El pueblo de Puerto Rico luchando por una educación para ¡Todos!

Tiene un libroLos componentes de “la Administración” de la UPR y el  Gobierno de Puerto Rico, no se cansan de repetir cínicamente por todos  los  medios que ellos son los velan  por la seguridad y el derecho  a  estudiar  de  aquellos mal llamados “estudiantes que si quieren estudiar”. Sacando todo el asunto  fuera de contexto, cuando en realidad es la  Administración de la UPR junto  con el Gobierno de Puerto Rico, quienes pretenden imponer una cuota especial de $800 dólares, arbitraria y autoritariamente, al estudiantado; prohibiendo, así,  lo  que  ellos  dicen  defender. La consecuencia de todo esto es que se esta discriminando y privando a los hijos de los trabajadores  puertorriqueños, como también a ellos mismos; ya trastocados por el desempleo y la delicada  situación de la  economía  del  país. Y, aún más, del  derecho inherente a la educación superior por el  simple hecho de existir.

En los últimos días el Gobernador Luis Fortuño ha estado diciendo que para el año académico 2010-2011 la Beca Pell aumentará en $1,200. La  realidad es que la carta enviada por el departamento de educación federal aclara que el aumento para ese año académico es de sólo $200 y se une a  unos aumentos que se han hecho periódicamente desde que Obama comenzó  la presidencia. Estos aumentos están demarcados como máximas, por lo tanto, no todos los estudiantes tienen acceso al aumento en su totalidad,  algunos estudiantes tienen acceso solamente al 10% del total. Y lo que es  peor, cosa que es obvia, pero parece no tenerse en cuenta, no todos los estudiantes son elegibles para la beca. Como es el caso de los estudiantes en maestría, en doctorado, candidatos a examen de grado, estudiantes que están preparando sus tesis, entre otros que no son elegibles, por ciertas particularidades a  la  Beca; lo que demuestra que el discurso de la  Administración y el Gobierno de Puerto Rico no  sólo es falso, sino que tampoco se dirige a la totalidad del estudiantado.
Pero eso no es todo lo que incluye el discurso engañoso de la  Administración y el Gobierno de Puerto Rico. También nos presentamos con  “la  especial  consideración”  de  que  los  estudiantes  que  deseen protestar y manifestarse en contra de la cuota pueden, según  ellos, hacerlo; siempre,  ¡claro está!, dentro del marco que ellos mismos impongan de antemano. Es  decir, dentro de unos límites que ellos suelen llamar como “democráticos”, queriendo condicionar/impedir los derechos inherentes a la protesta, de libre asociación y la libertad expresión por la fuerza criminal del Estado. Así, podrán criminalizar cualquier acción que consideren “fuera de la línea” trazada por ellos mismos. El Estado y la Administración de la UPR ha estado utilizando la  Fuerza (la policías de Puerto Rico y una compaña de seguridad privada, que tiene ordenes de reprimir toda manifestación) para de defender sus intereses en la UPR del estudiantado, los profesores y los trabajadores, es decir, del pueblo de Puerto Rico, quienes son los que la componen y la hacen funcionar verdaderamente.
Nuevamente el Gobierno y la Administración acusan a los estudiantes de “Vándalos”, obviando que si se ha tenido que utilizar la violencia, siempre ha sido para defenderse de los mercenarios del Estado quienes acuden a los Recintos, predispuestos a agredir al estudiantado. Por lo tanto, criminalizar las acciones de los estudiantes al defenderse de las agresiones por unos mercenarios con camisetas negras, que dicen “Security”, no es más que hipocresía o ingenuidad. ¿Quién es más criminal, alguien que destruye una guagua o aquel que pone, a cambio de unos pocos pesos, a pelear jóvenes contra jóvenes? ¡Rápido!, cualquier expresión de los estudiantes, que “resisten” ante los atropellos, es demonizada por el Estado, la Administración y sus lacayos. Estos rápidamente mueven sus fichas para aprovecharse de las necesidades económicas de aquellos miembros de la sociedad, que no tiene nada para vivir holgadamente, para que les sirvan como los verdugos de los estudiantes.
Hemos sido testigos de la intransigencia, de la represión y la mentira por parte del Estado y la Administración Universitaria. Sucesos tales como la remoción de los portones, la contratación de la compañía privada Capitol Secuirity Police por más de 1.5 millones, en supuestos tiempos de déficit presupuestario, y ahora la invasión por parte de la Policía de Puerto Rico a los recintos de la UPR, son muestra de la mentalidad totalitaria del Estado. Se develan las intenciones del Gobierno y la Administración de hacer daño, de utilizar estrategias maliciosas en contra del pueblo trabajador de Puerto Rico. El Gobierno y la Administración están dispuestos a utilizar la Fuerza y ante la larga tradición de represión policial, estatal y por todos los medios habidos y por haber que se ha sufrido en la isla y, específicamente, en la Universidad de Puerto Rico. El estudiantado se ha visto forzado a mentalizarse para actuar de forma ofensiva cuando la situación lo amerite.
Esta situación que hoy ocurre en la Universidad de Puerto Rico nos sirve para reflexionar sobre que libertades y derechos dice que tenemos el Estado. Nos sirve para reflexionar sobre el momento en que estamos viviendo, sobre el régimen político-económico que nos condiciona. Nos sirve para que empecemos abrir nuestras perspectivas, para tomar una nueva actitud de libre pensadores en donde analicemos de forma crítica los cimientos de nuestra sociedad estatal y capitalista. Nos sirve para que empecemos a cuestionarnos lo que conocíamos como sagrado, sobre lo que desde siempre se nos ha planteado como la verdad absoluta. 
¡No hay derechos!, como podemos experimentar. He ahí los cuentos de la “democracia  pluralista” y el imaginario cívico correcto.
Luchemos mejor por rebelarnos contra esta sociedad estatal/capitalista e imponer nuestro derecho inherente a existir. Esto es una lucha que trasciende el imaginario de la politiquería tradicional. No se trata de cual partido este en el poder, sino de la criminal estructura Estatal, como tal, que fungen como institución para sobreponer los intereses de los poderosos sobre la totalidad del pueblo trabajador por medio de la fuerza. Este pueblo, no puede seguir pensando en idealismos democráticos que no existen y que nunca existirán. Tenemos que romper con el burdo civismo que nos domestica para darnos a respetar como individuos y como colectivo. No se trata de promover la violencia sin sentido, sino de encaminarnos en el proceso a perder el miedo hacia la mala autoridad y estar dispuestos a defendernos cuando la situación lo amerite. Este pueblo no puede seguir aguantando abusos y humillaciones de parte de las Instituciones dictatoriales que irónicamente nosotros como trabajadores sostenemos. 

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