Una socialista en el Consejo Municipal: una mirada a la carrera política de Kshama Sawant

Notas del Traductor.

El Consejo Municipal es el equivalente al ayuntamiento en el estado español pero el sistema de elecciones es significativamente diferente. Se escogen 7 miembros que representan a distritos concretos y son elegidos solo por los votos de esos distritos, dos miembros más que son elegidos “at-large”, es decir, por toda la ciudad.. No se presentan partidos oficialmente sino personas concretas aunque luego puedan tener el apoyo de partidos.
El término liberal o liberalismo en EEUU tiene connotaciones muy distintas que en Europa, siendo más bien sinónimo de progresista.

Por Michael Reagan

Black Rose Federation

El caso de Kshama Sawant muestra que no importa como de buena sea la candidata, al llegar al cargo las costumbres de siempre se acaban por imponer.

Este artículo es parte de una serie en marcha llamada “Caras socialistas en altos cargos”, que analiza la izquierda en relación con la apuesta electoral y el poder estatal.

El 2016 está siendo el año de los movimientos sociales: Black Lives Matter, igualdad trans, luchas de profesores y trabajadores. También es un año electoral, y uno de los candidatos, Bernie Sanders, tiene a activistas y organizadores por todo el país en plena ebullición. Pero ¿está justificado el entusiasmo? ¿elegir a buenos políticos traerá un cambio sustancial?

“La cuestión es,” según Kshama Sawant, la miembro socialista del Consejo Municipal de Seattle, “¿Cómo podemos construir un movimiento popular que pueda contrarrestar la oposición del mundo de los negocios?” Esto fue poco después de su histórica victoria donde ella y su partido, Socialist Alternative (SA), rompieron las expectativas y ganaron una ajustada contienda contra un concejal del partido Demócrata, Richard Conlin. Su principal asunto en la agenda “15$Now”, una sustanciosa subida del salario mínimo para trabajadores, se había encontrado con una gran hostilidad por parte de los empresarios. Sawant reconoció que no podía hacerlo sola, que sería necesario un movimiento de gente corriente para conseguirlo.

Pero ¿qué alcance tuvo la ley dado el enorme apoyo que la campaña de Sawant había generado? ¿su éxito electoral ha ayudado a construir movimientos sociales como ella muchas veces dice? Este artículo trata de volver la vista atrás a la cuestión central que Sawant puso sobre la mesa en 2014: ¿Cómo podemos crear movimientos sociales que puedan contrarrestar el poder del capital?

Mientras que Sawant y Socialist Alternative dicen estar construyendo un movimiento popular, realmente están construyendo una candidata a expensas del movimiento. Cuando organizaciones sindicales apoyaron una versión aguada de la ley de salario mínimo de Seattle, Sawant y su partido apoyaron este cambio por que no tenían ningún poder independiente desde el que dar la batalla por una ley más ambiciosa. El resultado ha sido que la reciente campaña por la reelección de Sawant representa lo mismo de siempre; con Sawant defendiendo reformas inofensivas para los empresarios como por ejemplo el control de alquileres comerciales, para poder asegurarse apoyo político y conseguir la reelección. La carrera política de Sawant enseña que poniendo a candidatos sin construir movimientos sociales fracasará a la hora de conseguir cambios sustanciales. A medida que activistas y militantes por la justicia social se plantean trabajar en la campaña electoral de 2016 deberíamos de reflexionar sobre los escollos de una estrategia electoral. La carrera política de Sawant es ilustrativa en este sentido.

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La carrera política de Sawant empezó en las calles, con Occupy Wall Street donde acudió a numerosas asambleas, protestas y manifestaciones. Meses después de que la acampada en Seattle fuese disuelta, Socialist Alternative propuso a Sawant para el Congreso Estatal de Washington (Estado en el que se encuentra la ciudad de Seattle). Su lema de campaña, “una voz para el 99%” trataba de aprovechar el impulso popular proveniente de OWS.

Después del colapso de Occupy, el organizador de la campaña de Sawant, Ramy Khalil explicó su estrategia: “Socialist Alternative pensaba que el movimiento podría ser reconstruido presentando a 200 candidatos independientes, que viniesen de Occupy, por todo el país.” El asistente personal de Sawant, Ahn Tran, lo explicó diciendo: “Creímos que: ¿Por qué no unas elecciones Occupy?” SA parecía olvidarse de un aspecto importante del movimiento Occupy: su perspectiva anti-electoral. A pesar de esto, sobre esa premisa continuarían construyendo la carrera política de Sawant sobre las victorias de los movimientos sociales.

En su primera intentona electoral, SA perdió a favor del bien conectado portavoz del Congreso Estatal Frank Chopp. En el segundo intento, se enfrentaron a un miembro del Consejo Municipal, bien conectado igualmente pero que en el clima político post-occupy, se había debilitado. Richard Conlin es un retrogrado demócrata del aparato del partido. Conocido por su voto negativo en solitario en una reforma sobre el derecho a la baja por enfermedad, su apoyo al desastroso proyecto de túnel denominado Alaskan Way, y un intento por aprobar leyes que establecían multas a personas sin techo por pedir en la calle. Conlin estaba apoyado por “el dinero del carbón, de la policía, y de la autopista” según Stranger que le llamó un “fraude liberal pretendidamente ecologista”. Lo que era importante para Sawant era que el liberalismo acomplejado ya no era suficiente en el nuevo clima político post-occupy; Conlin “el liberal de toda la vida” en palabras del PI de Seattle, “se había vuelto demasiado conservador.”

Pero la clave en la victoria de la campaña de 2013, contrariamente a la anterior, fue el apoyo que recibió del movimiento sindical. En su primera campaña contra Chopp, Sawant y el SA habían recaudado unos impresionantes 21.000 $, sobretodo de pequeñas donaciones. Cuando se enfrentó a Conlin en 2013 los principales sindicatos la apoyaron. Una mirada a sus donantes muestra que en su segunda campaña, grandes sindicatos dieron mucho y pronto para la campaña electoral; SEIU Local 6, PTE Local 17, SEIU Local 1199NW, Teamsters Local 117 y IBEW Local 77; todos llegaron al máximo legal de las contribuciones fijado en 700$ (Sawant recaudó unos impresionantes $161,023). Sawant también consiguió el apoyo de sindicatos importantes como AFSME Local 1488, AFT Local 1789, IBEW Local 46 y CWA Local 37083 y la rama local de Seattle del APWU. El apoyo sindical es mucho más importante que el dinero recaudado, el apoyo sindical viene con trabajadores para la campaña, conductores, voluntarios en general para las tareas de campaña.

¿Por que apoyaron a Sawant los sindicatos? Sobretodo por sus propios intereses. En 2013 estaban embarcados en una gran lucha contra las empresas de la ciudad de SeaTac, una ciudad dormitorio de Seattle y Tacoma y sede de uno de los aeropuertos internacionales más grandes de la región. El eje central de la batalla era la lucha por subir los salarios del aeropuerto hasta los 15$ por hora. SIEU 775, el sindicato que lideraba la lucha, decidió organizar una consulta legal para obligar a los empresarios a otorgar la subida salarial (las empresas siguen luchando para revertir la decisión de la consulta en los tribunales). Mientras, en Seattle, otros sindicatos se estaban movilizando con la audaz campaña de los trabajadores de comida rápida, haciendo huelgas de un día y eventos mediáticos para consolidar el apoyo al incremento del salario a los 15$ la hora en la industria de la comida rápida. Estos fueron las dos campañas principales para el movimiento sindical en Seattle en 2013; Conlin no prestó atención, y Sawant se convirtió en su candidata. Su principal eje en la campaña fue el establecimiento de los 15$ por hora como salario mínimo, en vez de un partido para el 99%, y definió su candidatura en este sentido a la vez que representaba los intereses de quienes la apoyaban.

El éxito de Sawant y el SA consistió en cambiar el clima político de Seattle. Con Sawant, los “15$” se fijaron como el elemento central de la agenda política del nuevo Consejo Municipal. Ella comentó al diario británico The Guardian, “ La batalla pública por los 15$ la hora la han perdido los empresarios” comentó para luego añadir que “ahora la linea de falla se ha movido a: Apoyo los 15$ por hora pero tenemos que hacerlo con cuidado” La pregunta para Seattle era ¿cómo sería finalmente la legislatura? ¿cómo de positiva sería la ley para las familias trabajadoras de Seattle?

Sawant y sus aliados presionaron para los “15$ Ahora!”, un incremento salarial generalizado con alguna compensación de costes para las pequeñas empresas (pero las empresas pequeñas estaban incluidas en este salario mínimo). De esta forma, la medida legislativa de Sawant era igual que la medida aprobada justo antes en SeaTac, que había sido ganada a través de la movilización masiva. Sumado a las bajas por enfermedad pagadas, medidas para garantizar el pleno empleo y que las propinas y las tasas de servicios irían a los trabajadores, la ley de SeaTac ordenó de forma inmediata los 15$ por hora para los trabajadores del aeropuerto y aumentos anuales de acuerdo al coste de la vida. La medida de Sea Tac era más directa y se demostraría mucho más efectiva que lo que se aprobaría finalmente en Seattle.

La ley de Seattle es un desastre, un lío de exenciones y extensiones. La cesión más grande de Sawant y el SA fue cuando decidieron denominar empresas pequeñas a aquellas que tuviesen hasta 250 trabajadores. El limite llegó a los 500 al final del recorrido legislativo de la ley. Un calendario de implementación enrevesado y una serie de excepciones fueron introducidas en la ley. Si el empleador era una “pequeña empresa” podían bajar el precio por hora; si daban cobertura sanitaria podían bajar el precio por hora; si el trabajador recibía propinas, el empleador podía bajar el precio por hora. En este momento, la primavera de 2016, el salario mínimo en Seattle es de 13$ la hora para las grandes empresas sin ningún pago por servicios sanitarios, 12.50$ para las empresas grandes que den cobertura sanitaria de algún tipo. 12$ la hora para las “empresas pequeñas” que no paguen 1,5$ para cobertura sanitaria o en el caso de que el trabajador reciba el equivalente a 1,5$ la hora en propinas. Para los empresarios pequeños que den esos servicios el salario mínimo baja a los 10,5$, solo 0,75 céntimos más que el salario mínimo estatal. Algunos de estos incrementos no tendrán efecto hasta 2024.

En su campaña, Sawant denuncio este tipo de tretas. En la fiesta de inicio de su campaña “15$ Ahora!” en enero de 2014, Sawant explicó que “cuando decimos salario mínimo, queremos decir para todos los trabajadores. Un mínimo universal es por lo que luchamos.” Alertó que las corporaciones y empresas ya estaban movilizándose para oponerse a esta ley, y que estaban hablando de un plan dividido en fases que durarían “muchos, muchos años”, añadiendo que los empresarios querían hacerlo “de tal manera que se tardarían 10 años en alcanzar los 15$. Eso no tiene valor.” Ella dijo que con el descenso del valor del salario mínimo durante las ultimas décadas, los trabajadores “ya habían descendido hasta la pobreza; no necesitamos más fases”. En referencia a los esfuerzos de SeaTac ella argumentó que “ había empresas no tan pequeñas haciéndose pasar por empresas pequeñas”. Tratando de suavizar la ley y dejó constancia de que algunas empresas que se habían opuesto ferozmente a la medida en SeaTac se habían situado en los Comités del Consejo Municipal de Seattle para diseñar la ley. Igual que Sawant.

Sus criticas fueron acertadas; por lo que ¿por qué sucedió todo contra lo que había alertado Sawant? ¿Porque era tan débil la ley del salario mínimo dado todo el apoyo que había recibido la candidatura de Sawant?

Tras la victoria electoral de Sawant, el nuevo alcalde, Ed murray, preparó rápidamente la “Income Inequality Advisory Committee.” Este comité incluye a Sawant y a representantes importantes de los sindicatos, pero también a miembros importantes del sector de los negocios, como por ejemplo la Cámara de Comercio de la ciudad y la Cámara de Comercio de Capitol Hill, la patronal hotelera, el sector de la hostelería, ejecutivos de los bancos y otros empresarios. Es importante decir que el representante sindical era Dave Rolf, una persona conocida en la política sindical, que defendió una especie de “sindicalismo de emprendedores” en el cual los sindicatos y las personas progresistas “deberían tomar consejos del mundo de los negocios” y gestionar sus organizaciones como si fuesen empresas de Silicon Valley. Su sindicato, SEIU Local 775NW, apoyó al oponente de Sawant por el asiento por el que competían en el Consejo Municipal. Rolf es el co-presidente del comité del alcalde.

