Capitalismo

1: El capitalismo hunde sus raíces en la disolución de la comunidad primitiva, en la aparición de la mercancía (y más concretamente del valor) como resultado de la consolidación del intercambio de ciertos productos y por tanto la creciente producción para las necesidades, no humanas, sino del intercambio. Este acontecimiento se va desarrollando, subsumiendo cada vez más aspectos y elementos, conduciendo a las comunidades primitivas a su ocaso abriendo paso a una época oscura marcada por el desarrollo del valor con la consecuente aparición de las clases y el Estado.

2: El capitalismo es el corolario de todo el desarrollo histórico de la mercancía, la fijación del mercado mundial, del sometimiento de todo lo que hay sobre el planeta a la lógica de la dictadura del valor, de la tiranía de la economía. Un corolario al que se llega con sangre y fuego, tras siglos de luchas y resistencias en las diversas sociedades de clases (esclavitud, feudalismo…). Su resultado a nivel global es la separación brutal del ser humano de todos sus medios de vida, de la privación de la Tierra y de todos los elementos que en ella existen que son acumulados como capital en manos de la burguesía.

Por otro lado toda esa otra acumulación de la desposesión, de privación, conforma una clase social empujada a luchar, a organizarse, a desarrollar su contraposición radical al capitalismo, como única alternativa para no perecer: hablamos del proletariado.

3: El capitalismo no es otra cosa que una imparable carrera para la valorización del valor, para acumular capital. Para valorizarse, el capital se ve forzado a asumir diversas formas, pero ante todo a adentrarse en el proceso de producción, donde se encuentra la fuente de su existencia: el trabajo asalariado. De las entrañas de ese tenebroso proceso, mediante su propio desdoblamiento en capital constante (materias primas, maquinaria) y capital variable (fuerza de trabajo), surge el plusvalor, la base material de la ganancia como resultado del intercambio del trabajo muerto por el trabajo vivo. La contradicción que atormenta al capital desde su origen, y que sólo el proletariado puede llevar hasta sus últimas consecuencias, es que la propia dinámica de la valorización utiliza medios que acaban creando siempre una desvalorización. Las medidas que contrarrestan esta contradicción (aumentar el grado y la intensidad de la explotación, multiplicar el capital ficticio…), no hacen sino agravarlas a mediano plazo y lo que es más importante, espolear al proletariado a organizarse para tumbar esta sociedad.

4: Quienes comprenden el capitalismo, sea como una esfera particular de la sociedad sometida a ciertas leyes separadas de las otras, por ejemplo la económica, sea como un modo de gestión, o como una política particular, no sólo falsifican la esencia de esta sociedad sino también su supresión revolucionaria.

Efectivamente el capitalismo sólo puede ser comprendido bajo su esencia universal y totalizadora que se ha apoderado del mundo, de todo cuanto en él sucede, mercantilizando todas las relaciones sociales, impidiendo cualquier otra comunidad que no sea su propia comunidad de muerte: la comunidad del capital.

Incapacitados de entender el capital en sus múltiples determinaciones y formas de manifestarse (mercancía, dinero, trabajo asalariado, medios de producción, burguesía, Estado, relación social, sujeto histórico…) todas estas corrientes, por muy radicales que se presenten, acaban manifestándose como fuerzas de conservación del capital y no de su destrucción. Algunos quieren destruir el dinero conservando la podrida mercancía, otros acabar con la explotación enarbolando la bandera del trabajo, también hay quienes quieren abolir el Estado a golpes de democracia, quien piensa acabar con el racismo o el patriarcado aislándolo de la totalidad de la que emergen, o quien se cree que vive al margen del capitalismo por irse al ‘monte’ con un taparrabos… Es decir echan a patadas por la puerta a su enemigo sin percibir que regresa por la ventana. Y lo que es peor, se transforman en ideología, difundiéndola a gritos por esa misma ventana, generalizándola y creando confusión entre los que luchan.

5: La incapacidad de entender el capitalismo va indisolublemente ligada a la incapacidad de entender el movimiento de su supresión, es decir el comunismo, así como la incapacidad de comprender el sujeto de ese movimiento, el proletariado. Pero esta incapacidad, como incapacidad generalizada, como  ideología  dominante (expresada  fundamentalmente  por la socialdemocracia) es uno(expresada fundamentalmente por la socialdemocracia) es uno de los productos más valiosos del capital. Si la mistificación reproducida por esta sociedad consigue incluso que los explotados vivan su propia explotación de una forma tan natural como la fecundación del espermatozoide en el óvulo que da origen a la vida, el círculo se cierra cuando consigue que la ruptura de esa mistificación -es decir cuando los explotados se lanzan a reventar sus cadenas- se cambie por otra, a saber, que el comunismo es el capitalismo con banderas rojas, hoces y martillos. Bajo esta mistificación, por comunismo, por revolución, se entiende cualquier cosa menos lo que realmente es: el movimiento de supresión y superación de las condiciones existentes. No debe extrañarnos entonces que el trabajo asalariado, el dinero, el Estado, la explotación, las clases, es decir, la sociedad capitalista, acabe siendo identificada con el comunismo. De la misma forma que no debe extrañarnos la cantidad de falsificaciones que hay en torno a la esencia del proletariado. Toda esta mistificación es el producto más preciado del proceso de producción, así se consolida la socialdemocracia desplegando todas sus variantes ideológicas indispensables para el mantenimiento del orden burgués. Se habla de tomar el poder del Estado para aplicar políticas socialistas, de gestión obrera, de autogestión, de contrapoder, de cambiar el mundo sin insurrección y toda una serie de concepciones que niegan los elementos más fundamentales del comunismo y de la revolución social.

6: Afirmar y enfrentarse al capitalismo como una totalidad, asumir la crítica unitaria de este mundo basado en la explotación del hombre por el hombre, reconocerse como una clase mundial con las mismas penurias y los mismos intereses, y sobre todo y consecuentemente con ello asumir la organización de nuestra clase para abolir el capitalismo, abolir su condición de clase y todas las clases existentes.

Fuente: http://revistaracaille.wordpress.com/2014/06/16/capitalismo/

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