La presidencia del grupo de trabajo ha publicitado el objetivo como la creación de una actitud amistosa hacia los combustibles fósiles no convencionales)

Gestión: Centro de Investigación Conjunta, con la orientación del comité directivo (la DG de Medio Ambiente; la DG de Energía; la DG Clima; la DG de investigación; la DG de Mercado Interior, la industria, el empresariado y las PYME;)

Miembros registrados: actualmente 74 (industria, investigación, personal de la CE, universidades, sociedad civil y otros)

Grupos de trabajo:
– «Proyectos de Exploración, demostración y producción en la UE»
– «Tecnologías emergentes para la estimulación de pozos»

Reuniones: cuatro veces al año, durante 3 años.


Introducción

Para la industria de los combustibles fósiles, el boom del gas de esquisto en EEUU ha sido presentado como la versión moderna de la fiebre del oro. Sin embargo, el pobre historial medioambiental de las explotaciones de gas de esquisto en norteamérica -debido a la utilización de técnicas de extracción [2] inherentemente destructivas llamadas “fracturas hidráulicas horizontales de gran volumen” o «fracking» – ha empañado seriamente la imagen de esta industria. Esta es la razón de una oposición pública sin precedentes en Europa [3], desde Francia y Bulgaria a España y Rumanía, le haya cortado el paso a la industria del fracking, con muchos países introduciendo prohibiciones y moratorias.

Una encuesta del Eurobarómetro 2013 encontró que el 74% de los europeos estarían preocupados si una explotación de gas de esquisto viniera a su zona [4], mientras que sólo el 9% piensa que la extracción de combustibles fósiles no convencionales deberían ser prioritarios. Cuando se postulaba para Presidente de la CE, Jean-Claude Juncker declaró públicamente, «Yo no estoy a favor de fracking, porque no conocemos sus consecuencias reales».[5] Sin embargo, los lobbies de la industria del gas de esquisto -argumentando que una legislación más estricta sería innecesaria y podría desalentar las inversiones en Europa- lograron saltar por encima de las preocupaciones públicas al rebajar de forma importante las políticas de fracking a nivel europeo.[6] Posteriormente, la CE ha presentado a los estados miembros una recomendación no vinculante en lugar de una legislación vinculante.[7]

La creación de la nueva “Red Europea de Ciencia y Tecnología en la Extracción de Hidrocarburos No Convencionales”, o “La Red”, es el ejemplo más reciente de la CE colocando a la industria de combustibles fósiles en el asiento del conductor cuando se trata de la extracción de gas de esquisto y de nuestro futuro energético (recuadro 2).
La Red

Según uno de los cinco presidentes de La Red, Grzegorz Pieńkowski, del Instituto Geológico Polaco, «el establecimiento del grupo asesor (o La Red) es un paso para invertir el curso de una desfavorable o sospechosa actitud respecto al gas de esquisto hacia un enfoque más pragmático y, en última instancia, amistoso», esperando que el grupo pudiera «persuadir a la UE de que la necesaria producción de estos recursos sería un éxito comercial».[8]


Recuadro 2. El Centro de Investigación Conjunta y la industria del fracking, conspirando

La misión del Centro de Investigación Conjunta (JRC,Joint Research Center) es «proporcionar a las políticas de la UE soporte técnico independiente y basado en evidencia científica durante todo el ciclo de regulación».[9] Mientras producen numerosos estudios sobre el fracking [10], su estrecha relación de trabajo con la industria coloca un interrogante sobre su capacidad de independencia acerca del fracking, particularmente debido al proceso que condujo a la creación de “la Red”.

La idea surgió por primera vez durante un taller favorable a la industria organizado con la DG de Energía, llamado «Exploración y producción de gas de esquisto segura y eficiente”[11], con la mayoría de los participantes representando a los principales actores de la industria, incluyendo a ExxonMobil, International Oil and Gas Producers (IOGP), Chevron, Talisman Energy, XTO Energía, Statoil y GDF Suez, así como a varios académicos y autoridades nacionales con programas pro-fracking. La sociedad civil no fue incluida. Así como a identificar las mejores tecnologías disponibles para las explotaciones de gas de esquisto, el taller estaba también dirigido a observar «el interés y la viabilidad de una Plataforma Europea o Red para la explotación del gas de esquisto», explicando claramente su intención de promover el fracking en el continente. La red se desarrolló posteriormente durante el año y medio siguiente, pero la sociedad civil sólo se hizo consciente en junio de 2014.

El programa de trabajo 2014-2015 del JRC tiene una fuerte vertiente vinculada al fracking y los combustibles fósiles. Uno de los proyectos se describe cómo «los hidrocarburos no convencionales son un recurso potencial que contribuye a la seguridad del suministro energético de la UE y su crecimiento económico. El trabajo está orientado a la identificación de los recursos y reservas; la comprensión de las tecnologías y los impactos de mercado, y reducir los riesgos y los costes con el fin de mejorar la seguridad del suministro de la UE.»[12]

Estos proyectos, lo contrario de lo que Europa debería hacer para combatir el cambio climático, se efectuarán con la industria. Numerosas compañías de gas y petróleo figuran entre los ‘beneficiarios’ externos (ExxonMobil, Total, Statoil, BP, Gaz de France, IOGP ENEL), así como universidades con fuertes vínculos con la industria del fracking (University College de Londres, las universidades de tecnología de Delft, de Gdansk y de Wroclaw, el Instituto del Petróleo y el Gas en Cracovia, la Universidad de Minería y Metalurgia de la Universidad de Yale).


La Red, gestionada por el JRC pero supervisada conjuntamente con numerosos departamentos de la CE (DG Medio Ambiente; DG Energía; DG Clima; DG Investigación; DG Mercado Interior, Industria, empresariado y PYME , ver recuadro 1), se lanzó oficialmente en julio de 2014, [13] con la primera reunión el 14 de febrero de 2015.[14] Su actividad se centra en la evaluación de proyectos en curso (de exploración, de prueba o de producción), así como en la identificación de las tecnologías adecuadas para su uso en la UE [15], es decir, ampliando el uso del fracking en Europa a pesar de la oposición pública. Oficialmente se pretende «reunir a todos los interesados relevantes (profesionales de la industria, de la investigación y del sector académico, así como de la sociedad civil) a fin de fomentar un entendimiento común» [16] Pero un análisis más profundo revela a la Red como un vehículo de lobby financiado por la CE y conducido por la industria del fracking que garantice la expansión en toda Europa. La cuestión debatida en el marco de esta red no es «si» el fracking debería tener lugar en Europa, sino el «cómo».

Injusto y desequilibrado: una plataforma capturada por la industria trabaja para hacer más aceptable la producción de gas de esquisto

A. Otra iniciativa dominada por la industria

La dominación de la Red por la industria es un claro incumplimiento de sus propias directrices, que tienen la finalidad de asegurar un «justo y equilibrado intercambio de ideas» [17] y un entendimiento común sobre los impactos del fracking. Sin embargo, de los miembros que no forman parte de la CE, menos del 10% representan a la sociedad civil, mientras que el 40% trabajan directamente para la industria del fracking -Shell, Total, ExxonMobil, GDF Suez, PGNiG, Encana y Cuadrilla -que tiene un gran interés económico en que el fracking continue por Europa, y ha estado haciendo lobby para su expansión. Cuadrilla, que también preside un grupo de trabajo, posee diez licencias de exploración en el Reino Unido, mientras que PGNiG tiene la mayor parte de las licencias equivalentes en Polonia.

Total, la mayor compañía de gas y petróleo de Francia, acaba de hacer una inversión masiva en combustibles fósiles no convencionales en todo el mundo, incluyendo Argentina, Bolivia, EEUU, Argelia, Dinamarca y China. La Red también incluye varios grupos de lobby de la industria como la Asociación Internacional de Productores de Petróleo y Gas (IOGP), Shale Gas Europe y la Union Française des Industries Pétrolières (UFIP).

