En torno a la represión ejercida por la izquierda

represiónCon motivo de estas jornadas antirrepresivas en el pueblo okupado de Fraguas hoy 5 de abril de 2014, me parece pertinente aportar aquí mi reflexión particular sobre la represión ejercida por la izquierda.

En la raíz de la izquierda se encuentra el jacobinismo de la Revolución Francesa, revolución burguesa por excelencia. Uno de sus máximos exponentes dejará claro su carácter represivo. Saint-Just o también llamado “el Arcángel del Terror” dirá: “Es preciso gobernar con el hierro a quienes no se pueda gobernar con la justicia”.

Más tarde, y como gran representante de la izquierda, Lenin vendrá a decirnos: “Quien estorbe lo más mínimo en la lucha lo combatiremos sin compasión. Quién no está con nosotros, está contra nosotros”. También Bujarin, importante dirigente bolchevique, nos recordará: “La revolución no discute con sus enemigos, sino que los destruye”. Trotsky a su vez, será bien claro: “Por lo que respecta a nosotros nunca nos hemos preocupado de las charlatanerías de… los cuáqueros vegetarianos sobre el “carácter sagrado” de la vida humana. Nosotros… seguiremos siendo revolucionarios ahora en el poder… y esta tarea no puede ser realizada más que a base de hierro y sangre… Nosotros hemos aplastado a los socialrevolucionarios, y no queda nada de ellos. Este criterio nos basta”. Ya en 1906 Lenin pedirá “el exterminio del enemigo…”

Se encarcelará y asesinará a los mencheviques, los socialrevolucionarios, los anarcosindicalistas, a los marinos de Kronstadt que se levantaron en defensa de un soviet libre en 1921 y se ahogará en sangre la revolución campesina machnovista en Ucrania. Finalmente la represión se extenderá a los mismos miembros del Partido Bolchevique que no compartan la línea fijada por el Comité Central. La hora de los funcionarios sin escrúpulos ha llegado. Los valores proclamados por el comunismo tienen que ser impuestos por medio de agentes de policía y de piquetes de ejecución. Trotsky es quien lleva a las últimas consecuencias la terapéutica de la represión y en plena alucinación cesárea llegará a citar, como modelo para la revolución, al sargento prusiano y no se sonrojará al hacer un canto a la moral de rebaño. Los nombres cambian, los métodos del zarismo permanecen.

Alegando los peligros que rodean a la revolución, Trotsky justifica las medidas más implacables de represión y de terror, e introduce un régimen político de estructura feudal. Para que la nueva tiranía sea aún si cabe más repelente, Lenin y Trotsky reincorporan a sus puestos a la misma intelligentsia burguesa que había servido bajo el zar. Los especialistas, militares, intelectuales y técnicos útiles momentáneamente a la revolución no son ejecutados o perseguidos como por los rivales políticos de los bolcheviques, sino colocados de nuevo al frente de las fábricas, secretarías y regimientos. Los verdugos de ayer se convierten en los nuevos amos.[1] Igual que nuestra Transición.

Las purgas contra los anarcosindicalistas, disidentes, desviacionistas y elementos incómodos al creciente aparato bolchevique serán la semilla del estalinismo más férreo. Sobre Stalin y las características de su represión no profundizo porque son bien conocidas: militarización extrema, estatalización mortífera de la agricultura y la ganadería, industrialización brutal y destrucción medioambiental sin precedentes, poderosísima policía política, deportaciones de pueblos enteros, campos de exterminio como Vorkuta o Kolima, gulags por todo el imperio socialista, proliferación masiva de cárceles y de la práctica de la tortura, adoctrinamiento refinado, etc.

