Grecia vs España, semejanzas y diferencias

Yanis Varoufakis :”Estados insolventes pidiendo prestado para pagar al BCE que está prestando a bancos insolventes, los cuales, a su vez, reciben capital por parte de estados insolventes, los cuales deben pedir prestado a esos mismos bancos que les prestan parte del dinero que han recibido del BCE

Un cuento de saltamontes y hormigas

Yanis Varoufakis:Ciertamente, la crisis se ha cargado sobre las espaldas de las hormigas. Pero ni las hormigas están concentradas en el Norte ni los saltamontes lo están en la periferia. Saltamontes y hormigas son comunes tanto en Grecia y en España como en Alemania, tanto en Holanda como en Portugal, en Austria o en su vecina Italia. Lo que caracteriza a las hormigas es que son trabajadores y currantes, antes y después de la crisis, y a los saltamontes que son animales explotadores, especuladores y corruptos, que se aprovecharon de la bonanza de la burbuja que habían provocado y están ahora privatizando sus ganancias y socializando los malos resultados de sus desmanes con cargo a las hormigas

La fábula de Esopo ha servido como alegoría del matrix neoliberal. «En la Eurozona había hormigas laboriosas concentradas en el Norte y saltamontes ociosos cantando bajo el sol hasta que sobrevino la crisis». En esta machacona realidad virtual, «todos” los periféricos somos saltamontes y deberemos purgar por nuestros pecados. España no es Grecia y aunque algo langostinos -“Spain is diferent”-, “haciendo los deberes” llegaremos al final del túnel.

En realidad las verdaderas langostas de la crisis y la depresión, son los capitalistas, los mercados, los banqueros y especuladores y sus sicofantes, mercados que han adoptado las técnicas de ataque propias de las nubes de langostas organizando raids especulativos en enjambres demoledores.

El origen de la crisis capitalista griega

Desde 1967 hasta 1974, junta militar. El PASOK llegó al poder en 1981. Grecia avanzó en la dirección socialdemócrata durante la década de los 80. Comenzó a tener un cierto estado del bienestar con la creación de un sistema sanitario nacional, la expansión del sistema educativo, una reforma progresista del sistema universitario, una ley sindical progresista, aumentos de salarios y pensiones y más servicios públicos. Como en el caso español, la fiscalidad dejó al margen la riqueza y las rentas de los ricos y muy ricos.

Buena parte de las mejoras vinieron de los fondos de ajuste europeos y del endeudamiento público.

Los primeros recortes empezaron a finales de los 90 por la adopción de los criterios de convergencia que imponía la entrada en Eurolandia en 2001. Pero el euro trajo consigo la finanzialización (crédito barato instrumentalizado en productos financieros de nuevo diseño por parte de la banca alemana y francesa) y la euforia alocada en la Bolsa de Atenas. La fiesta continuó con la celebración de los juegos olímpicos de Atenas en 2004.

Los ministros de la derecha neoliberal pagaron más de 300 millones de $ a Goldman Sachs (por comisiones) para que maquillara el déficit y el endeudamiento. En 2001 Goldman Sachs ideó un esquema, bautizado como Aeolus, que canalizó – en secreto – fondos proporcionados por ricos inversores al haber del presupuesto griego. A cambio, los inversores se apropiarían de los ingresos de todos los aeropuertos públicos durante 20 años. El montaje encubierto lo reveló Eurostat en 2004 pero las agencias de calificación siguieron colgándole la triple A a la deuda griega.

La banca (primer operador financiero en Bulgaria y Rumanía) y las navieras griegas se expandían y prosperaban con la globalización mientras que la base productiva se desintegraba por completo frente a la competencia alemana (y sus vecinos del norte). Mientras en España se construían AVEs y aeropuertos por doquier, en Grecia se compraban cazas Mirage franceses y F-16 norteamericanos por docenas (entre 2005 y 2009 estas “inversiones” supusieron el 40% de las importaciones).

El desarrollo de la crisis capitalista griega

Crisis financiera de 2008. El comercio mundial y por tanto el transporte marítimo se hunden. Queda el turismo que también sufre un batacazo en 2009. A diferencia de España, el gobierno pillado fue el de centro-derecha que, en lugar de instrumentar un plan E de estímulo, se apresuró a rescatar inmediatamente a los bancos quebrados tras sus malos negocios en su reciente apalancada (con créditos de la banca centro europea) expansión hacia el Este (para financiar la especulación inmobiliaria en Bulgaria y Rumanía). Resultado: caída del PIB en un 2,7% en 2009, un déficit público del 15,4 % del PIB y una deuda pública del 127% del PIB.