Rolf fue un autor importante y un portavoz del acuerdo final. Rolf contó a los medios, según aparece en Al Jazeera, que “él apoyaba el acuerdo cuidadosamente construido”. Cuando se hicieron más cambios, añadiendo el “salario de formación” y se debilitó la capacidad de hacer cumplir el acuerdo, Rolf mandó un email a Al Jazeera mostrando su “total apoyo”a las nuevas cesiones.

Sawant, en este caso adecuadamente, se opuso firmemente a estos cambios, amenazando con llevar la medida a un referéndum que impondría los 15$ si no se llegaba a una ley más ambiciosa. En una audiencia pública cuatro días antes del anuncio de la ley, leyó un email de un trabajador de Domino’s Pizza que defendía una subida inmediata diciendo que “la mayoría de nosotros estamos a una nómina de una tragedia financiera. Vivir teniendo que empeñar nuestros bienes hasta nuestra siguiente nómina no es una forma digna de vivir cuando uno encima tiene un trabajo a jornada completa”.

Pero finalmente el referéndum nunca se celebró; Sawant y SA abandonaron ese trabajo. Una vez que Rolf y los sindicatos decidieron apoyar el acuerdo con todas las cesiones, Sawant y SA eran los únicos a favor de una ley más firme en la defensa de los 15$. Al ser una organización pequeña de izquierdas no tenían el poder para conseguir convocar el referéndum y ganarlo. Eso implicaría voluntarios para la campaña, dinero, anuncios y bueno todo un movimiento popular detrás. Las organizaciones que la apoyaron en su campaña, los sindicatos, la abandonaron y ella no podía avanzar sin ellos. La elección de Sawant fue posible gracias al movimiento sindical, y sus victorias legislativas y sus derrotas también se explican por el papel que juega el movimiento sindical.

En vez de construir un apoyo amplio de los trabajadores que pudiese movilizar para que la ley cumpliese con lo prometido a través de manifestaciones y acción directa, o a través de un movimiento organizado para conseguir el voto a favor en un eventual referéndum (como sucedió en SeaTac), Sawant y SA construyeron una carrera política en vez de un movimiento. Y se estancaron. Cuando el Consejo Municipal pasó la nueva versión recortada Sawant, vergonzosamente, declaró que era lo mejor que se podía conseguir. Esta era la misma posición de su contrincante, Richard Conlin, y los mismos argumentos que dio él seis meses antes durante la campaña.

Una historia similar puede ser contada sobre las esfuerzos de Sawant para conseguir la reelección. En 2015 Sawant era una candidata con mucho dinero. Rompió los records de recaudación de fondos para el Consejo Municipal de Seattle y gastó más que su oponente Pamela Banks de la Urban League: $419,000 contra $330,000. En un momento dado durante la campaña Sawant tenía más contribuciones que ningún otro político en toda la ciudad. Y una vez más, el dinero vino de los sindicatos, esta vez los sindicatos locales importantes, sus miembros y sus dirigentes.

La reelección de Sawant se basó en el control de alquileres, algo crítico en la ciudad de Seattle. Desafortunadamente fue derrotada por su oponente en el Consejo Municpal Tim Burgess, presidente del Consejo. Burgess orquestó un voto en el Consejo Municipal que implicaba que una declaración a favor de imponer un control a la subida de alquileres residenciales. En el Estado de Washington cualquier municipio que apruebe medidas de control de los alquileres tiene que tener la aprobación del Congreso Estatal. El posicionamiento del Consejo Municipal de Seattle implicaba que Sawant tendría que intentar presionar y convencer a los legisladores de Olympia (sede del Congreso Estatal). Mientras que podría ser beneficiosa a largo plazo en una lucha por el alquiler sostenible, no tenía ningún efecto a corto plazo ni ayudaba a Sawant a conseguir la reelección. Sawant no continuo con este asunto.