La URSS se convertirá en un Estado genocida que aplastará con una potencia inaudita a los chechenos, a los tártaros, a los checoslovacos, a los mismos rusos, etc. En 1956 los tanques comunistas entrarán en Hungría, ahogándola en sangre, para imponer el paraíso de izquierdas y, por supuesto Carrillo y la Pasionaria (caudillos del Partido Comunista Español) apoyarán al Partido. Carrillo estará mientras tanto agradeciendo el mercedes blindado que le ha regalado su amigo Ceaucescu, dictador comunista rumano famoso por sus gulags de trabajadores esclavos y por su policía política, la Securitatae. Este es el mismo que obligaba a poner letras marxistas a todas las melodías típicas gitanas que se tocasen en público bajo pena de prisión. Este monstruo no pestañeará en deportar a la población rural para que engrose por la fuerza las barriadas de las ciudades industriales. Esta política con el pueblo rural coincide completamente con la política franquista. Recordemos que seis millones de personas abandonaron el campo y se irán a las ciudades desde 1953 a 1978 en el Estado español. José Sandoval, miembro del comité central y ejecutivo del Partido Comunista Español explica la postura oficial de su partido con respecto al mundo rural de los pueblos de Iberia, explicando la doctrina marxista (las etapas) de la necesidad del desarrollo de las fuerzas productivas -de la industria, las ciudades y el Estado- para la liberación: “En el campo existían aún fuertes vestigios feudales que impedían el pleno desarrollo del capitalismo. Es la revolución democrática burguesa la que puede abolir tales vestigios y a la cabeza de esta revolución ha de ir la clase obrera”. “No se trata de hacer la revolución socialista sino primero de completar la revolución democrática burguesa”. Siguiendo literalmente el esquema clásico del marxismo, Lenin nos dirá: “Equivale a un pensamiento reaccionario buscar la liberación de la clase obrera en algo que no sea el desarrollo del capitalismo”. Y precisa: “Por tanto, la revolución burguesa es ventajosa en alto grado para el proletariado”.

Todas estas ideas sobre las etapas marxistas de la revolución socialistas hacen inevitable la destrucción del mundo rural y, por lo tanto, la represión implacable de toda resistencia. No por nada será la Columna Carlos Marx dirigida por Líster la que destruirá las colectividades anarquistas en 1937. Este es un buen ejemplo de represión directa y destrucción del mundo rural.

No hay represión más constante, más extendida y más sufrida que el trabajo asalariado, por eso, sin irme de la reflexión sobre la represión, he de recordar que Lenin endiosó el sistema industrial y dedujo fríamente que las masas aceptarían más fácilmente su centralismo burocrático y dictatorial porque “la disciplina y la organización son asimiladas más fácilmente por el proletariado gracias, precisamente, a esta escuela de la fábrica”.

Estas ideas comunistas de Lenin coinciden plenamente con las ideas falangistas de Ramiro Ledesma Ramos: el designio de nuestro movimiento fascista es “la subordinación de todo individuo a los supremos intereses del Estado”. Tendrá razón Lenin al señalar esta íntima conexión entre fábrica y ejército, entre fábrica y sumisión; no por nada será el pueblo europeo más industrializado y desruralizado –el alemán-, el que seguirá a su Estado fielmente en las dos guerras mundiales. El imperio industrial/militar estará al final del movimiento inspirado por Lenin. Se levantará un totalitarismo en que la ley férrea de la burocracia comunista será: Initsiativa vsegda nakazevema (“La iniciativa siempre se castiga”). Cuando Lenin anuncie la NEP, declarará al capitalismo de Estado como la antesala necesaria del socialismo. Una vez más, esto no será muy distinto de las ideas de la Falange. El entusiasmo por el capitalismo de Estado une a fascistas e izquierdistas, reforzadores de la sociedad burguesa y hostiles, ambos, a la libertad.

Simone Weil dirá: “Solamente al pensar que los grandes jerarcas bolcheviques pretendían crear una clase obrera libre, y que ninguno de ellos –Trotsky seguro que no, Lenin creo que tampoco- habían puesto los pies en una fábrica y por consiguiente no tenían la menor idea de las condiciones reales que determinan la esclavitud o la libertad para los obreros, la política me parece una siniestra payasada”.

Los comunistas desarrollarán una industria colosal y monstruosa. Sólo por contar un ejemplo de esta insensibilidad humana y, para no extenderme, contaré el caso de Semipalatinsk en el actual Kazajastán. Aquí se realizaron pruebas militares durante cuarenta años con más de 450 explosiones nucleares. 1.300.000  seres humanos ser verán trágica y deliberadamente irradiados. Los militares comunistas buscaban, mediante la experimentación con estas personas, estudiar los efectos de la radiactividad sobre la población, ahora convertida en cobayas humanas.Esta zona rural ha quedado devastada y la despoblación es hoy la norma pues el agua y la tierra están contaminadas.  Las malformaciones y el cáncer son hoy pandemia. Esto es represión en el mundo rural a lo grande.

