Grecia: luces y sombras desde un país colonizado

GreciaEstamos en un momento en el que el éxito ya no es compatible con la democracia” – Wolfgang Munchau, en el Financial Times, refiriéndose al futuro inmediato de Grecia en general y a los programas de ajuste estructural impuestos por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en especial.

Las nuevas “medidas de austeridad” impuestas al Estado griego por sus acreedores suponen, esto ya se reconoce incluso en Bruselas, una pérdida de soberanía nacional. Grecia se convierte progresivamente en una colonia de la Unión Europea; el control de las decisiones económicas de peso ya no se sitúa en el parlamento ateniense, símbolo del nacimiento de la forma de gobierno democrático a la que tanto gusta apelar en los grandilocuentes documentos de la Unión. Con otras palablas: se cae la fachada y se permite un vistazo al interior de esa megamáquina que domina nuestras vidas. Ante la bancarrota del Estado griego se muestra en toda su brutalidad el perverso funcionamiento del binomio estado-capitalismo. En nombre “del mercado” el Estado impone unas medidas que afectan directamente el día a día de millones de personas mientras reprime cualquier atisbo de resistencia. Si bien esto no supone ninguna novedad, la importancia de esta crisis capitalista ha llevado las formas democráticas a nuevos límites: los gobiernos tecnocráticos ya ni se atreven a apelar a la legitimidad parlamentaria ni tratan de esconder que sus políticas se diseñan por y para los/as  banqueros/as de toda índole. Un vistazo al último paquete de reformas aprobado en Grecia el 12 de febrero difícilmente permite otra conclusión: la precarización más absoluta de los puestos de trabajo, enésimos recortes en pensiones y servicios sociales, despidos masivos en el sector público, reducción del 22% del salario mínimo (que pasa a situarse en 489 euros netos, 440 euros para los/as menores de 25 años), subidas de los impuestos a los bienes de consumo más básicos (alimentos, agua, gas etc.) mientras se recorta la cotización empresarial a la seguridad social. Medidas que se imponen para obtener nuevos fondos por parte de la Unión Europea que aplacen una más que previsible bancarrota y la posibilidad de la salida de la Eurozona. Pero de hecho Grecia ya ha perdido su condición de socio para pasar a ser un chivo expiatorio y la “ayuda” europea no se destinará a mejorar las condiciones de vida del pueblo sino a salvar los propios muebles: la ayuda que recibirá el estado griego (unos 130.000 millones de euros) irá destinada prioritariamente a pagar los intereses de la deuda…

Tal vez sea el momento de abandonar el capitalismo, el nacionalismo, la ideología del consumo. Dejar de pensar como propietarios/as y entender cuales son nuestros/as enemigos/ as reales. El Estado, los jefes, la policía, el propio sistema de economía política… Porque no eres tú quien pierde un empleo, sino el empleo que desaparece como una posibilidad. Porque la fuerza destructiva del capitalismo amenaza la propia existencia de todos/as nosotros/as/as. La única posibilidad de supervivencia que el capitalismo nos ofrece se encuentra o bien en las colas de los comedores de beneficiencia, en la búsqueda de comida en la basura o en el saqueo de los supermercados. Ante esto, la única solución es la revolución social. Para poder tener una vida que vaya más allá de la mera supervivencia” – Extracto de un comunicado desde la Facultad de Derecho Okupada, Atenas, Febrero 2012.

“Conforme la crisis se agudiza y la ortodoxia neoliberal fracasa, los caminos alternativas dejan de ser deseos para convertirse en una necesidad crucial”

Se quebró el cuento del progreso: las medidas descritas hacen recular los derechos y retribuciones de los/as trabajadores/as griegos/as a niveles de la posguerra. Lo que ahora nos ocupará son las conclusiones que los/as afectados/ as están sacando de esta situación. Habiendo constatado la muerte del Estado de bienestar y vivido en las propias carnes la puesta en marcha de un estado puramente policial las reacciones van más allá de los episodios de rabia incendiaria y resistencia que se traduce en huelgas y disturbios. “Tomemos control de nuestras propias vidas” es un eslogan muy común en estos días que numerosos proyectos tratan de dotar de un contenido real. Los ejemplos van desde el apoyo mutuo a niveles más básicos, como la puesta en común de saberes y experiencias para trucar los contadores de electricidad y agua, pinchar la luz etc. hasta proyectos de mayor envergadura como la okupación y autogestión de un hospital (el de Kilkis, al norte del país) por parte de sus trabajadores/as. Ante la dramática situación de un sistema sanitario al borde del colapso los/as trabajadores/as han reconocido que la solución a sus demandas no se la puede otorgar el gobierno griego (a quien directamente no reconocen tal legitimidad), que ni siquiera pasa por formular tales demandas, sino que sólo puede emanar de la propia acción de los/as afectados. Los problemas que afectan al hospital no son ni circunstanciales ni sectoriales, sino que hay que enmarcarlos en lo que la Asamblea General de los Trabajadores/asdel Hospital de Kilkis ha denominado el “más salvaje ataque capitalista a la mayor parte del pueblo griego”. Frente a este ataque los/as trabajadores/ashan decidido gestionar el hospital según sus propios criterios, defendiendo el derecho a la salud de sus vecinos/as proporcionando un acceso gratuito al tratamiento médico a quienes lo necesiten, en un clarísimo contraste con las medidas antisociales adoptadas por indicación de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Hospital de Kilkis: El lunes 20 de febrero empieza la ocupación

