La LOMCE ¿Por qué hay que luchar contra la nueva ley ‘educativa’ del PP?

libroPor si no fuera suficiente el recorte de 4.000 millones de euros destinados a la educación pública; por si no fuera suficiente el recorte adicional del 14,4 % en los presupuestos generales del estado para el 2013; por si no fuera suficiente la degradación de la enseñanza pública con la masificación de las aulas, despidos de 100.000 docentes, 50 millones menos para Becas, aumento de tasas para servicios fundamentales como el del comedor, etc; por si no fuera suficiente todo esto, el gobierno del PP se saca de la manga (de empresarios y banqueros) un proyecto de ley para reformar la educación y dársela en bandeja de plata a los grandes empresarios.

La LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad educativa) es un anteproyecto de ley del PP que reformará la enseñanza pública para hacerla más clasista y discriminadora. Esta ley es un clavo más en el ataúd de la educación pública gratuita, laica y de calidad y un nuevo paso para la privatización de la enseñanza. El mensaje del PP, de los banqueros y de los grandes empresarios es alto y claro: la educación de calidad sólo es para la “élite”, para el que se la pueda pagar. El resto, la chusma, somos carne de trabajo basura.

¿Por qué hay que oponerse a la LOMCE?

1º. Convierte al estudiante en mercancía, y a los centros de enseñanza en “Fábricas de futuros explotados laborales”.

Tal como viene escrito en el anteproyecto de ley, para el PP, la educación es “un motor que promueve la competitividad de la economía (…) una apuesta para conseguir ventajas competitivas en el mercado global”. ¡Tanta sinceridad es abrumadora! Y yo que pensaba que la educación servía para la formación intelectual de la persona y para desarrollar su espíritu crítico y analítico. Para el PP, por el contrario, la cosa está más clara: convertir a los estudiantes en los futuros Chinos de Europa.

2º. ¡A la mierda los métodos pedagógicos! Lo que funciona es la gestión empresarial.

El gobierno de la derecha propone la financiación de los centros según los resultados de los estudiantes, sin tener en cuenta los condicionantes socio-económicos del estudiante. Esta medida irá en perjuicio de los centros de los barrios obreros, ya que los hijos de los trabajadores a menudo se ven obligados a compaginar estudios y trabajo.

Potencia la competitividad y especialización entre centros para clasificarlos en ¡rankings! También potencia la competitividad entre los estudiantes (con…¡Tipologías del alumnado!). De esta manera, se purga al estudiante según su futura productividad en el mercado laboral.

Y lo mejor es esto: se introduce la figura de “agentes privados” (¡!), que desarrollan funciones de regulación, financiación o prestación del servicio educativo. O sea, ahora serán las empresas privadas las que determinarán los programas educativos según sus intereses comerciales.

3º. Se beneficia a la educación privada-concertada (léase “a la Iglesia Católica”)

Las escuelas controladas por la Iglesia Católica (el 80% de la educación privada en nuestro país) serán favorecidas por el actual gobierno en perjuicio de la educación pública, ya que se blindan las subvenciones destinadas a estos colegios católicos y se da cobertura legal a la segregación de estudiantes por razón de sexo.

Se extiende los tramos educativos de educación obligatoria de la enseñanza privada (como la nueva formación profesional básica).

4º. Atenta contra la participación democrática de la comunidad educativa en los centros

El Consejo escolar queda relegado a funciones meramente consultivas. Las funciones decisorias se concentran en una dirección unipersonal, nombrada por la Administración, con funciones de gerente, pudiendo incluso seleccionar al profesorado de su plantilla. Ya nos imaginamos las consecuencias: pequeños dictadores en cada instituto que imponen sus paranoias ideológicas, y con la capacidad de arruinarle la vida a los estudiantes y docentes “díscolos”.

5º. Se vuelve a los múltiples exámenes, reválidas, selectividad y la lista de los Reyes Godos.

El anteproyecto quiere volver a los viejos tiempos de la presión constante de los exámenes, donde lo que importaba era la nota final y no el trabajo diario de los estudiantes. De esta manera, se fomenta el fracaso escolar y el abandono de los estudios para una pronta incorporación en el mercado laboral, que es el verdadero objetivo del PP: mano de obra barata y joven a la que explotar

Desde los 13 años se abren varias vías selectivas que suprime la etapa de educación común de tod@s los estudiantes. Estas vías son:

a) Programas de “mejora” del “aprendizaje” y el rendimiento, desde los 13-14 años, para quienes hayan repetido algún curso y tengan dificultades en el aprendizaje. Su formación será “diferente a la establecida con carácter general”, lo cual repercutirá en su currículum laboral. Hablando en plata: la mano de obra sin cualificar, barata y explotable al máximo.

b) Ciclos de Formación Profesional Básica (FPB) a los 15 años, habiendo repetido algún curso, que no dan acceso directo a la FP de grado medio ni se titula en ESO. Más de lo mismo: futuros trabajadores a los que los empresarios puedan mangonear a su antojo para luego echarles.

c) Dos itinerarios en 4º de ESO, con titulaciones diferenciadas que conducen a FP o Bachillerato.

En resumen: este sistema consiste en purgar a los estudiantes y diferenciarlos entre “productivos” o “improductivos” para el mercado laboral. En lugar de luchar para que todos tengan las mismas oportunidades, ya desde temprana edad se les obliga a ellos y a los padres a elegir caminos diferentes que marcarán su educación.

6º. ¡Wert y el PP quieren controlarlo todo!

Esta ley opta por la recentralización y control del currículo por la Administración.

Se aumenta el porcentaje de contenidos establecidos por el Estado y se imponen evaluaciones externas (¡Más exámenes!) al final de cada etapa que determinan los niveles de los estudiantes. Para empezar, se insulta la profesionalidad de los docentes; segundo, se vuelve a ignorar el trabajo diario de los estudiantes, jugándoselo todo en uno o varios exámenes; y tercero, se ataca a la realidad periférica del Estado español, dañando el uso de la lengua vernácula de los distintos pueblos del Estado.

Este engendro llamado “ley” se aprobará en el Congreso de los diputados en Febrero. Aquí tenemos otro motivo para luchar contra el gobierno del PP, contra los banqueros, contra los grandes empresarios, contra la casta política corrupta y contra el capitalismo.

La unidad es la fuerza de la clase trabajadora. Por eso debemos luchar todos juntos (padres, madres, profesor@s, estudiantes, sindicatos de clase, etc) contra la derecha criminal y clerical de este país, fruto endogámico del capitalismo y de la aristocracia española. Y debemos luchar en la calle, con concentraciones, manifestaciones, encierros y huelgas. Y debemos unir las luchas estudiantiles con las luchas obreras, pasando por encima de los sindicatos mayoritarios si es necesario, si es que sus dirigentes corruptos no tienen el valor de luchar como es debido (y la amarga experiencia de traiciones a la clase obrera de esta burocracia corrupta ya nos dice que, en el momento de la verdad, apoyarán al capital y no a la clase trabajadora).

¿Cuál es el primer paso para acabar con el sistema? Crear un doble poder, crear COMITÉS DE HUELGA PERMANENTES. Hay motivos y ya va siendo hora.

Juanjo Muñoz
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