Se vuelven a encender las alarmas en CAPGEMINI

Un año desde el último ERE en Capgemini y las alarmas se han vuelto a encender, aunque la realidad es que nunca se apagaron. Después de todos los embistes de la Dirección durante este período, convertidos en despidos vergonzantes e intentos de recortes masivos (el más sonado el de noviembre de 2.012), la firma que estampó la Representación Legal de los Trabajadores (RLT) en aquel ERE se nos vuelve ahora en contra, como era lógico.

Trescientos sesenta y cinco (365) días sin otro ERE» nos repitieron como cantinela victoriosa para lavar la cara de un maltrecho acuerdo que ponía a toda la plantilla contra las cuerdas. Qué barata sale la vida de los trabajadores de Capgemini en España y la de sus familias…simplemente «trescientos sesenta y cinco (365) días sin otro ERE».

Transcurrido ese periodo de gracia, no sin sobresaltos, ahora los trabajadores nos volvemos a encontrar en una nueva encrucijada, porque no dudamos de que la Dirección si no lo pudo hacer de otras maneras, se va a agarrar a cualquier clavo que permita reducir la plantilla de forma drástica.

El discurso que nos viene desde arriba, a veces en forma de explosivos correos electrónicos, ya lo conocemos: «El contexto actual está afectando a la rentabilidad de todos los sectores, y especialmente al  sector de Tecnologías de la Información (TIC) (…) se garantice la sostenibilidad y la rentabilidad de la compañía y que nos permita afrontar el futuro con garantías de éxito». Todos sabemos ya como se logran estos objetivos, que son impuestos por el deseo de los accionistas de aumentar su pedazo del pastel, reduciendo la plantilla, aumentando la precariedad de los empleados y contratando más barato, porque las contrataciones no han parado en este año. También conocemos lo que nos dirá la RLT (CC.OO., UGT y CSIF): ante un intento de recorte brutal más vale un mal menor: «No apostamos por estar en un conflicto constante». Y con esas dos losas a cada lado nuestros derechos van desapareciendo.

Pero los trabajadores de Cap, sin Comités y organizados en asambleas horizontales, ya sabemos también cómo responder y parar los despropósitos de la Dirección y la RLT. Así lo hicieron los compañeros de Barcelona diciembre pasado, mostrando al resto de la plantilla cómo debemos actuar si lo que deseamos es mantener nuestro puesto de trabajo y nuestros derechos. Porque la organización entre iguales, sin subvenciones y sin liberados, es la única herramienta de que disponemos para defendernos. Y, además, funciona.

Esta vez no nos vamos a conformar con sus «trescientos sesenta y cinco días sin otro ERE». Que no lo dude ni la Dirección de Capgemini en España ni la RLT.

S.T.S.I. de Madrid CNT-AIT

informaticamadrid.cnt.es


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