«En los últimos 15 años la intensificación de los agronegocios en la Argentina ha llevado a un proceso de expansión agrícola impulsado por el monocultivo de la soja, que ha dado lugar a un modelo agropecuario basado en la exportación y la producción intensiva, de altos insumos y concentrado en pocas manos.
«El modelo genera muchos ingresos en divisas, gran parte queda en manos de los terratenientes y empresarios del agro, y un porcentaje queda en el Gobierno, a través de las retenciones a las exportaciones. Las elites del agro lo promocionan como un modelo muy desarrollado y eficiente, sin embargo la otra cara de este modelo es una gran contaminación del medio ambiente, destrucción de enormes superficies de bosques ( ¡en Argentina se talan 40 canchas de fútbol por hora!), alta degradación de los suelos, alta dependencia externa por los insumos y una gran deuda social, ya que la producción de alimentos para los argentinos queda relegada y se prioriza la exportación, logrando una escasa distribución de los ingresos.
Fuente: http://www.naranjasdehiroshima.com/