Además, el 45% de los miembros de la Red representan a institutos académicos y de investigación, de los cuales dos tercios han colaborado estrechamente con la industria del fracking. Por ejemplo Susan Sakmar, de la Universidad de Houston, comenzó su carrera profesional con Chevron y habla como académico en múltiples conferencias de la industria promoviendo el gas de esquisto, en particular sobre temas tales como «Cómo superar las preocupaciones públicas [sobre el gas de esquisto]?».[19] Asimismo, Nicolae Anastasiu (Universidad de Bucarest), Stanislas Nagy (Cracovia AGH Universidad de Ciencia y Tecnología) y Juan Llamas (Universidad Politécnica de Madrid) colaboran con la plataforma de lobby Shale Gas Europe.[20] Otros miembros incluyen a organismos científicos nacionales pro-fracking, como el Instituto Geológico Polaco, aunque muchos otros son actores mucho menos conocidos de la industria, consultores y grupos de lobby a nivel nacional. [21]

B. Presidencias pro-fracking

Como se muestra el recuadro 3, la identidad de las presidencias también mina el intento de la CE de un «justo y equilibrado intercambio de ideas». Los cinco individuos (tres para el grupo 1 y dos para el grupo de trabajo 2) presentados en la primera reunión de la Red en febrero de 2015, fueron seleccionadas por el grupo directivo de la CE y o bien trabajan para la industria del fracking (Cuadrilla, ConocoPhillips), o son de un gobierno pro-fracking (Reino Unido y Polonia) o de un organismo de apoyo de la industria del fracking (IFP Energías Nouvelles)[22]. Esto coloca firmemente a la industria del fracking en el asiento del conductor, especialmente cuando han recibido el mandato de «resumir, armonizar y aprobar» los resultados de grupos de trabajo [23].


Recuadro 3. Los presidentes de los grupos de trabajo, todos pro-industria

Eric Vaughan, Cuadrilla Resources: [24] Compañía de petróleo y gas empujando agresivamente el fracking en el Reino Unido, con licencias para 10 sitios ya, y de fuertes vínculos con el gobierno del Reino Unido [25]

Malcolm Rice-Jones, ConocoPhillips: [26]: tercera mayor empresa energética integrada en los Estados Unidos, con alrededor de un tercio de la producción procedente de fuentes no convencionales. Ha invertido miles de millones de dólares en fracking en EEUU [27] y está buscando cada vez más en el extranjero (Canadá, Colombia [28], Polonia [29] y China [30]).

Alwyn Hart, Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido: [31] La Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido ha sido crucial en ayudar al gobierno británico a empujar su programa pro-fracking al disminuirle los riesgos ambientales asociados [32]. Su actual presidencia ha tenido vínculos corporativos con Cuadrilla 33.

Grzegorz Pieńkowski, Instituto Geológico polaco: [34] involucrado en varios proyectos de investigación relacionados con la extracción de gas de esquisto [35]. Es un conocido defensor de la industria del fracking y en una reciente entrevista concedida a un diario de la industria dijo que los reguladores «no deberían exagerar con estas preocupaciones [ambientales] e imponer nuevas cargas que aumentan innecesariamente los costos» y quiere que el grupo «demuestre la ausencia de riesgos ambientales mayores que los que aparecen en el caso de explotación de hidrocarburos convencionales.» [36]

François Kalaydjian, Instituto Français du Pétrole et des Energies Nouvelles (IFPEN) [37]: organismo de investigación pública francesa con estrechos vínculos con la industria energética [38], incluyendo a los defensores del fracking Total y Repsol [39]. A pesar de la moratoria nacional en Francia, IFPEN ha vinculado a las autoridades públicas con el sector privado (industria del gas y petróleo) en la campaña de exploración de gas de esquisto [40]. François Kalaydjian también es un colaborador habitual en la página web de la plataforma de lobby de la industria Shale Gas Europe [41].


C. No apto para juzgar objetivamente la seguridad del fracking

Lo más preocupante acerca de este grupo, que debe abordar cuestiones de seguridad pública, es que muchos de sus miembros -incluidos algunos de los presidentes – han presionado activamente en contra de medidas de seguridad más estrictas en el pasado. La Empresa estatal de gas polaco PGNIG (que tiene dos miembros en la red), envió información a sus 6,7 millones de clientes alegando que el fracking «era seguro para las personas y el medio ambiente» y les instó a rellenar la consulta pública de la Comisión Europea sobre el asunto.[42] También creó un falso grupo de ciudadanos pro-fracking para hacer presión en contra de la normativa de seguridad a nivel europeo. [43]