Al no hacer una reflexión sobre el Poder y la jerarquía, la izquierda ha creado sistemas como el de la República Democrática Alemana (RDA). “Si en la Alemania hitleriana la Gestapo tenía 7.000 funcionarios para vigilar a 60 millones de personas, en la RDA la Stasi, o policía política del Partido Comunista, disponía de 190.000 funcionarios y otros tantos confidentes para tener controlados a 17 millones de personas”[2].

Tenemos numerosos ejemplos de represión izquierdista. Comentaré sólo algunos pues los casos son casi infinitos.

El 20 de agosto de 1968 200.000 soldados y 2.300 tanques comunistas invaden Checoslovaquia para que este pueblo no se le ocurra dejar de vivir bajo la verdadera doctrina del “paraíso socialista”. Esto provocó centenares de muertes y 300.000 exiliados.

El 4 de junio 1989 miles de estudiantes chinos ocuparon en Pekín la Plaza de Tian´anmen. El gobierno comunista declaró la ley marcial y envió los tanques y la infantería del Ejército Popular de Liberación. Se ametralló a la masa y murieron 3.000 personas y 10.000 fueron heridas de bala, muchos miles más fueron arrestados.

El 17 de abril de 1975 los Jemeres Rojos toman el poder y creará la República Popular de Kampuchea en Camboya de inspiración marxista-maoísta. Exterminará a tres millones de personas bajo la consigna de la búsqueda del enemigo interno

En el otoño de 1985 las autoridades comunistas búlgaras obligaron a 900.000 personas a cambiarse de nombre porque querían reforzar el Estado mediante la unificación cultural del pueblo, los afectados serán de etnias turcas. Es como si el Partido Popular fuera casa por casa en el País Vasco obligando a todos los Josu, Julen, Patxi a llamarse Paco, Jose Antonio o Manuel para así, reforzar la “Unidad” y evitar futuras secesiones y sentimientos nacionalistas. Según Amnistía Internacional los militares comunistas azotaron a miles de búlgaros que desobedecieron y ejecutaron a cientos. Ante la imposibilidad de arrodillar a todos, a principios de 1989, el ejército comunista búlgaro expulsará por la fuerza a cien mil personas de etnia turca, obligándolos a abandonar sus casas y sus tierras y entrar en Turquía.

A partir de 1974 y hasta 1991 Etiopía será un Estado Marxista-Leninista ortodoxo. En 1978 tenemos en este país un brutal ejemplo de represión en el mundo rural: cuando entró en vigor la Campaña Nacional de Desarrollo Revolucionario. Millones de campesinos fueron sometidos a una deportación masiva (la llamada villagization). El ejército comunista entraba en una serie de poblados, requisaba campos y ganado y obligaba a los habitantes a desmontar sus chozas pieza por pieza. A continuación se les obligaba a andar con todo encima hasta el lugar seleccionado por los funcionarios del Partido, que, como recuerdan los testigos, siempre estaba provisto de una torre de vigilancia, una bandera roja y un estandarte del Partido de los Trabajadores de Etiopía. El reasentamiento militarizado y la estatalización total de la agricultura trajo en 1984 una hambruna que devastó el país, muriendo un millón de personas. Al Estado comunista etíope le surgió un movimiento independentista en la región del norte, en Eritrea. Para luchar contra estos secesionistas, el Partido Comunista de la Unión Soviética proporcionó al Comité Central del Partido de los Trabajadores de Etiopía 350 carros de combate y 70 cazabombarderos. Además, llegaron miles de soldados del Estado comunista cubano -aerotransportados por los aviones soviéticos- para ayudar a aplastar a los independentistas. Pilotos “voluntarios” de Cuba,  de Corea del Norte y otras repúblicas comunistas se unieron al Ejército Rojo etíope para arrojar millones de toneladas de napalm y bombas de racimo sobre el pueblo eritreo. El ganado fue exterminado y la ofensiva en plena época de cosecha dejó el equilibrio agrícola destrozado. Las hambrunas desde entonces hasta hoy no han dejado de asolar estas regiones.