La UE impuso un drástico programa de recortes que obligó a dimitir a la derecha convocando elecciones anticipadas. El PASOK volvió al gobierno en 2009, con el 44% de los votos, para ponerse inmediatamente al servicio de las finanzas europeas imponiendo reformas, recortes y privatizaciones, a cambio de los sucesivos rescates que iniciaron la espiral depresiva con una caída acumulada de más del 12% del PIB. La deuda griega, con intereses instalados en los dos dígitos, se convirtió en la mesa más concurrida del casino financiero mundial con sucesivas oleadas de langostas financieras apostando en corto (a la baja)  o arriesgando en largo (al alza) debido a los suculentos intereses.

Trabajadores y jubilados (entre 500 y 700 €/mes) han perdido mas de 1/ 3 de sus ingresos aunque a menudo la paga se retrasa uno o dos meses. El paro real está en el 25%. Buena parte de los pequeños negocios han cerrado. Decenas de miles de funcionarios despedidos. Servicios públicos colapsados, hospitales callejeros (camas en la calle frente a los servicios de urgencias), colegios e institutos sin fondos de mantenimiento. A pesar de todo, los precios siguen subiendo (3%) puesto que los proveedores principales son multinacionales monopolistas (globalización impone).

Como en Argentina, la brutalidad de la intervención, se transformó en huelgas, manifestaciones, marchas y una desestabilización del sistema político. La huelga general de 48 horas en octubre con 300.000 manifestantes en Atenas y 200.000 en el resto del país, ocupación de edificios públicos y ministerios, bloqueo del Parlamento, cancelación del desfile militar en la festividad nacional del 28 de octubre, … Papandreu decidió convocar un referéndum. El modo humillante con el que se dejaría tratar el jefe del gobierno griego por parte de los miembros del G20 (le impusieron sucesivamente los términos de la pregunta, la fecha del escrutinio y finalmente la renuncia al mismo) era la manifestación de la completa desestructuración del sistema político griego. La troika impuso un gobierno a su medida con un banquero al frente.

El nuevo gobierno comunicó a su pueblo el paquete (Memorando II) de medidas asociado a un nuevo tramo del rescate: reforma laboral que prohíbe la negociación colectiva, reducción en un 22% del salario mínimo (32% menos para los jóvenes), recorte del 15% de las pensiones, 150.000 empleados públicos a la calle durante los próximos 3 años.

En febrero de 2012, el parlamento griego abolió el sistema de vivienda protegida (OEK) y el sistema de guarderías públicas para hijos de trabajadores (en este caso para apoderarse de los 3.000 millones de € de los fondos del sistema que se financiaba directamente por las aportaciones de obreros y empresarios)

Los Rescates son para las langostas

El rescate de 130.000 millones de € (febrero de 1012) se instrumentalizó para organizar la reestructuración “voluntaria” de la deuda griega. 30.000 millones fueron directamente a los bolsillos de los bonistas privados para “endulzar” la reestructuración. Los restantes 100.000 millones se destinaron a la recapitalización de la banca. De esta manera, la mayor parte del “corte de pelo” fue a parar al sector oficial de los acreedores. Tras la operación, la deuda en manos privadas quedó reducida a 70.000 millones de € (un 25% del total). Además la mayoría de los bonistas privados están ahora amparados en la dura legislación británica (represalias de todo orden) que complica mucho un futuro intento de reestructuración de deuda por parte de Grecia.

El canje de deuda antigua (bono de 1000 €, al 10% a 10 años, emitido bajo la ley griega) por títulos nuevos (bono de 315 €, al 3% a 30 años, emitido bajo ley británica) conlleva un “dulce adicional” consistente en un obsequio de 185 € por bono canjeado a pagar por el EFSF.

En las elecciones de febrero de 2012 el PASOK se hundió registrando un 8% de los votos (44% en 2009).

La espiral de la huida de depósitos

Hay indicios evidentes de que la huida de depósitos sureños hacia el norte se está desbocando.

El artículo 66 del tratado de la UE, asegura la completa movilidad de capitales en la Zona Euro.

En los EEUU existe un sistema de trasferencia de depósitos entre los estados parecido al que funciona en Eurolandia. Como no se prevé ningún intento de secesión y de instauración de una nueva moneda, no hay peligro de “corralito” y por tanto no hay ningún incentive para la huida de depósitos de un estado a otro de la Unión.

No es el caso en la UME. Los primeros casos de huida de depósitos se registraron en 2009 ante el temor a una salida del euro de Irlanda y Grecia. Luego se calmaron los flujos.

2012 empezó con una continua retirada de fondos desde los PIIGS hacia bancos alemanes y de otros países nórdicos y posiblemente hacia bancos de países no europeos que se aceleró en los primeros 4 meses de 2012. En el caso griego, la huida se convirtió en desbandada. En el caso español, el caso Bankia en mayo y la subsiguiente caída en picado de la bolsa española reflejan la precipitada huida de fondos depositados en nuestro sistema financiero. El miedo es doble por el peligro de un corralito en caso de salida del euro y/o del peligro de corralito por el cierre a cal y canto de los mercados a la refinanciación de la deuda.

Paradójicamente, la pertenencia a la UE facilita las transferencias de depósitos. Si un madrileño quiere transferir sus depósitos a un banco alemán, lo único que tiene que hacer es abrir una cuenta en una sucursal madrileña de un banco alemán puesto que no existe ningún tipo de control en los movimientos de capitales. Además no corre ningún riesgo de tipo de cambio. El sistema del BCE y los bancos centrales asociados recicla estas transferencias de fondos de forma que vuelven de nuevo a los PIIGS. El mecanismo (técnicamente conocido como Target 2) es automático e implica un salvataje de la banca afectada por la retirada de depósitos por parte del BCE.

Según Target 2 (Trans-European Automated Real-time Gross Settlement Express Transfer), el banco alemán que recibe los fondos los deposita en el banco central alemán (Bundesbank) que a su vez los transfiere al BCE que a su vez los transfiere al Banco de España y de este de nuevo al banco español que sufrió la retirada del depósito. En estas transferencias, los bancos españoles y el Banco de España deben adjuntar un colateral que avala el nuevo endeudamiento contraído con el BCE.

En la desbandada actual, el BCE está actuando como prestamista de última instancia a través de tres mecanismos: Target 2, las operaciones repo (2 rondas de préstamos a la banca privada al 1% por más de 1 billón de € que en los casos de España e Italia han servido en parte para reponer fondos retirados por sus depositantes) y ELA (mercado interbancario europeo que ya no funciona para España) y por tanto está llevando a cabo un masivo salvataje, en buena parte encubierto, del sistema financiero. Pero si restringiera o limitara estos movimientos, incluido Target 2, los bancos periféricos se verían obligados de inmediato a imponer un corralito bancario.

La huida masiva de depósitos desde la periferia hacia el norte de Europa es una espiral sin fondo en la que Grecia y España van a la cabeza y si no fuera por el Target 2, en estos momentos la totalidad de la banca española estaría en situación de suspensión de pagos.

¿Quien está mejor, Grecia o España?

Los recortes han sido tan drásticos que Grecia podría registrar un déficit superávit fiscal primario en 2013, es decir, que si no hubiera de pagar intereses por su deuda acumulada, registraría un superávit en sus cuentas públicas. Si dejara de pagar intereses y repudiara su deuda, la mayoría de la cual es deuda ilegítima y odiosa, el sector público griego no necesitaría a los mercados ni a la troika para poder financiar sus gastos.

Es la ventaja de ser más pequeño y más radical en una Europa al borde de la depresión y en la que el discurso de los recortes y los deberes desprende demasiado tufillo a langosta. Es posible que las cada vez más desprestigiadas instituciones europeas y el mismo FMI levanten el acelerador sobre Grecia si los griegos consiguen desalojar definitivamente al corrupto tándem PASOK-ND de un espectro político que se decanta cada vez más hacia la izquierda.

La ventaja con la que ha jugado, hasta ahora, la clase política española amparándose en su envergadura (too big to fail) puede volverse en su contra dada la magnitud del rescate implicado y ver impotente como perdonan a Grecia algunos de sus «pecados» mientras sigue aumentando la presión y los «deberes» sobre la península atlántica.

¿Más Europa?

Más Europa significaría unión bancaria, eurobonos, fiscalidad común, reforma financiera, impuestos antiespeculativos, transferencias a los PIIGS y políticas expansivas. Significaría una Europa más social y más solidaria.

Con toda su prensa y TV presentando a la izquierda como si fueran los nuevos jinetes del Apocalipsis, los griegos han acabado votando más o menos lo siguiente: nos mantenemos dentro porque no queremos encontrarnos fuera cuando la UE se reforme. Grecia y España navegan ya en la misma espiral y la cuerda de salvamento a la que parecen agarrarse es “más Europa”.

Pero mientras las hormigas se mantengan divididas o pensando que son saltamontes, seguramente veremos «menos Europa” y acabaremos viendo como Alemania abandona la Eurozona por la puerta trasera.

¿Más Europa?. El caso yugoslavo

Las depresiones destruyen los deseos de unión y cohesión. En otros artículos hemos comparado el caso español con el de Argentina, sin embargo, un caso aún reciente y próximo de acoso y derribo de los mercados es el de Yugoslavia, un cercano y peligroso precedente a tener en cuenta para quien quiera hacer previsiones sobre el inmediato futuro que aguarda a Grecia, España y a buena parte de Europa.

