Emancipación educativa

Al encargarse de la instrucción y de la educación de la juventud, los trabajadores hacen más alta y más pura la idea de la enseñanza. En manos del pueblo la escuela se convierte en una fuente de conocimientos, es un medio para la educación y el desenvolvimiento del hombre libre. Por eso, desde los primeros pasos del autogobierno de los trabajadores, la escuela deber ser, no sólo separada de la Iglesia, sino también del Estado.

Piotr Archinov

Este 22 de marzo del 2017 se realizó una marcha federal histórica y multitudinaria en defensa de la educación pública. En ella confluyeron alrededor de 400 mil docentes, estudiantes, científicos, becarios, escuelas enteras, alumnos y alumnas que con sus padres y madres marcharon hacia Plaza de Mayo para repudiar el desfinanciamiento de la educación pública.

El gobierno neoliberal de Cambiemos quiere desprestigiar al colectivo docente en su totalidad, poner en duda una educación pública que es sostenida por la comunidad educativa integrada por docentes, estudiantes, madres y padres, y manipular a la sociedad para que se oriente y elija una educación privada como institución que solucionaría el conflicto educativo que se arrastra hace años. No es casual que un día antes el títere del Estado privatizador comunique los resultados de las evaluaciones Aprender y afirme que 4 de cada 10 alumnos de 6°grado de primaria de la escuela pública no comprenden textos y que en las escuelas privadas el número desciende a 2 de cada 10. Y, además, termine siendo su propio verdugo diciendo que existe una “terrible inequidad entre los que pueden ir a escuela privada y aquel que tiene que caer en la escuela pública”. En este sentido, como en otras tantas veces, el discurso presidencial fue objeto de crítica y se utilizó el verbo caer utilizado por el mandatario para realizar manifestaciones ingeniosas características de los docentes y estudiantes.

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Foto Nacho Yuchack

Puede parecer un dato menor, pero es claro el enfoque que se le quiere dar desde los recónditos terrenos de sus mercenarios asesores. Esas evaluaciones fueron criticadas en su momento ya que evaluaban resultados y no procesos, y tenían un carácter sesgado y punitivo sin tener en cuenta el contexto sociocultural y económico. Colectivos docentes dijeron que lo iban a utilizar en contra de la educación pública en tiempos de discusión y organización, y eso es efectivamente lo que sucedió. El discurso del empresario se volcó hacia una crítica de la escuela pública.

Este ataque es fomentado por la opinión del poder hegemónico, es decir, los medios monopólicos de comunicación serviciales a los intereses del capital privado. Su papel, en este caso, es desempeñarse como sirvientes de la burguesía empresarial nacional que se escuda bajo la tutela del Estado. De esta manera, como ya es sabido, se genera opinión pública que respalda y defiende a esos mismos intereses mencionados. La lobotomía discursiva afecta a muchos ciudadanos de bien. No es raro escuchar que “trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones”, “son vagos sin vocación”, “en este conflicto los únicos perjudicados son los niños”, “es una lucha entre kirchneristas y el gobierno”, “los reclamos se hacen dialogando y no haciendo paro”, y tantas otras intrépidas sutilezas de la oratoria que por el solo hecho de ser mencionadas se van desprendiendo de estos sujetos porciones considerables de masa encefálica.

Ahora bien, en este 22 de marzo la comunidad educativa demostró un principio de organización inmenso. Una lucha unificada (más allá de las insignificantes e innecesarias diferencias partidistas) en repudio de todo ajuste estatal hacia el derecho de ejercer la docencia con dignidad. Más de 400 mil sujetos que apuestan a la lucha educativa como arma de emancipación tomaron las calles y se hicieron escuchar en el espacio público. Ejercieron política. Dieron clase. Enseñaron lucha.

¿No es hora de hacernos cargo totalmente de nuestra educación para que deje de ser la educación de ellos? ¿No es hora de que no sólo esas 400 mil personas de este 22 de marzo sino la comunidad educativa en su totalidad tome las riendas de un movimiento emancipatorio de educación popular? ¿Quiénes hacen, construyen, diagraman, diseñan, enseñan y se paran en el aula? ¿Quiénes leen, escriben, corrigen, estudian durante largas horas en sus hogares? ¿Quiénes se forman durante años para volcar esos conocimientos adquiridos y siguen aprendiendo a medida que enseñan? ¿Quiénes superan obstáculos salariales, edilicios y sociales? ¿Quiénes tienen vocación y ansias de aprender y enseñar en relaciones recíprocas, afectuosas y humanas? ¿Son acaso los ministros parásitos del Estado? ¿O los empresarios que lucran con las escuelas privadas?

Estos parásitos, tanto de un Estado neoliberal como de un Estado de “bienestar”, sólo obstaculizan la verdadera educación. Una educación que no nos convierta en masa obrera obediente y esclava sino en movimiento combativo y libre. La capacidad de organización y de lucha quedó demostrada este día como en tantas otras experiencias de la historia de la educación que apunta a cuestionar y liberar, no a competir y obedecer, llevémosla hasta el fin de sus consecuencias. Hay que despojarnos de todo disciplinamiento eclesiástico pero también apartarnos de toda burocracia estatal centralizada. Dejemos de situarnos en ese lugar de eterna espera, mendigando limosnas del todopoderoso Estado, rogando caridad de la tan preciada democracia burguesa. La educación es del pueblo y la hace el pueblo.

Vladimirovich

https://punzablog.wordpress.com/2017/03/23/llamado-para-una-emancipacion-educativa/

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