La verdadera historia de Pedro Alberto Cruz, el consejero agredido en Murcia

La agresión al consejero de Cultura de Murcia podría estar motivada por un ajuste de cuentas, ya que no le faltan enemigos en el mundo del arte ni en la noche.

Pedro Alberto CruzEl sábado 15 de enero no será fácil de olvidar para el consejero de Cultura y Turismo de la Región de Murcia, Pedro Alberto Cruz. A eso de las 19 horas, y a escasos metros de su casa, fue asaltado por tres jóvenes, quienes al grito de “sobrinísimo hijo de puta” le propinaron un golpe en la cara con un puño americano. Cruz se dirigió por su propio pie al hospital más cercano y allí fue intervenido de urgencia. Y, aunque el consejero recibió el alta médica el martes por la mañana, las consecuencias de su brutal agresión se han dejado notar mucho más allá de las fronteras de la comunidad autónoma.

De hecho, se ha abierto una agria polémica entre el PP y el PSOE a cuenta de los verdaderos motivos que están detrás del ataque. El grito proferido por los asaltantes hizo pensar desde el primer momento en un ataque de sesgo político, dado que el calificativo de “sobrinísimo” es habitualmente utilizado por los sindicatos murcianos para desacreditar a Cruz. Y la identidad del primer detenido, un joven ultra de extrema izquierda, pareció confirmar las peores sospechas. “El PSOE cambia el puño en la rosa por el puño en el rostro”, se ha llegado a asegurar desde ciertos ámbitos de la derecha murciana.

Sin embargo, las pruebas contra el detenido son endebles y hay quien piensa que, más que un ataque por razones políticas, se pudiera tratar de una agresión por motivos personales. Y es que Pedro Alberto Cruz Sánchez (Murcia, 1972) es un personaje controvertido que se ha ido labrando cuantiosos enemigos durante los últimos años, tanto en el mundo de la cultura y el arte como en el de la noche murciana, donde ha frecuentado determinados ambientes, no siempre saludables.

Doctor en Historia del Arte, casado y padre de un niño, Cruz no es exactamente sobrino del presidente regional, Ramón Luis Valcárcel. Su parentesco con el líder del PP de la región es algo más lejano: su padre es primo de la esposa de Valcárcel. Sin embargo, la oposición lleva denunciando desde hace años que tanto la familia de Cruz como la familia Valcárcel han creado un lobby que maneja la cultura regional. 

Todo queda en familia. 

De hecho, la mujer de Valcárcel, Charo Cruz, controla la mayoría de los espacios públicos artísticos murcianos a través de su primo Pedro Alberto Cruz Fernández, profesor de la Universidad de Murcia y crítico de arte, y la mujer de éste, Mari Trini Sánchez Dato. Uno de los hijos del matrimonio es el consejero de Cultura.

Antes de llegar a la política, Cruz fue profesor de la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia, donde ya tuvo que lidiar con la polémica debido a sus manifestaciones políticas. Tanto es así que algunos estudiantes le denunciaron por acusar en clase al PSOE de “ser cómplice en la matanza del 11-M” o por recomendar a sus alumnos que no leyeran el diario El País y que, en su lugar, escucharan la cadena COPE. Además, los alumnos de Historia del Arte tenían que oír de labios de este profesor que la recuperación de la memoria histórica “no es sino rescatar los huesos de criminales de guerra” y que “es una artimaña de la izquierda para mantenernos en el pasado”, según contaron en su momento una quincena de sus estudiantes.

Pedro Alberto Cruz fue asimismo crítico de arte y director del Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo (Cendeac), inaugurado en 2003, situado en el antiguo cuartel de artillería del barrio murciano del Carmen y dependiente de la Dirección General de Cultura, que recibió ese año 300.000 euros de los presupuestos generales de la comunidad. El subdirector del Cendeac era el también profesor de Historia del Arte de la Universidad Católica de Murcia y crítico Miguel Ángel Hernández Navarro (1977), cuñado de Pedro Alberto Cruz. 

En el año 2007 accedió al cargo de consejero regional y, desde entonces, ha sido criticado en innumerables ocasiones por la oposición debido a sus proyectos faraónicos. “Despilfarrador” es el calificativo más recurrente que se le ha dedicado, hasta el punto de que en las manifestaciones de funcionarios regionales que critican el plan de ajuste de Valcárcel se suele aludir a su gestión como ejemplo de área donde se debería recortar en lugar de imponer ajustes en temas como Sanidad o Educación.

Y es que Cruz es especialista en golpes de efecto millonarios. Así, en 2010 concedió 3 millones de euros al equipo de Fórmula 1 Hispania por llevar una pequeña pegatina de la Región de Murcia en el lateral de los vehículos. Con tal motivo, Cruz acompañó al equipo a la primera carrera en Bahrein a costa del erario público. Terminada la temporada, el promotor de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, proclamó en referencia al equipo español: “Hay que deshacerse de estos inválidos, son una vergüenza”. 