En los años 60 la economía yugoslava era próspera (crecimiento del PIB 6,1% de media). Poseía un poderoso y dinámico sector industrial. El desempleo era bajo y el nivel educativo y sanitario (ambos gratuitos) del país envidiable (esperanza de vida de los varones 72 años). Las empresas yugoslavas exportaban tanto a Occidente como al Bloque Soviético y recibían encargos para la construcción de infraestructuras en África, Europa y Asia. Los directivos de estas compañías eran supervisados por consejos de trabajadores constituidos por todos los empleados de la firma. Los sindicatos eran poderosos y no escaseaban las huelgas tras conflictos con los directivos.

Los yugoslavos pertenecían a un país no alineado y tenían libertad para emigrar. En los años 70, más de 400.000 emigrantes enviaban remesas a su patria desde de Alemania y otros países europeos.

La crisis del petróleo en los años 70 generó enormes excedentes financieros (petrodólares) en busca de rentabilidad. Los banqueros se ofrecieron como gestores e intermediarios (reciclaje) y organizaron sindicatos bancarios (clubs) para prestar a estados sub-prime dispuestos a pagar sustanciosos tipos de interés.

Al igual que a muchos países latinoamericanos, los mercados ofrecieron préstamos a los yugoslavos necesitados de divisas para para poder seguir financiando las importaciones de productos energéticos cuyos precios se habían disparado. De inmediato se exigieron condiciones de “apertura” de su mercado a los competidores occidentales. Los problemas de endeudamiento se agudizaron dando pie a la intervención del FMI que a cambio sucesivos rescates impuso la privatización de las empresas autogestionadas, la liberalización de la inversión exterior, desmantelamiento del sector público, la privatización de la banca pública, las habituales “reformas estructurales” y los consiguientes “recortes” en los servicios públicos (papeles desclasificados en 1992 implican a las agencias USA en la desestabilización del país).

Mientras el FMI se complacía por el control directo del banco central yugoslavo, el país entraba en una espiral depresiva de endeudamiento, inflación y estancamiento, que lo llevarían a la desmembración y a la guerra a principios de los 90. En 1989-1990 más de mil empresa fueron a la bancarrota. En 1990 el PIB cayó un -7,5% y en 1991 – 15%. En dos años el paro aumentó en más de 2 millones, la mayoría obreros industriales. Los ingresos públicos que debían financiar las transferencias a las repúblicas confederadas se desviaban para pagar a los acreedores del club de París y el club de Londres. Al final la federación estalló.

¿A quien beneficia el euro?

El euro y sus tratados fue el gran invento de las langostas (grandes multinacionales y los grandes operadores financieros). Un inmenso mercado pro-monopolios y un esquema circular perverso para exprimir a las desorientadas hormigas obteniendo suculentos beneficios, industriales y financieros. Mientras los monopolios industriales prosperaban explotando a los educados obreros recién venidos del frío soviético y vendiendo a un mercado periférico cautivo sin posibilidades de devaluación, los financieros engordaban transfiriendo los superávits del norte hacia la deficitaria periferia. Todo rodaba mejor y más aprisa con dosis crecientes burbujistas.

En el caos del pinchazo, la crisis y la depresión, la mayoría de las langostas siguen prosperando y enriqueciéndose. Sin el euro los monopolios quizá tengan menos cifras de negocio pero en cambio seguirán engordando a base de más y más fusiones y adquisiciones, manteniendo los precios altos y sus descomunales rentas de monopolio. La riqueza seguirá polarizándose exponencialmente puesto que los mercados han aprendido a navegar y hacer pingues negocios en las aguas turbulentas que están engullendo a naciones y estados enteros (muchas de las grandes fortunas se han hecho en condiciones parecidas) y en las que los codiciados monopolios naturales van cayendo, uno tras otro, como frutas maduras, en sus privadas manos.

Así pues, que ninguna hormiga espere un respiro por parte de las langostas. Las langostas ya le han sacado jugo a «su» euro y seguirán exprimiendo el invento mientras les beneficie. En caso contrario lo abandonarán.

No hay un euro para todos, no existe el euro «neutral». Reconducir la situación de Europa por la vía social y solidaria exige una mentalidad y una acción revolucionarias, sino el mundo seguirá siendo el planeta globalizado de las langostas y sus plagas, con euro o sin él.

Links:

Stathis Kouvelakis: El crisol griego

Cáncer Capitalista
Fuente: http://crisiscapitalista.blogspot.com.es/
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