Tal y como se había decidido, comienza la okupación del Hospital General de Kilkis, a pesar de los intentos desesperados por parte de los escalafones más elevados de la burocracia sindical, que abandonaron la Asamblea General de los trabajadores/asdel hospital entre abucheos, los presentes en la misma decidieron de forma unánime comenzar la ocupación del hospital a partir de la mañana del lunes 20 de febrero y formar grupos de trabajo y de responsabilidad, que funcionarán bajo el control de la Asamblea General. Los trabajadores/as son conscientes de la enorme responsabilidad que contraen frente a los/as pacientes, los ciudadanos, la sociedad local y también frente a ellos/as mismos/as y sus personas más cercanas, y están decididos a llevar sus objetivos a buen puerto, de forma consensuada y solidaria. Dichos objetivos no son estrictamente sectoriales. Son más amplios y tienen un carácter político. Los trabajadores/as del hospital de Kilkis no reconocen al gobierno actual, un gobierno impuesto y voluntariamente esclavo de otros intereses, y declaran el autogobierno del hospital. Estos trabajadores/as quieren que a su lado estén no sólo los ciudadanos de Kilkis, sino el conjunto de la sociedad, a la que hacen un llamamiento para que de forma pacífica eche abajo el actual escenario político, procediendo a la propagación de ocupaciones por los hospitales de todo el país y por los lugares de trabajo de todos los sectores.

Debemos paralizar inmediatamente esa Grecia que conocíamos y conocían, ocupando los lugares de trabajo y los espacios públicos, hasta que la  dictadura parlamentaria que gobierna el país caiga y se erija un gobierno  democrático que obedezca a la exigencia popular de liberarnos de las  ataduras de la supuesta deuda y que nos conduzca por el camino de la  reorganización y de la prosperidad. Esto no es tarea fácil, es porque el  enemigo no está sólo fuera de nuestras murallas, sino también en el interior. ¡Sobre todo en el interior!

Los trabajadores/asy los ciudadanos de todo el país, de toda Europa y de todo el mundo deben ver un ejemplo en las ocupaciones, continuadas y no simbólicas, que comienzan en Kilkis y en otras partes, así como en las luchas que desde hace tiempo se encuentran en desarrollo en Acería Griega, en el canal de televisión Alter, en Loukisa y en decenas de lugares de Grecia y de otros países, y deben proceder a ocupar cuanto antes y en coordinación todos los lugares de trabajo y espacios públicos, manteniendo las  ocupaciones hasta que se produzca la caída del gobierno impuesto y la disolución de los mecanismos de partido que durante tantos años urdieron e impusieron el inhumano régimen de nuestros días. El pueblo debe luchar al margen del parlamento, con luchas en las calles y sin esperar inútilmente a que el poder les dé nada, reivindicando una potente constitución  democrática y una nueva transición, que ponga al país en el camino del  progreso y lo convierta de nuevo en un lugar de democracia, de igualdad, de justicia y de prosperidad” – Extracto del comunicado de la Asamblea de Trabajadores/as del Hospital de Kilkis, 18 de febrero de 2012.

Otro ejemplo de autoorganización, de la toma y recuperación de espacios y relaciones antes cedidas al aparato estatal se puede ver en el proyecto  #tutorpool, una iniciativa nacida en internet que conecta a profesores y estudiantes para generar procesos de aprendizaje alternativos y controlados por las personas involucradas.

Conforme la crisis se agudiza en Grecia, la educación pública se desmorona; continuamente devaluada de todas las maneras posibles, con escuelas echando el cierre y otras en mal estado, los alumnos griegos literalmente no tienen libros con los cuales aprender. […] Conforme los salarios de los/as  padres/madres están siendo recortados de manera más y más severa no cabe duda de que la idea de una sociedad con igualdad de oportunidades  en la educación está desapareciendo. Comprender la gravedad de la situación a la que se enfrentan las futuras generaciones, la gente ha decidido que  comprender no es suficiente; tenían que hacer algo, y así fue como se creó #tutorpool.

#tutorpool es una red de educación solidaria creada por gente corriente en un país poco corriente en tiempos nada corrientes. Las protestas veraniegas en la Plaza Syntagma y otras plazas a lo largo del país crearon más que un profundo sentimiento de comunidad y solidaridad entre ciudadanos; amistades creadas en la plaza han dado lugar a iniciativas de solidaridad […].

#tutorpool también funciona como un foro en el cual tutores, padres, estudiantes y cualquier persona interesada están invitados a compartir  nuevas ideas para la red así como actividades que beneficien a la comunidad. Hay una gran necesidad de esto para poder superar la crisis de miedo  propagado, alienación y desilusión. Dando un paso más allá #tutorpool trata de convertirse en algo más que una red de aprendizaje; pretende construir la solidaridad, sesión a sesión, comunidad a comunidad. La solidaridad no conoce fronteras. #tutorpool no es sólo una red de solidaridad en la enseñanza sino un esfuerzo por enseñar la solidaridad” – Extractos de la presentación del proyecto #tutorpool.

De estas y otras muchas luchas llevadas a cabo actualmente deberemos aprender. El gobierno y la patronal han señalado mediante la brutal reforma laboral cual es el camino que han decidido emprender también aquí. De nosotros/as depende seguirles ciegamente o ponerles la zancadilla, resistiendo sus iniciativas y construyendo las nuestras…

Más información sobre las luchas griegas en www.verba-volant.info

http://www.todoporhacer.org/grecia-luces-y-sombras

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