No somos nada

Nihil ex nihilo, de la nada, nada viene. Qué bonico queda hablar de la imposibilidad lógica y física de crear de la nada, pero ¿y si el asunto pasase de metafísico a generacional? ¿Y si no se pudiese ser nada como generación porque no se ha heredado nada y se viene del vacío? Y no me refiero a heredar bienes, sino valores, historia, cultura democrática auténtica. Después de décadas escuchando No somos nada de La Polla Records le veo el sentido a su letra. Siempre me atrajo por cuestiones políticas más que filosóficas, y ahora la escucho de una forma que supongo le tocará un pie a sus creadores, pero eso es lo de menos.

Somos los nietos de los obreros que nunca pudisteis matar. Yo no lo soy de forma literal, pero si hay fantasmas que arrastran sus pesadas cadenas por este país, son las de los trabajadores que murieron en la guerra civil. Y si no podemos olvidarlos es porque los vacíos no se olvidan.  La nada no se explica, dicen los existencialistas, se siente, se experimenta como angustia, vértigo, nausea o sentimiento trágico que en España siempre se transforma en tragicomedia por la falta de modales de sus personajes. No nos extrañe que no haya habido una generación como tal después de la transición, aunque se hayan intentado crear periodísticamente y se les haya asignado una serie de variables nunca despejadas, generación X, Y, Z. Los X vamos ya más allá de la madurez sin saber quiénes somos y de dónde venimos. Algunos más penosos aún se han intentado autoasignar el valor de generación para no cargar con la carga del vacío y su impostura se reconoce en sus constantes conversiones políticas y religiosas. No son nada. 

Quieres identificarnos, tienes un problema. De chaval interpretaba esa línea como una burla a la policía e imaginaba que los de La Polla llevaban una vida de músicos clandestinos. Más o menos cuándo descubrí que los reyes magos no existían, me incliné por pensar que no querían que su música se pudiera clasificar. Ahora lo veo de otra manera: no tenemos identidad, es imposible identificarnos. Nihil ex nihilo. Y de ahí a la apatía, al exceso, a la desesperanza o a la aceptación acrítica del estado de las cosas no hace falta ni siquiera dar un paso. A todos aquellos que cuestionan la importancia de indagar en la historia reciente les diré que va más allá de enterrar a los familiares: tiene que ver con toda una generación que sabe que los abuelos fascistas humillaron y asesinaron durante cuarenta años y que sus propios padres decidieron olvidar el crimen. Somos los nietos de los obreros que nunca pudisteis matar es la metempsicosis generacional de la política española.

No somos nada. ¡Disfrutad malditos!

I. Ibarra
http://ioanesibarra.blogspot.com.es/2016/04/no-somos-nada.html 
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