El ejército soviético invadió Afganistán el 27 de diciembre de 1979. Los soviéticos asesinaron a un millón trescientas mil personas en los diez años de ocupación genocida. Cinco millones y medio de afganos fueron a refugiarse en Pakistán e Irán, es decir, un tercio de la población del país antes de la guerra. En la década de 1980, la mitad de los refugiados que había en el mundo eran afganos. Hay que tener en cuenta que otros dos millones de afganos se vieron obligados a migraciones internas. El Ejército Rojo sembró 30 millones de minas por todo el país. La mayoría de las minas que los comunistas dejaron en Afganistán fueron concebidas para mutilar, no para matar, porque un cadáver no es una molestia. Tan sólo borra al muerto del mapa. Pero alguien que está herido y sufre, precisa la atención continua de varias personas, que de otro modo estarían luchando. Para despoblar la zona, lo mejor es que muchas de las víctimas sean niños. Hasta los campesinos más tenaces se dan por vencidos y huyen cuando mutilan a sus hijos. Más de la mitad de los agricultores que quedaban en Afganistán vieron sus campos bombardeados, y más de una cuarta parte fueron testigos de cómo se destruían sus sistemas de regadío y cómo las tropas soviéticas o soldados comunistas afganos disparaban sobre sus rebaños. Los soviéticos desforestaron a conciencia grandes sectores de Afganistán para privar a los muyahidines de cobertura y escondrijos. El proceso continúa hoy.

El 9 de septiembre de 1948 se crea la República Popular Democrática de Corea (del Norte). Estado socialista poseedor de un millón de soldados en activo -el Ejército Popular de Corea- y 4,7 millones en la reserva. Dedica el 25% de su PIB al Ejército y tienen 45 soldados profesionales por cada 1000 habitantes. Sus campos de prisioneros (se calcula que 200.000 presos) y de experimentación humana son descritos por los desertores que consiguen escapar.

En enero de 1959 dará comienzo la dictadura militar comunista castrista. Muy pronto se empezará a prohibir la libre asociación, la libre sindicación, y libertades de todo tipo. Los periódicos que no concuerden con el dogma serán prohibidos. Mi reconocimiento más cariñoso al Movimiento Libertario Cubano y el movimiento sindical autónomo dentro de la isla (clandestino) y en el exilio.

El Partido Comunista de India será junto con el Frente de Izquierdas el responsable en 2007 de la masacre de Nandigram, un área rural del distrito de Purba Medinipur, al sur de Bengala Occidental. El Partido marxista trataba de abrir espacios para la inversión de grandes capitales indonesios (en concreto para Salim Group S.A.). Expropiaron 40km2 para la Special Economic Zone donde querían instalar una central química de conversión de combustibles fósiles en todo tipo de materiales. Los habitantes se rebelaron alegando la contaminación que produciría. El Frente de Izquierdas inundó con más de 3.000 policías la zona y mató a 14 aldeanos e hirió de bala a más de 70.

Por qué no recordar como el Partido Comunista Francés dio su apoyo al Estado francés en la matanza de (1954-1962) independentistas argelinos. O cómo el Frente Popular español de 1936 no quiso reconocer la independencia al Marruecos ocupado por las tropas del ejército. Por qué no recordar también al Partido Comunista Italiano prohibiendo las radios libres por decreto (y esto es lo más inocente que hizo). O cuando en las fiestas del PCE de Córdoba de 2009 un dirigente llamo “partido hermano” al carcelero, torturador y megaasesino Partido Comunista Chino. Como nos dice F. Rodrigo Mora “¿Cuándo va a hacerse responsable el PCE-IU de sus crímenes en la guerra civil, no menores ni menos odiosos que los del franquismo, comenzando por el del secuestro, tortura, asesinato y enterramiento clandestino de Andreu Nin?”. Los comunistas también acabaron en 1937 con la vida del gran filósofo y anarquista Camilo Berneri.

¿Por qué no recordar que el código penal español ha sido apoyado por Izquieda Unida en tantas ocasiones que he perdido la cuenta? No olvidemos que este código es el más represivo de Europa occidental según el catedrático emérito de Derecho Penal en la Universidad Complutense Enrique Gimbernat. Somos el país con más presos/as en relación con nuestra población de Europa, con casi 80.000 presos y presas, sin contar inmigrantes en CIES y centros de menores.

