¿Es posible la existencia de un gobierno no autoritario?

¿Es posible la existencia de un gobierno no autoritario? No, no es posible por el hecho de que la esencia del gobierno es la autoridad, es decir, hacer que todos los individuos de una sociedad dada cumplan las leyes que el gobierno hace o ha heredado de los anteriores.

Claro que este no es un fin en sí mismo, es el método que emplean quiénes detentan el poder para seguir sometiendo al pueblo.

Decía, que la función del gobierno es velar por el cumplimiento de las leyes por parte de cada individuo que que conforma la sociedad con el derecho de castigar a cualquiera que las incumpla. Esta función, junto con la de hacer nuevas leyes que coarten la libertad de los individuos de desenvolverse en una sociedad basada en la cooperación libre entre iguales, son las funciones principales del gobierno, funciones autoritarias por excelencia y, como muy acertadamente apuntó Ricardo Mella, la función hace al órgano, no puede separarse a la una del otro.

Pero, ¿Que entendemos por autoridad? Entendemos que la autoridad ,como la definió Tolstói, es un medio de coacción para que un individuo actúe en contra de su voluntad.

Los métodos de coacción más comunes son la violencia física y la privación de libertad o la amenaza (violencia psicológica) que estos suponen, por lo tanto, el gobierno se erige en la violencia física y psicológica, medios autoritarios donde los haya.

Quienes detentan el poder pretenden legitimar su autoridad sobre el pueblo tratando de confundir la autoridad con la influencia moral, influencia que, dicen, les dan los votos. Pero, al contrario, si la gente cumple leyes con las que no están de acuerdo no es por esa influencia moral, es mayoritariamente por el miedo a ser privado de libertad.

La historia demuestra que todo gobierno depende de un estado, existe una relación simbiótica entre gobierno y estado, se necesitan recíprocamente.

El estado supone la imposibilidad de que la sociedad se base en la libre cooperación entre iguales y su mayor victoria es hacer creer a la mayoría de personas que es imprescindible para el desenvolvimiento humano, pues, como el estado en esencia supone la imposibilidad de que la sociedad se base en la libre cooperación entre iguales, aquel que crea que el estado es imprescindible, cree también que es imposible que la sociedad se base en la libre cooperación entre iguales. Una cosa lleva a la otra irremediablemente.

Así las cosas, la mayoría de personas ve imposible, una utopía lejana, dicha sociedad, demostremosles que se equivocan. ¡Las colectivizaciones españolas o la revolución en Kobane nos dan la razón! Esta sociedad es posible, además de necesaria. 

En base a lo anteriormente expuesto afirmo que lo imposible no es una sociedad basada en la libre cooperación entre iguales, sino que exista un gobierno no autoritario.

Adrián Kerouac

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