En este punto Sawant se alió con un hombre de negocios de Seattle y “con influencia en el establishment” Dave Meinert para tratar de conseguir el control de alquileres comercial. Meinert que estuvo en contra de la campaña por los 15$ la hora y que estuvo en el comité que pasó la ley recortada, tiene mucho que ganar con el control de alquileres comerciales. La mayoría de los negocios de Meinert están en Capitoll Hill donde los alquileres se están disparando. Y no es un mindungui; tiene “sus manos en todos los sectores económicos” incluyendo una discográfica, una empresa de managers de artistas, varios restaurantes y bares entre ellos The 5 Point Cafe, Lost Lake Cafe, Big Mario’s New York Pizza, The Comet Tavern, Grim’s, es el fundador de la fiesta anual “Capitol Hill Block Party,” y es propietarios de una empresa de eventos y promociones.

Sawant y Meinert anunciaron su propuesta juntos en la sede del Consejo Municipal. En un comunicado de prensa, Sawant defendió la medida diciendo que “Hay muchos discursos sobre las pequeñas empresas pero pocas medidas que realmente las ayude. El control de alquileres comerciales, por ejemplo, es una política que beneficiará directamente a las pequeñas empresas.” En este punto ya no se puede distinguir a Sawant de la habitual retórica del partido Demócrata, en el que “las pequeñas empresas” quiere decir “empresas sin más” y “trabajo” quiere decir “beneficios empresariales”.

La realidad es que en su apuesta por ser reelegida sin ningún apoyo de los movimientos sociales, Sawant se ha apoyado en los sectores de la sociedad del establishment. En su primera elección esto incluía a los sindicatos pero en 2015 prefirió los sectores empresariales como el de Meinert. En este sentido Sawant está representando a los intereses de un sector de los empresarios contra el otro sector de empresarios con intereses distintos, los propietarios de bienes inmuebles sobretodo de uso comercial sin considerar el interés de los trabajadores. Esta es la política de siempre, con un sector del capital utilizando a algún representante contra otros sectores del capital olvidándose del resto de la sociedad.

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No se hubiese podido aprobar un salario mínimo de 15$ en Seattle sin Sawant. La cuestión no es echar por tierra su trabajo; es probable que tuviese un interés genuino en apoyar la lucha de los trabajadores en Seattle y que pensase que la contienda electoral es el mejor camino para conseguirlo. Para nosotros la pregunta es ¿por qué no se pudo conseguir más con la campaña de “15$ Ahora”? La respuesta es que la estrategia general era la de tratar de conseguir el cargo en vez de crear poder popular con un movimiento fuerte.

Cuando Sawant dice una cosa, y hace otra, cuando promete algo en las elecciones y luego sirve para aprobar medidas que apoyaban sus contrincantes, ella es el ejemplo de la realidad del poder estatal y las dinámicas de la política electoral. Tratar de conseguir llevar a candidatos a cargos políticos sin movimientos sociales que obligarán a hacer lo prometido es una estrategia fallida. Ha fracasado en Grecia con Syriza, en Francia con Hollande y en Seattle con Sawant. Y aun siendo emocionante, también fracasará con Sanders en el poco probable caso de que sea elegido. Darle más importancia a los políticos que al movimiento finalmente deja solos a los políticos sean cuales sus verdaderas intenciones contra el poder salvaje del capital.

Esta es la razón por la que el movimiento OWS o BLM son anti-electorales. Han aprendido las lecciones históricas de la lucha. El legado del Martin Kuther King es un ejemplo claro de esto. King sabía la importancia de continuar con los esfuerzos de movilización y de crear movimientos de resistencia, y no competir por puestos en los gobiernos. Para conseguir que se aprobase la Ley de Derechos Civiles marcharon sobre Washington, para conseguir la Ley de Derecho al Voto creó un movimiento popular en Selma.

Nuestro época está marcado por movimientos que están exigiendo y consiguiendo cambios tangibles. EL BLM, derechos de inmigrantes, igualdad trans, movimientos de trabajadores están teniendo un impacto importante. Los profesores de Chicago están en huelga por un impuesto para millonarios en su ciudad. Los profesores de Seattle están boicoteando los exámenes estandarizados. Deberíamos tomar ejemplo de ellos. No necesitamos mirar a caras socialistas en altos cargos para que nos den respuestas. Nosotros ya las generamos continuamente.

Michael Reagan es un historiador y activista comunitario en Seattle, Washington.

http://www.blackrosefed.org/a-look-at-kshama-sawant/

 

Traducido por Rodolfo Pedrero

https://lavilallibertaria.wordpress.com/

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