Los miembros de la red han ido debilitando las medidas de seguridad del fracking a través de sus grupos de presión industriales. En Bruselas, uno de los lobbies más influyentes de la industria, BusinessEurope (que incluye en su “Grupo de Apoyo y Asesoría Corporativa” a miembros de la Red, Total, Shell, ExxonMobil y GDF Suez), presionaron con éxito contra las evaluaciones de impacto ambiental para la exploración del fracking [44]. También sostuvo que mientras el gas de esquisto debería ser explorado de una «manera sostenible», las repercusiones sobre el clima y la biodiversidad debían ser ignoradas en la presentación de informes ambientales debido a «los impactos en los costes y el tiempo».[45] IOGP, la Asociación Internacional de Productores de Petróleo y Gas, (que incluye a. Total, Shell, ExxonMobil, GDF Suez y ConocoPhillips) presionó a la CE para limitar su definición de fracking [46] -y por tanto el foco de las evaluaciones de seguridad- a la fracturación hidráulica «real» de las rocas en sí mismas y no a las a menudo altamente contaminantes actividades [47]. También presionaron a la DG de Medio Ambiente para ignorar sus propias conclusiones sobre la seguridad. Shale Gas Europe (que incluye a Total, Shell y Cuadrilla) ha publicado hojas informativas sobre la seguridad de fracking afirmando que «puede ser demostrado de forma concluyente que ninguna de las reclamaciones por daños ambientales comúnmente formuladas contra el fracking resiste un examen más profundo» [48], a pesar de que cientos de informes ciéntificos independientes, revisados por pares, indiquen lo contrario. [49]

Muchos académicos y grupos de investigación en la red han sido igualmente involucrados en la presentación de una imagen ‘segura’ para el fracking,[50] como Stefan Ladage, del Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales en Alemania. El Instituto afirma que «los riesgos del fracking en el subsuelo son bajos» y que la preocupación pública «esta en gran parte infundada».[51]

Grzegorz Pieńkowski, miembro del Instituto Geológico polaco y presidente de un grupo de trabajo, dijo que «los riesgos ambientales asociados con la fractura hidráulica presentados en los medios de comunicación son muy exagerados o incluso completamente irreales”. El gobierno británico presionó en un punto similar al escribir al anterior Presidente de la CE [52] . Pero las tendencias pro-fracking también pueden encontrarse dentro de la propia CE. La DG de Mercado Interior, Industria, Empresariado y PYME (anteriormente la DG Empresa e Industria) ha sido una firme defensora del fracking. Su representante en la red de asesoramiento afirma que es «más limpio que otros combustibles fósiles» [53] a pesar de los estudios académicos que muestran que las emisiones de carbono pueden ser comparables a las de carbón. [54] DG Energy también ha mostrado sus intenciones, al consultar casi exclusivamente con la industria sobre el tema del fracking a pesar de recibir muchas cartas de ciudadanos interesados. [55]

La CE estará en breve dejando la valoración de una tecnología altamente nociva y contaminante en manos de un grupo donde la mayoría de los miembros tiene un claro interés económico en la expansión del fracking [56] (incluidas las patentes tecnológicas).Esto a pesar de que muchos de ellos han sido expuestos como agresivos lobistas en pro del debilitamiento de las normas de seguridad. Tal flagrante conflicto de intereses no supone solamente poner en peligro la seguridad pública y el medio ambiente, sino también la fe de los ciudadanos en que la CE sea capaz de poner sus intereses antes que el beneficio de la industria.

D. La Comisión Europea por detrás de la industria del fracking

Cuando el JRC, desafiado por la sociedad civil respecto a la dominación obvia por la industria del gas de esquisto y sus partidarios, negó que existiera un problema y dijo que «no ve necesidad de cambiar las reglas y la estructura de los grupos de trabajo o las presidencias». Ignorando la dominación de la industria, dijo que la CE estaba «decidida a no limitar la participación” de cualquier parte interesada que cumpla los requisitos y que el grupo estaba «abierto a todas las partes interesadas». Para abordar la falta de participación de la sociedad civil, el JRC ofreció «apoyar unos 40-50 viajes, dependiendo de su coste», que corresponderían a los gastos necesarios para cubrir a tres a cuatro participantes de la sociedad civil asistiendo a las cuatro sesiones previstas por año de este proyecto de tres años. Esto estaría lejos de equilibrar el panel, pero subraya el enorme desequilibrio entre la industria y los recursos de la sociedad civil, un problema estructural que conduce a la dominación de la industria a través del sistema de asesoramiento de la CE (véase el recuadro 4).