También se ha de recordar como los Mossos de Escuadra machacaron a palos a los manifestantes anti-bolonia cuando estaba al frente de la consejería de interior de la Generalidad catalana Joan Saura el día 18 de marzo de 2009. El señor Saura se autodefine como antisistema ecosocialista-pacifista, es uno de los máximos dirigentes de ICV-EUiA (Iniciativa per Catalunya VerdsEsquerra Unida i Alternativa), es decir Izquierda Unida en Cataluña.Recordemos que existen muchos detenidos y detenidas encausadas por desórdenes públicos y atentado a la autoridad en el período en que ICV-EUiA gobernó junto con ERC y PSOE en tripartito. En este período de Cataluña en el que un antisistema era el jefe de los mossos hubo palos desde el primer día hasta el último, el cuerpo autonómico aumentó sus efectivos, se construyeron nuevas macro-cárceles, las denuncias por tortura se mantuvieron en su línea (los mossos tienen el récord de denuncias por tortura de todo el Estado) y además los antidisturbios no llevaron ni un solo día el número de placa visible, y en cambio sí empezaron a llevar bien visible el kubotan (causa mucho dolor sin dejar heridas graves).

Jorge del Cura, de la coordinadora contra la tortura, nos recordó hace pocos años, cómo la policía municipal de Córdoba a las órdenes de Izquierda Unida batió récords en denuncias por torturas, malos tratos y abusos de poder. Han sido los europarlamentarios de Izquierda Unida quienes han votado a favor de que la Policía europea (Europol) no rinda cuentas ante nadie. Esta policía mantiene con toda seguridad ficheros ilegales de activistas sociales.

Las Unidades de Intervención Policial (UIP), también llamados antidisturbios fueron creadas en 1989 por el Partido Socialista Obrero Español. Sí, esos mismos que gobiernan Andalucía junto a Izquierda Unida y su Marinaleda. Fue el socialista y sindicalista José Luis Corcuera el padre de los antidisturbios. Corcuera fue desde 1976 a 1985 Secretario de Acción Reivindicativa de la Ejecutiva Federal de la Unión General de Trabajadores (UGT), para en 1988 hasta 1993 hacerse jefe de la policía durante cinco años. Consiguió aumentar más aún el poder de la policía con la Ley Corcuera o Ley de patada en la puerta. Esta ley vino a legalizar lo que la policía venía haciendo siempre, es decir agobiar, arruinar, perseguir, secuestrar y torturar. La izquierda ama al Estado y el Estado ama a la izquierda. Hace sólo seis meses que Corcuera se levantó en un coloquio del PSocialistaObreroE y dijo, refiriéndose al pueblo de Cataluña: “¿Qué es eso de derecho a decidir? […] ¿Esto es una broma? […] Con el Estado español… ni bromas.”

Debo recordar a la izquierda en el Ministerio del Interior. Ese desgraciado sitio desde donde los socialistas dieron la orden de secuestrar y torturar hasta la muerte a Lasa y Zabala y desde donde se dirige Instituciones Penitenciarias y la supermazmorra ideada también por los socialistas, la cárcel dentro de la cárcel, el régimen FIES, de una crueldad descomunal (hoy ha cambiado de nombre tras ser declarado ilegal por el Tribunal Supremo).

Desde este mismo ministerio se organizaron, recientemente, los escuadrones de la muerte contra los independentistas vascos. A día de hoy que se sepa hay descubiertos 27 asesinados por los escuadrones de la muerte del Estado español (de izquierdas), y más de 30 heridos en tres años -1983 a 1986-.

El crecimiento constante de la tiranía del Partido Comunista de España (PCE) en los tres años de guerra civil hizo que los anarquistas y socialistas se sublevaran contra el régimen de terror de Negrín, auténtico títere de la Rusia estalinista. Cuando las tropas comunistas supieron que sus dirigentes habían huido, al “paraíso” del Estado de Stalin cogiendo un avión desde el aeródromo de Monóvar en Alicante el 6 de marzo de 1939, la moral se les vino abajo y se rindieron. La lucha fue muy dura, Gracía Pradas del Comité de Defensa de la CNT del Centro dijo: “Miente quien diga que hubo represión anticomunista. Se puso en libertad a la mayoría de detenidos durante la lucha, y únicamente se fue severo con algunos individuos condenados, antes que por nadie, por la opinión pública”. En cambio, cuando José Gómez Osorio, de la UGT y del PSOE, fue arrestado y llevado a una cárcel comunista, dijo al ser liberado: “En mi larga historia de luchador proletario, no recuerdo trato como el que me han dado quienes dicen llamarse hermanos nuestros, durante los cuatro días que he estado bajo su dominio.” Continúa diciendo que nunca han sido tratados peor quienes luchan por el pueblo: “Ni en los tiempos de la Monarquía ni de la Dictadura, ni siquiera en los del triste Bienio Negro…” Eran hipócritamente los dirigentes del PCE, los que pedía resistir, “aunque muramos de hambre,” después de haberse ensañado con la moral resistente. La gente sabía que no eran ellos, los Grandes Timoneles, los Caudillos Comunistas, los que iban a “morir hambre” sino la gente común. Pocos creyeron a los dirigentes del PCE; después de haber huido los primeros; haber prohibido las milicias; haber secuestrado y torturado a los disidentes a sus mandatos; haber perseguido al POUM y, más tarde, a la CNT; desmantelado centenares de colectividades campesinas; sacar de la península a los 20.000 brigadistas internacionales en plena guerra por cuestiones de geopolítica del Estado soviético; ocupado todos los puestos de mando con tácticas brutales; usar el dinero y las armas soviéticas para levantar una tiranía terrorista; dañar completamente la idea por la que los revolucionarios se bridaban voluntariamente a dejarse la vida en las trincheras y arrancar la motivación por la guerra antifascista. Un soldado que participó en la batalla contra los comunistas en Madrid confesará que “aunque odiaba el fascismo, que le huele a militar, odiaba aún más la guerra”. Diego Abad de Santillán, dirigente anarquista, haciendo autocrítica sobre la insuficiente reacción de la CNT frente al estalinismo del PCE dirá: “No se nos acusará de haber perturbado los planes del gobierno republicano comunista, pero se nos puede acusar de no haberlos perturbado. Y ante el porvenir esa acusación pesará mucho más”.