También son conocidos sus habituales viajes al extranjero a cuenta de las arcas regionales: Venecia, Berlín, Moscú o Nueva York. De hecho, el PSOE denunció en su día a Cruz por haberse gastado 2.000 euros en un hotel de lujo en el centro de la Gran Manzana, según palabras de la portavoz socialista regional, Begoña García Retegui. 

Gasto en patrocinios y publicidad. 

Otros gastos polémicos de su gestión son: un millón de euros para patrocinar dos regatas, 4,4 millones en cuatro conciertos de la cadena de televisión MTV, 3,3 en anuncios interiores en la línea aérea Mare Nostrum, 129.000 euros para anunciarse en los Emiratos Árabes Unidos, 700.000 en stands de ferias turísticas… Las campañas para promocionar la región han sido el eje de su actuación, pero no parece que hayan logrado el resultado esperado: en 2010 Murcia ha recibido 300.000 turistas menos que un año antes. 

Lógicamente, esa inversión en publicidad ha ido en detrimento de otras iniciativas culturales que han visto reducidos sus presupuestos. Así, según denuncia el Foro Ciudadano, un colectivo encabezado por intelectuales murcianos, en 2011 no habrá subvenciones para las escuelas de música (224.000 euros menos), ni para las bandas de música 
(-25.000 euros), ni para los coros 
(-25.000 euros). En 2011 no habrá campaña de títeres (-31.700 euros), ni fiesta de las cuadrillas de Barranda (-12.000 euros), ni dinero para el festival Murcia a Escena (-10.000 euros). Se acaban también las ayudas a todos los festivales culturales de la región, que tendrán que buscarse la vida o desaparecer, desde La Mar de Músicas o Murcia Tres Culturas, al festival de Teatro de Molina de Segura o al de Flamenco de La Unión.

Todo esto ha provocado un hondo malestar entre el mundo de la cultura murciana. Tanto es así que el escultor Pepe Yagüe, uno de los artistas más críticos con la gestión del consejero, retrató recientemente a Pedro Alberto Cruz en una obra interactiva llamada Mofeta en su tierra, en la que aparece el consejero vestido como el personaje de Charles Chaplin en El gran dictador saliendo del trasero de una mofeta sobre un billete de 500 euros, en alusión, según el artista, “a los 500 millones que ha dilapidado en el Manifesta como ejemplo de austeridad”. La obra fue retirada de una retrospectiva patrocinada por el Gobierno regional.

Otro de los artistas que sufrió la censura fue el cómico Leo Bassi, eliminado del programa cultural Alter Ego. Pero Bassi acudió a Murcia e hizo su espectáculo por las calles más céntricas de la capital reuniendo a miles de personas: “Tengo la sensación de que como consejero de Turismo usted pasará el tiempo intentando salvar de la quiebra a sus amigos constructores cuyos nombres resuenan en las urbanizaciones de lujo que no se venden y en los campos de golf abandonados. Esta crisis no tiene nada que ver con Zapatero o la izquierda, es vuestra cultura la que ha tocado fondo”, recordaba el payaso al político popular.

Y el último gran anuncio de Cruz ha sido la creación de un gran parque temático de la productora cinematográfica Paramount Pictures. La propia empresa, entre comunicados confusos, dejó claro desde el principio que, en contra de lo que se estaba diciendo, no pondría un solo euro en el parque, tan solo el nombre. De momento, el Gobierno regional ya ha pagado casi 800.000 euros a los intermediarios, amigos del presidente del Real Murcia, Jesús Samper, imputado por corrupción en la operación Umbra, relacionada con la urbanización de residenciales y centros comerciales. Casi un año después de los grandes titulares aparecidos en los periódicos, se desconoce todavía quiénes son los misteriosos inversores de un parque que, supuestamente, será el más grande y moderno de Europa. Tan solo se tiene constancia de que pronto se presentará una maqueta del proyecto. Eso sí, pocos días antes de las elecciones autonómicas de mayo.

Entretanto, el fiscal jefe de Murcia, Manuel López Bernal, a petición del PP, ha ordenado a las fuerzas de seguridad que controlen a partir de ahora el contenido de las pancartas que se exhiban en las protestas de los funcionarios contra el tijeretazo del Gobierno regional, con la intención de identificar a quienes porten leyendas que puedan suponer una amenaza para los altos cargos de la comunidad. Una acción que ya ha merecido la repulsa de la Asociación Preeminencia del Derecho: “El fiscal se extralimita en sus atribuciones porque pretende establecer controles preventivos que implican una coacción contra la libertad de expresión”.

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