E. El JRC dice que dominación por la industria no es un problema, ya que la Red no tiene función asesora

Para tratar con la hegemonía sistémica de la industria en todos los órganos consultivos de la CE (formalmente conocido como «Grupos Expertos»), el Defensor del Pueblo Europeo recomendó que todos los grupos deberían estar equilibrados (véase el recuadro 4).El JRC respondió que la Red «no tiene una función consultiva» ya que «sólo recopila, analiza y revisa la información». Esto es muy discutible, ya que según el programa oficial del Grupo de Trabajo II, «Tecnologías Emergentes para la estimulación de pozos», la tarea no es sólo analizar las tecnologías actuales, sino proporcionar «una priorización de las más atractivas». [57] Además Grzegorz Pieńkowski, presidente del grupo de trabajo, de forma publica y reiterada lo llamó «un órgano consultivo», afirmando que su función es «asesorar a la CE en el campo de hidrocarburos no convencionales», y añade que «la CE va a basar sus futuras decisiones políticas y reglamentos sobre el trabajo del grupo consultivo» [58]. Como tal, los grupos de la sociedad civil han argumentado que debería seguir las mismas reglas que se aplican a otros grupos consultivos.[59]


Recuadro 4: La dominación de la industria en el sistema de asesoramiento. El Defensor del Pueblo toma medidas

La CE se apoya en el asesoramiento externo a la hora de formar políticas, normalmente en la forma de grupos consultivos denominados oficialmente «Grupos Expertos». Lamentablemente la mayoría de grupos políticamente y económicamente importantes, como los de la banca, los impuestos, el clima o la defensa, ha sido dominados por la industria, con una brutal infrarepresentación de los sindicatos, grupos de consumidores o las ONGs.[60] La situación se tornó tan mala que el Parlamento Europeo votó en dos ocasiones congelar el presupuesto de la CE sobre los Grupos Expertos.[61] Después de su investigación, el Defensor del Pueblo Europeo Emily O’Reilly ha recomendado que la CE presente un marco jurídicamente vinculante que abarque a todos los Grupos Expertos y entidades similares para abordar el «desequilibrio en favor de los intereses corporativos de ciertos grupos y los posibles conflictos de interés de los expertos», [62] aún más evidentes por esta Red. La CE ha dado hasta el 30 de Abril para responder a las recomendaciones.


Conclusiones

La dominación de la Red Europea de Ciencia y Tecnología en la Extracción de Hidrocarburos No Convencionales por miembros de la industria, gobiernos y académicos, todos ellos pro-fracking, es parte del gran empuje por parte de la industria para seguir adelante con el fracking, a pesar del claro rechazo público. Si la intención de la Red es evaluar objetivamente la seguridad del fracking y de las tecnologías pertinentes, la inclusión de muchos miembros con fuertes implicaciones financieras y profesionales en la expansión del fracking ha asegurado que esto no suceda. Aquellos seleccionados para presidir los grupos de trabajo o tienen un historial de presionar contra unas evaluaciones de seguridad más estrictas y una regulación de interés público, o han participado
en la defensa de las explotaciones de gas de esquisto.

El dominio de la industria en la Red no es un incidente aislado, sino otro signo claro de la relación cada vez más estrecha entre la CE y las industrias más contaminantes, especialmente a través de su sistema de asesoramiento. El Defensor del Pueblo Europeo está abordando el problema de frente y ya ha publicado recomendaciones, pero ahora depende de la CE el actuar y terminar con el acceso privilegiado que la industria disfruta actualmente (ver recuadro 4).

La UE es cada vez más locuaz acerca de sus ambiciones respecto al clima segun nos acercamos a las negociaciones de clima de la ONU en París en diciembre de este año. Sin embargo, esta investigación proporciona otro ejemplo de cómo los programas de la CE son moldeados y dirigidos por sucias empresas de energía sucia en lugar de por los ciudadanos y el interés público. Dado el daño que se está haciendo -a la confianza pública y al clima-, la CE debería cuestionarse seriamente si el acceso privilegiado del que gozan las empresas causantes del cambio climático está en conflicto con el interés público y, por lo tanto, si la red debe ser desechada.

Las Notas y el Anexo 1 -Lista de miembros registrados de la Red- estan disponibles en el informe original

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