El comunismo o la izquierda no es diferente de la idea fuerza del fascismo mussoliniano: “Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”. Jose Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador Primo de Rivera, establecerá que la meta medular de su partido es la creación de “un Estado fuerte y organizado”.

En el fondo de este pensamiento también se encuentra el interés Estatal en nacionalizar a las masas que gobierna, es decir, la integración de las clases populares en “la nación”. Fusionar pueblo y Estado/Ejército. Los capitalistas y el Estado saben, mejor que nadie, que su mejor herramienta es la izquierda. La izquierda canaliza, como jamás podrá hacer la derecha, la potencialidad revolucionaria del pueblo hacia las instituciones.

Quien mejor ha conseguido esto en nuestro país de países ha sido el Partido Socialista Obrero Español, pues ha conseguido lo que nunca otros consiguieron, que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, sean hoy la institución mejor valorada entre la población “española” (Barómetro del Centro Investigaciones Sociológicas de 2013: 1ª Guardia Civil; 2ª Policía Nacional. En 2011 la mejor valorada fueron la Fuerzas Armadas).

Los antiglobalización, por muy bienintencionados que sean, no tienen razón: No es el Estado el que protege al pueblo de los capitalistas. El Estado –que se protege a sí mismo primero- protege a los capitalistas del pueblo. El Estado no es una herramienta neutral lista para ser usada en pro del bien. El Estado no es servidor del Capital sino que este último es su hijastro. No se puede olvidar que el Estado es el mayor explotador del pueblo –vía impuestos-, y que posee el monopolio de la violencia –vía Ejército y policía-

Mi cariño y mi solidaridad a los estudiantes venezolanos asesinados y encarcelados por el “Socialismo del siglo XXI”, a los campesinos bolivianos ametrallados por el “Movimiento al Socialismo”, a los grupos libertarios cubanos en la clandestinidad y en el exilio, a los que luchan por la libertad en China y en el Tíbet, a la disidentes en Corea del Norte, a todos los manifestantes apaleados y encarcelados en Brasil por el Partido de los Trabajadores. A todas las mujeres encarceladas en Nicaragua por el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Y un largo etcétera. Y sobre todo al mundo rural de todas estas naciones antes nombradas. Un mundo rural en acelerada y brutal destrucción por el tan marxista “desarrollo de las fuerzas productivas”.

Daremos un paso adelante cuando comprendamos que la izquierda es uno de los más feroces enemigos de la libertad. Sé, que muchas buenas personas se consideran de izquierdas, pero, es hora de que desechen conceptos erróneos como éste, que provienen de una de las revoluciones más nefastas para la libertad que ha vivido la humanidad: la burguesa y mega estatalista Revolución Francesa. ¡Viva la libertad, viva el concejo abierto omnisoberano, viva lo comunal, el esfuerzo, el amor, la ruralidad y la convivencialidad!

kiko B.Cruz

[1] El marxismo. Heleno Saña

[2] F. Rodrigo Mora comentando el libro de Gotz Aly “La utopía nazí”

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 1 Promedio: 5)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio