Estado, corrupción y sociedad

El Poder del Estado en el sistema democrático es omnipresente en tanto en cuanto puede aparecer en cualquier sitio según su interés, esperando el momento favorable para la aplicación de las leyes que regulan la corrupción de la sociedad, de este modo legitiman su existencia y fungen a la vez que fingen la protección de sus súbditos.

El Poder del Estado es directamente proporcional a la corrupción de la sociedad a gobernar, es decir, a sociedades más corruptas, más Poder tendrá el Estado para promulgar, legislar y aplicar más leyes a sus súbditos, siempre siguiendo unas directrices predeterminadas por la élite que está al mando del Estado.

Cabe destacar que en el fenómeno de la corrupción de la sociedad interactúan varios factores, siendo el Estado uno de los principales actores de esta tragedia, en la que el individuo sin menos recursos es el más desfavorecido del sistema, porque es el Estado quien regula buena parte (sino toda) de la actividad social, política y económica de la sociedad en general, estableciendo las leyes y por ende las normas de conducta del individuo sometido, que se encuentra con muy pocas posibilidades de poder hacer otra cosa que no sea perjudicial para el Poder encarnado en el sistema de dominación que lo componen en buena medida; una inmensa mayoría de los súbditos y sus amos: la élite de Poder.

                                                      ——————————————————————————–

Post scríptum:  Algunas reflexiones.

Como la información es poder y el gobierno manipulación, la conciencia (que es lo contrario al poder de manipular), es la capacidad del individuo de tomar decisiones que otorga la autonomía de ser consciente de la libertad que implica la verdadera independencia e interdependencia.

Como el pensamiento es por lo general información, la conciencia es lo contrario al pensamiento y no está supeditada a la información. La conciencia es el no pensamiento al ser anterior a la información e implica la capacidad de discernir la cualidad de las cosas y su utilidad no como pensamiento sino como intuición e inteligencia.

Hay que sospechar en buena medida de los mitos, si éstos han trascendido a la opinión pública es porque ha habido un interés del Poder en crear la imagen de la figura del mito al erigirse como autoridad para el control de las masas.

Si el principio de libertad se adquiere por defecto, ésta se fundará en la negación de la cultura, la religión, las costumbres, las tradiciones y de la política como imposición en base a cualquier autoridad, ya provenga de un individuo o colectivo que se arrogue el derecho a dictarlas.

El gobierno de la sociedad implica antes el auto-gobierno del individuo, sin éste no puede haber aquel, porque no es lo mismo el gobierno de la sociedad o de todos que el gobierno del Estado o de una élite de Poder.

La complicidad de la autoridad y del individuo o del pueblo se ve reflejada en su máximo representante, que es el Estado.

Si hemos nacido para ser libres debemos decir la verdad sin temer las consecuencias que pueda provocar, de lo contrario nuestras vidas se convierten en un auto-engaño y una farsa de la que somos cómplices en su totalidad, al ocultarla en la ilusión de nuestros pensamientos y acciones individuales.

Lo que hace de la ley una norma y obligación a cumplir es el consenso de la sociedad.

La ley es a la tradición lo que el engaño a la traición.

Desengañate: no eres sincero contigo mismo.

La ley deviene en obligación y obediencia cuando existe autoridad.

La ley de la conciencia va más allá del bien y del mal.

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio